68. Noa

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Cuando entré a mi cabaña, Lyra ya tenía todo empacado. Debí haberme tardado más de lo esperado en mi caminata...

Lyra estaba sentada en la cama con un portaretratos en las manos, aún tenía sangre en su boca y nariz, pero parecía no importarle, sus ojos estaban fijo en el retrato.

—Ella tiene razón, fue mi culpa, no estás conmigo por mi culpa —entonces comenzó a sollozar dolorosamente— Te extraño tanto Noa... de verdad que me haces falta —entonces estrujó el retrato contra ella— Debí haberte mantenido a salvo, conmigo... perdóname, donde quiera que estés, perdóname. Te amaba de vardad que lo hacía y aún lo hago... me haces tanta falta.

—Lyra —me atrevía a hablarle. Ella me miró un poco confundida, luego miró su foto y me la enseñó cual niña pequeña.

—Se llamaba Noa — me dijo con nostalgia— siempre tenía una sonrisa para todos, incluso si no estaba en sus mejores momentos, solíamos jugar mucho en el agua, le gustaba surfear —dijo con una pequeña sonrisa escapándosele de sus labios... que en realidad solo la hacían ver más tétrica— era mi mejor amigo... en sus brazos me sentía segura, incluso si yo sabía que no lo estaba, sus ojos eran brillantes y tenía unas pestañas enormes y espesas, era bastante tierno y torpe, pero si la situación lo ameritaba... podía hacerme recapacitar. Siempre me cuidó mucho... o bueno, la palabra sería celar, me celaba mucho. Siempre se ponía a la defensiva con todos los niños que se me acercaban... solía decirme que yo era de él antes que de nadie y que él me protegería del mundo si fuera necesario. Y yo lo desepsioné, dejé que muriera.

Entonces se soltó a llorar, yo la abracé sentándome a su lado. Jamás la había visto tan vulnerable como hoy... ni siquiera el día que se enojó por lo del arrullo. Un trueno retumbó en la cabaña.

—Creo que debo irme Annabeth —dijo mirándome— gracias por ayudarme. Y lo de defraudar a tu madre... lo decía enserio.

Se levantó y salió de la cabaña, yo salí tras ella. Se escuchaba un tumulto enorme en el campamento, debía ir a ver qué sucedía.

—¡¡¡Mi niña preciosa!!! —chilló la voz que reconocí como Afrodita—Todos abran paso —dijo la voz de Afrodita— que mi pequeña necesita atención de belleza urgente.
—Hola Afrodita —dijo Lyra con una leve sonrisa.
—Mira esa carita de ángel... —le dijo Afrodita sosteníendo su cara con ambas manos, entonces sacó un maletín de quien sabe dónde y comenzó a limpiar a Lyra, entonces aparecieron Artemisa y Hera.

—¡¡¡Quiero a todos los campistas en sus cabañas Ahora!!!! —gritó la odiosa..... digo, la Diosa Hera.

Todos volvieron a sus labores, entonces parecieron por fin ponerse de acuerdo y solo se quedaron Hera y Afrodita. Artemisa se fué murmurando algo de hablar con mi madre.

—Tía Hera... yo no...
—Mi visita es breve, es Afrodita quien se quedará, solo venía a comprobar que estás bien y no te hizo mucho daño.
—Fisicamente no... emocionalmente... hay daños que se graban con fuego en la piel.
—Lo sé. Artemisa te ofrece su cabaña, a tí y Bianca Di Angelo. Afrodita se quedará para que puedas hablar con alguien. Hécate se encargará de todo con los demás campistas. Ellos no vieron nada de lo que sucedió a excepción de Jackson, Di Angelo y Dare —le dió un beso en la frente y se fue.

—Ven linda, debemos arreglar esa cara —y Afrodita la jaló hasta la cabaña de Artemisa.

Ya en la cena, no tenía sentido preguntarle a alguien sobre lo sucedido, tal y como había dicho Hera, nadie recordaba la visita de los dioses ni nada. Percy estaba extrañamente feliz, al igual que Bianca, la única que parecía algo nerviosa era Rachel. Todos cenamos con tranquilidad, bueno, no puedo incluirme en ese plural, cené más rápido de lo que acostumbraba.

Cuando estaba en mi cabaña, inspeccionando el lugar de Lyra y Bianca, me di cuenta de algo importante, el retrato que Lyra había estado abrazando con tanto ímpetu, estaba subre su cama. Me acerqué a tomarlo, y fue entonces cuando lo ví bien.

Si no fuera porque sabía que no podía ser posible porque a esa edad Percy no conocía a Lyra, hubiera jurado que era Percy. Okey... creo que si uno se fijaba demaciado, te dabas cuenta de las diferencias, definitivamente era guapo el tal Noa... su cabello era de un castaño obscuro bastante lindo y tenía unos increibles ojos verdes como Percy, por un momento creí que podría haber sido hijo de Poseidón, entonces se abrió la parte de atrás del retrato y salió un papelito.

Hermosa Lyra:

Feliz cumpleaños, mi regalo es por adelantado, pero espero que te guste, te amo con todo mi corazón y ten por seguro que no importa lo que tenga que hacer, voy a luchar hasta con el presidente para protegerte.

Noa

Eso me decía que era un mortal... ningún semidios hubiera puesto "luchar contra le presidente"... Decidí llevarle el retrato a Lyra, pero en el camino, me encontré con Percy.

—¿Qué llevas ahí Listilla? —me preguntó.
—Un retrato que Lyra olvidó en la cabaña —dije mostrándoselo.
—Es Noa... valla, se parece mucho a mí...
—Lo mismo pensé.

—Ahora entiendo tantas cosas Ann... —dijo sonriendo.
—¿Cómo qué? —le pregunté.
—El cómo puedo ayudarla —dijo con una sonrisa— deberíamos ir a dormir, mañana será otro día... tal vez no fue el mejor cumpleaños para cualquiera. Iba a ir a ver cómo estaba, pero solo con asomarme con la ventana, sé que es el mejor que ha tenido Pecas en mucho tiempo.

Percy se fue a su cabaña, yo seguí caminando hasta la cabaña de Artemisa, sin embargo, no entré, rodeé y miré por la ventana.

Cualquiera que hubiera visto la imagen que mis ojos apreciaban, hubiera pensado que eran madre e hija, Afrodita estaba sentada de chinito sobre la cama al igual que Lyra, comían algo que estaba enmedio y reían animadamente. Me pregunté entonces ¿Qué habría hecho Lyra para ganarse el odio de mi madre?

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Hola, mis queridos semidioses, creo que será imposible para mí seguir publicando los jueves, así que cambiaré la fecha para el viernes, mi horario estpa horrible, y ni modo debo ajustarme. En fin, sé que este cap puede no tener mucho sentido por ahora, pero que no se les escape... después serpa bastante útil.

Abrazos y Saludos

Azeneth

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora