Capitulo 10. El Cielo Solitario. Parte 1.

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Me desperté antes de que la alarma sonará. Sonreí divertido y me escabullí de mi habitación para librarme del escalofriante despertar que tendría. Me alisté rápidamente durante el camino y llegué al comedor, como siempre, estaba completamente vacío— Por ahora —comenté suspirando. Me alejé del comedor y fui a la cocina, como sospechaba. El desayuno estaba en proceso. Me recosté contra la pared escuchando el ruido del interior de esa habitación peligrosa. No era bueno entrar cuando alguien ya estaba en ella.


¡Eso lo aprendí a las malas!


Mi intuición me advirtió de un ataque, así que esquivé el golpe a mi rostro e intercepte la patada a mi torso— Buenos días —saludé esquivando los siguientes ataques—, siempre tan energético ¿No?


—Debo admitirlo, has sido más rápido estos últimos días. Sin embargo, no sabes esconder aun tu presencia. ¡Patético!


Maldición, casi me golpea. Esquive su siguiente golpe saltando al techo, lo tomo por los hombros y lo lancé al interior de la cocina para marcharme. Escuché un grito aterrador proveniente de la cocina y sonidos sordos de metal contra metal.


— ¿Hm? ¿Otra vez le ha aventado a la cocina, Tsunayoshi sama?


—Hm, sí, buenos días —saludé un poco asustado mirando a mi izquierda.


—Como sea, vamos a desayunar. Llegará tarde a clases sino se apresura.


Asentí obedeciendo y entré al comedor encontrándolo en esta ocasión llenó— ¡Buenos días a todos! —saludé tomando asiento.


—Buenos días, joven amo.


Agité la mano por eso último. Por mucho que pedía que no me llamaran así era imposible. Las puertas se abrieron de golpe— ¡Eres idiota, no vuelvas a entrar a mi cocina! ¡Por tú culpa el Décimo llegara tarde!


—Tks, ese chico aun es patético. ¡Y fue culpa suya que entrara a la cocina!


— ¡Mi cocina!


Era divertido escucharles discutir. Sentí un pesó sobre mi espalda y negué— Buenos días Riho, ¿Dormiste bien?


Había descubierto que había más de un Riho en... donde fuera que estuviera. Ciertamente aun no sabía dónde me encontraba, no me confiaba del todo, pero estaba más tranquilo que antes. Volviendo al caso. Nunca fue que Riho cambiaba de actitud, No era la misma persona con la que trataba día tras día— ¡Buenos días, Riho sama! —Podía identificarlos a todos por sus nombres, pero si los decía... podría verme envuelto en una batalla por largas semanas. Así que no iba arriesgarme por ahora. Riho era la únicamente persona que no trataba de asesinar siempre que le llama por su nombre, así que podía estar tranquilo de no esperar una batalla eterna.


—Mm tengo sueño... pero también tengo hambre... pero no quiero comer. Cosa uno aliméntame —me dijo sentándose a mi lado y abriendo la boca.


—Riho sama, Tsunayoshi sama llegará tarde si le da de comer. Por favor, considere alimentarse.

La Voluntad del Cielo más Poderoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora