Especial: *La niña del cuarto*

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No quería salir, la pequeña estaba asustada. Era la primera vez que veía a otras niñas en la casa de su abuelo. No es que fuera la gran cosa, pero encontrarse con otros pequeños, era algo que no habituaba.

-Hola -dijo una alegre voz detrás de ella.
-Enny -gritó enojada Lyra- sabes que no pueden verte aquí.
-Lo sé, pero no es divertido observar solamente, quiero vivir aventuras.
-Ni siquiera yo hago eso -dijo Lyra con un poco de culpa.
-También lo sé, pero siempre se pueden cambiar las cosas -dijo Enny animada- vamos a ver a esa niña.

-No creo que quiera hablarnos... además..
-Oh vamos, conmigo siempre te portaste firme y mírame, ahora somos mejores amigas ¿Quién te dice que no puede pasar algo similar?
-Bien -dijo Lyra con un suspiro. Enny brincó de emoción.

Ambas se acercaron a la puerta sigilosamente, no querían ser vistas por nadie, especialmente por la madre de la pequeña, o serían fuertemente regañadas.

-Hola -dijo Lyra entrando a la habitación, Enny secundó su saludo. La niña del cabello rubio platinado brincó en su sitio.
-¿Quién eres? -preguntó asustada y con la voz alta una octava, Lyra entró en pánico, no podían escucharlas hablar.
-Tranquila -dijo Lyra en un susurro- por favor, no pueden saber que estamos hablando contigo, o mi madre nos castigará.

Eso pareció tranquilizar a la niña, porque ya no dijo nada, guardó silencio, el cual Enny entendio como una invitación a presentarse.

-Soy Enny -dijo tendiéndole la mano.
-Alya -dijo la niña devolviéndole el saludo. Después se volvió a Lyra.
-Soy Lyra, bienvenida Alya -dijo Lyra con la mayor propiedad del mundo, ahora entendía todo, ahora entendía el por qué de sus penetrantes ojos.

-¿No me tienes miedo? -preguntó Alya.
-No tengo por qué, aquí todas somos peligrosas, además, no eres la única que es diferrente, Enny y yo también somos raras, y por mucho tiempo nos han querido hacer creer que todos nos tiene miedo, pero no es así.
-Quieren mandarme lejos, y no se la razón, creo que mi papá no me quiere tampoco.

Alya agachó su cabeza con pena.

-¿Cómo que tampoco? -preguntó Lyra incrédula.
-Mi mamá dejó que él me llevara -dijo mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas, Lyra la abrazó, no soportaba que otros lloraran.
-Tal vez eso no es del todo cierto Alya -dijo, pero ella sabía que probablemente le estuviera infundiendo esperanzas a base de una mentira.
-No me quieren, y me van a mandar lejos, solo por eso estoy aquí -dijo la pequeña mirando a Lyra directamente a los ojos, lo que Lyra vió fue rabia, odio.

-Hagamos un trato Alya -le dijo Lyra con una pequeña sonrisa, la obscuridad que había visto en sus ojos... no quería que llegara a su corazón.
-¿Cuál? -preguntó la niña.
-Que siempre seremos amigas -dijo Lyra.
-Siempre es mucho tiempo -dijo Alya.
-Y ser amigas es mucho trabajo -dijo Enny.
-Está bien. Pero solo porque ustedes son como yo -aceptó Alya.
-Seremos hermanas de circunstancias -dijo Lyra emocionada.

-No importa donde estés Alya, nosotras siempre seremos tus amigas, si alguna vez nos necesitas, búscanos y te ayudaremos -dijo Enny.
-Está bien, creo que es bueno contar con alguien -sonrio Alya.
-Eso siempre es bueno, creeme, te mantiene viva -dijo Lyra tomando su mano.

Entonces se ecucharon pasos y las tres niñas se miraron espantadas, Lyra y Enny corrieron a travez de una puerta de servicio y corrieron tan rapido como sus piernas se los permitían, lejos del cuarto donde estaba Alya.

* * *

-¿Qué te preocupa? -le pregunto su tía.
-Hoy vi la obscuridad en los ojos de una amiga... tenía mucho rencor, temo que no podré ayudarla si se va lejos.
-Sé de que hablas -dijo su tía después de un tiempo y de un largo suspiro- tu tío puede hacer muchas cosas bien, pero separarla de su madre no fue inteligente. Aunque, no es que tu tío se caracterice por ser inteligente...
-Para eso esta mi mamá -le sonrió Lyra con complicidad y su tía rió.

-Exacto. Pequeña, solo debes confiar en que tu amistad le sea de ayuda, recuerda que lo más frágil del mundo, es la confianza, una vez que se pierde, no es fácil recuperarla, y puede llevarnos a perdernos en el mal camino. Procura que esa confianza entre ustedes no se pierda.
-Gracias tía -dijo la pequeña abrazando a su tía.
-Sin embargo, tu no puedes elegir sus acciones, y son estas las que llevarán a tu amiga por su destino, pero puedes ayudarla un poco. No olvides eso.
-Te lo prometo.
-Siempre llega un momento en que una amistad pone a prueba a las personas, no dejes que gane el odio y el rencor, no seas orgullosa pequeña lechuza.
-¿Por qué?
-Por que eso podría perjudicar a tu amiga.

Dicho esto su tía se fue. Había veces en que Lyra se preguntaba si les costaría mucho decir las cosas directamente en vez de llenar a las personas de acertijos complicados... Sin embargo, en ese momento, Lyra estaba segura de que no quería volver a ver esa mirada en Alya nunca, porque esa mirada era peligrosa, más peligrosa de lo que la misma Alya sabía. Lyra tenía especial habilidad para eso, ese era su superpoder, sentir la magia de otros, y la que Lyra había sentid en Alya... no era buena. Solo esperaba poder seguir el consejo de su tía, y no ser orgullosa.

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Alya en multimedia...

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora