Capítulo 05. Despedida. Final.

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Tsuna miró al cielo en respuesta— ¿A dónde fuiste Reborn? —se preguntó mientras el cielo soplaba con un poco de fuerza, sonrió de lado por un momento antes de oír que le llamaba.


— ¡Hermanito! —saludo el pelo rubio que lo había llamado.


— ¿D-Dino san? —El castaño se sorprendió de ver al rubio— ¿No han vuelto aun a Italia?


El rubio comenzó a reírse con un poco de disimulo y vergüenza— Es que... Reborn me obligo a quedarme mientras él iba a ver al Noveno.


El castaño abrió sus ojos en sorpresa y luego sonrió fingidamente— ¿Estará mucho tiempo por aquí, Dino san?


—No por mucho, ¿Qué por aquí Tsuna?


—Estaba con Lambo, pero Futa e I-Pin se fueron detrás de él.


— ¿Los pequeños?


—Sí —el castaño notó algo y saludo al subordinado del rubio con la mano—, buenas tarde Romario san.


—Buenas tarde joven Décimo.


Tsuna sonrió un poco— Solo Tsuna por favor —pidió rascando su cabeza un poco.


— ¡Tengo una idea Tsuna! —gritó Dino sorpresivamente mientras reía con mucho entusiasmo mirando hacía el cartel no muy lejos de ellos.


Todo menos eso —pensó el castaño rezando plegarías.


— ¡Vamos al karaoke!


Tsuna suspiró, si era eso. Acepto por la insistencia del rubio y fueron justo al frente de donde estaba el cartel. Dino fue quién pago el alquiler alegando que como hermano mayor era su deber... aunque no era como si Tsuna hubiera quedado con fondos suficientes para pagar. Romario asistió con ellos porque también amaba el karaoke— Joven Tsuna, suerte —susurró el mayor mirando como su Jefe buscaba la canción perfecta para cantarle a su hermano menor.


Tsuna hizo una mueca de arrepentimiento justo cuando escuchó la razón del por qué, Romario le había deseado suerte— ¡Tsuna tengamos un concurso de canto! —sí, esa era una mala idea.


—V-Verás... D-Dino san... yo... bueno...


— ¡Vamos Tsuna, yo te apoyaré! ¡¿Verdad Romario?! —el nombrado asintió mientras el castaño comenzaba a marearse por el agarre mortal que tomo Dino sobre su cuello al abrazarlo fuertemente.


— ¿Puedo elegir yo? —interrogó el castaño que comenzaba a no verle la parte negativa a ese concurso. Pues podía hacer algo... con Dino.


— ¡Claro, claro! —aceptó el rubio encantando.


Tsuna se acercó a la pantalla y comenzó a buscar una canción que le gustara, hasta que se detuvo en una thrash metal. Dio doble clic y tomo el micrófono para comenzar a cantar al ritmo de la música. No tuvo necesidad de ver a la pantalla, se sabía la música desde hace un tiempo y siempre le tuvo llamando la atención. Recordó su batalla contra Mukuro la primera vez que lo conoció y consiguió sus guantes. Sus amigos fueron lastimados ante esa batalla que solo él podía detener. Sonrió de lado mirando a su hermano mayor con la mayor calidez y tristeza posible. Su Famiglia. Sus amigos. Él. Cerró los ojos visualizando su batalla contra Xanxus, un temible enemigo al que nunca debía de hacer enojar nuevamente o molestar. ¡Definitivamente no quería enfrentarse a ese otro monstruo! Aunque debía admitir que se había divertido mucho durante su aventura, descubrió nuevos lazos... y se enteró del trabajo de su vago padre. ¿Y su batalla en el futuro? Conocer a sus amigos... y verlos sufrir por pertenecer a la Mafia.

La Voluntad del Cielo más Poderoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora