Capítulo 08. La partida del cielo.

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Luego de regresar a Nami-chu juntos, Tsunayoshi le pidió al pelo rojo si podía explicarle a sus amigos sobre su ausencia, Emma había aceptado sin indagar mucho más en su motivo de no ser él mismo quién lo haga. El pelo rojo también le comentó algo que le dejó satisfecho, iría al instituto Nami-chu directamente aprovechando que Dino estaba visitando al demonio de la escuela; pues al parecer ambos realizaban una alianza entre Famiglia y ese día por la tarde tenían una reunión importante. Tsunayoshi se entristeció en parte por no ser parte de dicha celebración, pero le dijo a Emma que cumpliera todos y cada uno de sus sueños, que volviera a Simón una de las Famiglia más fuerte como cuando lo fue en la época de Simón Primo y Vongola Primo. Porqué él sabía que iba a lograrlo sin duda alguna. Ese día, como quién quiera la cosa, ambos hicieron la promesa de seguir siendo amigos sin importar razones, dentro o fuera de la Mafia.


Ambos serían por siempre amigos.


—Mamá —llamó entrando a la cocina, su madre se giró con esa sonrisa cálida de siempre, así que no pudo evitar abrazarla.


—Ara, ara, Tsu Kun, estás muy cariñoso —su madre le devolvió el abrazo, él se aferró un poco más a ella y ocultó su rostro entre su pecho. Solo quería estar así un poco más— ¿Tsu Kun?


—Solo... un poco más... por favor.


Nana sonrió y beso los cabellos de su hijo antes de aferrarse a él— Claro que sí, todo el tiempo que desees, Tsunayoshi —el castaño tembló de impotencia al oírla llamarlo por su nombre—, sé que te cuidaras Tsu Kun, pero no debes olvidar estudiar y comer todos los días. ¿Si, Tsu Kun? Mamá debe saber que estarás bien.


— ¿M-Mamá? —levantó la mirada hacía su madre que le sonrió dulcemente besando su frente.


—No le diré nada a nadie, Tsu Kun. Así ve con cuidado.


— ¿L-Los-sabías? —se aterró de solo pensar que su madre sabía sus planes, Nana le sonrió y acaricio su mejilla con ojos llorosos.


—Eres mi único hijo, Tsu Kun. Siempre seré tu Mamá —trato de explicarle, pero negó—, no importa Tsu Kun, no te juzgaré, eres un buen niño. Sé que quieres proteger a tus amigos, yo protegeré a Futa, I-Pin y Lambo. Solo regresa cuando termines, ¿Si, Tsu Kun?


—M-Ma...ma... lo siento...


—No llores Tsu Kun, te cuidaré así estés lejos —Nana abrazó con fuerza a su hijo llorando sobre su hombre—, soy tu madre, siempre te cuidare así no estés cerca. Por favor Tsunayoshi... regresa a casa.


—Sí... sí, sí, sí. Lo prometo, mamá, lo prometo.


Madre e hijo se abrazaron una últimas vez, antes de que el castaño fuera a su habitación y tomara la mochila que tenía con algunas pocas de sus pertenencias. Suspiró activando su Hyper modo y salió por la ventana, dejando sobre la cama un simple sobre color crema. Puede que existieran otras opciones, otros caminos... y aun así, sabía que está era la mejor opción a tomar. Estaba volando por el cielo, oculto por las nubes, pronto los chicos saldrían de la escuela y no lo encontrarían. Así que debía ser más rápido de lo que nunca pensó, había dado una idea vaga a su pelo rojo amigo sobre sus actividades para el futuro. Esa, en gran parte, fue la razón porque se separaron con una despedida simple y amigable. Afirmando su agarre en su mochila, aumento la velocidad. Nunca había probado llevar objetos mientras volaba, pero se las arregló para no caerse o perder el equilibrio. Estaba sobrevolando sobre el parque de cerezos, era bueno que casi nadie a esa hora de los lunes estuviera presente, sonrió de lado.

La Voluntad del Cielo más Poderoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora