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El se veía cómodo con la situación. En cambio yo, cada minuto que pasaba pues sentía más pesado el aire y ya no sabía con que más jugar para fingir estar haciendo algo importante frente a él.

Entonces, después de lo que a mi me parecio horas (seguro fueron sólo unos 2 minutos cuando mucho), trató de romper el hielo.

-Y...., como es que estas en esta academia?- Dios, a este chico le deben de doler las mejillas porque es que no deja de sonreír.

Estuvimos todo el tiempo de descanso hablando. Bueno, más bien yo respondiendo sus preguntas y una que otra vez preguntando sobre el.

Se podía decir que el aire a nuestro alrededor se había aligerado un poco. Pero aún así era una chica de pocas palabras, y el se pudo dar cuenta.

El descanso terminó y entramos nuevamente al interior de la academia. Allí, a mi sorpresa, el instructor nos dejó el resto de la clase libre pues tenía que encargarse de unos eventos a los que tenía que acudir. Lo único que pensé fue "más a mi favor"

Aún faltaba una hora y media para que se hicieran las 2 de la tarde, por lo que me debatía si debía de llamar de una vez para que fueran por mi o simplemente quedarme hablando con Jimin hasta que se hiciera la hora.

Mi desicion no fue la más difícil. Pues inmediatamente después de salir por la puerta del salón Jimin me sujeto nuevamente por la muñeca y me dedico una sonrisa.

-Ya te tienes que ir?

-Bueno, tendría que avisar para que me vinieran a buscar. Y tu?

-Bueno yo espero a que tu te vayas. Así podríamos hablar un rato más no Crees?- dijo pegando su espalda con el barandal que estaba ahí. Era increíble lo relajado que se encontraba. No me pasa a mi la verdad.

-Bueno si- trate de dedicarle una sonrisa. Entonces el silencio invadió nuevamente el ambiente. Pero la verdad había algo que quería saber desde que lo vi.

-Disculpa la pregunta pero.... O sea se que eres asiático, pero exactamente de donde eres? - no se si sone un poco confusa, porque tomó unos segundos más de los que pensaba para que el me respondiera.

-Todos me preguntan eso la verdad-me dedicó una pequeña risa- Soy de Corea del Sur, el maravilloso país del kpop, el kimchi y una cultura totalmente diferente a la tuya.

Al escuchar su respuesta, no pude evitar sorprenderme y emocionarme. A decir verdad, ese país me llamaba mucho la atención. No me gustaba que la gente lo supiera, pero una de mis metas en la vida era poder ir a estudiar coreano en Corea del Sur.

-¡Eso es demasiado genial!. La verdad podré tener aspecto americano de pies a cabeza pero yo tengo familia coreana. Mi apellido es coreano: Kwon - Pude notar un brillo en sus ojos.

-No me imagine nunca que tuviéramos algo así en común- Sonrió tan ampliamente que sus ojos formaron una perfecta línea recta, se veía tierno en realidad.

Seguimos hablando de muchas cosas. Pude enterarme que hablaba el español porque un primo de él había venido al país de intercambio y le había enseñado el idioma; el actualmente era estudiante de intercambio por lo que también se encontraba de vacaciones, le gustaba mucho cantar (y aunque le pedí una demostración, no me la quiso dar) y muchas cosas más.

El tiempo se había ido rápido y yo ni cuenta me había dado. En eso mi teléfono sonó, sacándome entonces de esa burbuja de aire en el que los nos inconscientemente nos encontrábamos metidos.

Reviso quién me llamaba, era mi madre y al ver la hora vi que ya eran las 2:30pm. Rayos, el tiempo pasaba muy rápido y yo había olvidado por completo avisar a mis padres.

-Aló?, si mamá, ya terminó la clase. Disculpa no había visto el teléfono.... Si, esta bien ya voy - Y colgué la llamada. Resulta que tenía mensajes sin leer y mi mamá llevaba 15 minutos esperando abajo. Estaba algo molesta pues nunca le ha gustado esperar y de paso, yo no había avisado.

-Disculpa, me tengo que ir. Me esperan abajo - le dije a Jimin, dedicándole una sonrisa de disculpa mientras apuntaba a las escaleras.

-Oh... No te preocupes. Entonces..., nos estamos viendo. Por cierto, que linda te vez así vestida -se acercó y me dio un beso en la mejilla.

Ese acto hizo que se me pusieran los pelos de punta. Me dio nervios, frío, calor, de todo.

Le dedique una sonrisa a modo de agradecerle y pude ver que iba a decir algo, pero salí corriendo, baje por las escaleras y pude ver el auto azul de mi mamá esperando en la calle, así que subí rápidamente y nos dirigimos a casa.

En el camino no pude evitar preguntarme qué era lo que Jimin iba a decir en ese momento, de seguro me encargaría de preguntarle, así que me propongo a desbloquear mi teléfono para enviarle un mensaje. En eso me doy cuenta que no tengo su número.

Definitivamente Aimi Kwon, que torpe eres! Ni siquiera intercambiaron números. que torpe de verdad!

Destino o casualidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora