Capítulo 67 FINAL

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Artemisa terminó de colocar mi cabello correctamente. Afrodita retocó mi labial y Yenna puso la pulsera de oro rosado con el cristal violáceo en mi muñeca. Un regalo de su parte. Le sonreí y me mire al espejo cuando todas se apartaron sonriendome y admirando su trabajo.

Solté una risilla cuando via a Evan secarse con disimulo las lagrimas. Al darse cuenta que lo miraba, rodo los ojos y me dió la espalda. Tonto. Daniel me dió una sonrisa llena de aprobación y luego me guiño uno de sus ojos. Otro tonto.

Abuela me ayudo a pararme y arreglo mi vestido. Mi corazón palpitaba deprisa, tenía miedo. No quería cagarla, no hoy. Killian pareció notarlo y se acercó, tomo mi mano y le dió un apretón. Dandome apoyo. Asentí y tome aire. Mire la puerta de madera cerrada. Tras de ella estaban mis padres, esperando por mi.

Con la ayuda de Luke y Jake,los hermanos menores de Gabe, empecé a caminar. Ellos tomaban la cola del vestido con cuidado y de vez en cuando reían entre cotilleos. Los mire con ternura y por fin salí de la habitación. Todos los que estaban en ella anteriormente salieron tras de mí.

Al dar unos cuantos pasos, dos brazos se enredaron con los mios. A mi lado derecho Hades y a mi lado izquierdo Georgio. Les correspondi las sonrisas a ambos y empece mi trayecto. Al cabo de unos minutos ya estaba bajando los últimos escalones para salir de la casa y entrar al patio. Estaba ansiosa, y mas allá de nerviosa.

El pequeño Juan se levanto del sofa con la canasta llena de petalos rojos en mano y con brinquitos se fue con sus hermanos, tras de mí. Tragué saliva y pasé por la puerta corrediza, entrando de lleno al patio. Allí, al final, justo en la entrada del bosque, sobre una tarima blanca y hermosa, se encontraba él. Con ojos llorosos y una sonrisa gigante. Me miraba hipnotizado, feliz. Todo miedo se marcho y sonreí cual enamorada.

Mis pasos se volvieron decididos. Salude a todos los que ví. Todos estaban allí, mis primos, mis amigos, mi familia, la manada. Todos. Mire a mi lado, por el rabillo del ojo ví a Daniel besar a su mujer e hijo para luego correr hasta al altar junto a mis otros dos mejores amigos. Sí, había encontrado a su mate y había tenido un hermoso niño que ahora tenía dos mese de nacido. Su mate era una chica extremadamente dulce y timida, pero tenía un gran caracter cuando se proponía. Era la perfecta media naranja de Daniel. Por otro lado, Evan seguía de mujeriego junto a Matt. Esos dos no tenían salvación. Rode los ojos al verlos mover sus cejas de arriba a abajo al señalar mi escote con disimulo. Eran idiotas de por vida, pero los amaba, eran mis personas favoritas.

Me detuve frente a la tarima. Lo tenía frente a mí. Sonriendome igual de guapo que siempre, no, más guapo aún. Vestía un traje negro completamente elegante, el cual se ajustaba perfectamente a su cuerpo.

- Te la entrego, es uno de mis tesoros más preciados, cuidala, porfavor. Y Gabe- hizo una breve pausa- sabes que puedo aniquilarte, no me hagas hacerlo. - George le sonrió con una amabilidad aterradora y le doy unas pequeñas palmadas en su hombro. Aguante una risilla al ver a Gabe descolocado. George no era una persona agresiva, ni que amenazaba. Pero eso no quitaba que pudiera hacerlo de vez en cuando. Mi padre se giro hacía mi y beso mi frente y luego me sonrió orgulloso para después marcharse a su aisento junto a mi madre, Anto. La cual lloraba desconsolada, algo muy típico de ella.

- No hace falta explicarte ¿Verdad? - Hades lo miro y supe, que no hacían falta palabras. Ya las había dicho y había actuado previamente. - la dañas, te mato. Así de sencillo. El inframundo tiene mucho que ofrecerte, lo sabes. - Gabe se estremeció y no pude evitar reir. Me fulminó y luego asintió hacía mi padre. - te estoy dando mi vida, no lo arruines. - lo miro por ultima vez y le sonrió sin mostrar sus dientes. Pero esa sonrisa lo era todo. Una completa aprobación. Se giro y me abrazo. - si hace algo estúpido quemale el culo- asiento y río ocultando mi nerviosismo. Se separó y beso mi mejilla para luego sentarse junto a Poseidon, quien me enseñaba sus dedos pulgares con entusiasmo. Le sonreí y me giré hacia mi futuro esposo. Porque sí, iba a casarme.

Gabe había pedido mi mano hace un 10 meses. En la fiesta sorpresa, frente a toda mi familia. Fue algo inesperado y algo vergonzoso, pues luego de yo aceptar, Hades lo había amenzado al igual que mis tios y primos. El pobre habia quedado traumado luego de que le contaran, con lujo de detalles como era el castigo de un dios.

La fiesta seguía, todos bailaban y celebraban mi llegada. Había conocido a mi suegros, eran un amor. Al igual conocí a mis cuñados, eran unos pequeño demonios, peor igual eran tiernos.

Estaba bailando con Hermes y Apolo. Pues mi dichoso mate había desaparecido minutos después de entrar a la casa. Lo extraño era que mi padre, Hades, también lo había echo. No me pregunte mucho sobre eso. Total, no quería verlo despues de haberle dicho tal barbaridad.

Hefesto se nos unió junto a Atenea al rato. Todo iba genial, me sentía comoda y completa. Mi familia no me guardaba rencor alguno. Al contrario, me recibieron con los brazos abiertos.

Reí junto a mis primos al ver a Dionisio pelear con Poseidon por la botella de vino. Se sabía de sobra quien iba a ganar. Por algo Dioniosio era el dios del vino. Reventamos a carcajadas cuando Poseidon se fue con un puchero y con las manos vacias. Pobre.

De pronto, todo se silencio. Se escucharon suspiros ahogado y aplausos. No sabía que pasaba hasta que me gire. Todo se detuvo. Gabe estaba prostado ante mi con una pequeña cajita roja. En ella sobresalia un diamante. Uno muy grande y brilloso. Mi boca se abrio ligeramente y no supe que hacer cuando pregunto:

- Kaylianiz Goretti¿quieres casarte conmigo?

Todos estaban esperando mi respuesta. Me estaban poniendo nerviosa, muy nerviosa. Trague saliva y asentí. Como tonta, asentí. No sabía como o porque lo hice, pero había asentido. Había aceptado casarme con él.

Tomo mi mano y puso el anillo, la beso y luego se levanto para abrazarme. Estaba totalmente en shock. Maldición, me había comprometido con un idiota. Un gran y hermoso idiota.

Y asi fué, como termine aqui. Escuchando su "acepto". El estaba totalmente seguro y no dejaba de mirarme mientras el viejo a nuestro lado hablaba. Yo solo tenía una palabra rondando mi mente. Y apesar del miedo de lo que pasaría despues, la dije.

- acepto.

Era oficialmente la mujer del Alpha Gabe. La mujer de un gran y hermoso idiota, y no me arrepentía. Él era mi otra mitad.

Tú...mi otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora