Los matrimonios concertados siguen siendo algo común en el mundo en que viven Yuuri y Víctor, eso no ha impedido que ambos jóvenes se escojan el uno al otro, ¿una solo foto y un buen capital será suficiente para esta pareja?¿pueden con solo eso crea...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Víctor Nikiforov caminaba del brazo de su hermano mayor por el sendero que lo llevaría al altar, camino el corto pasillo en un kimono preparado especialmente para la ocasión, la madre del menor había llegado la noche anterior con el y lo había forzado a probárselo, una señora bajita y rechoncha que lo veía con desagrado, era la primera vez que usaba una cosa así, estaba nervioso y pesaba mucho, pero no había de otra si quería completar esta unión.
Cuando llego al altar, el japonés extendió su mano y después de un corto beso Gio puso la mano de Víctor sobre la de su futuro esposo, quien al ver el gesto lo miro con reproche, no le importo ser regañado después porque por fin vio una emoción en el rostro del menor.
-Todo tuyo cuñado
-Gracias – respondió seco.
-Te amo Vitya – le dijo su hermano.
-Yo a ti, Gio.
La recepción fue agradable, fue presentado a todos los amigos de los Katsuki y obligado a cantar, cuando finalmente se retiraron, Vitya estaba muerto, quería una cama y la quería pronto, pero eso no seria posible habría un testigo que estaría fuera de su habitación vigilando que el matrimonio se consumara, humillante – pensaba él mayor. Se sorprendió al saber que no dormirían en la casa principal y al ver una casa tradicional de madera y tatami trago en seco, odiaba dormir en el piso...
-Viviremos aquí hasta que estés en cinta, después regresaremos a la casa principal, esta casa no es incomoda solo que tendrás que dormir en el piso.
-Esta bien – acepto sin rechistar aunque desde siempre había odiado dormir en el piso, sin al menos un colchón de por medio.
-Joven amo, espero que la celebración halla marchado bien
-Lo fue Hana, acompaña al joven Niki... a mi compañero a su habitación, ayúdalo a prepararse en un rato lo alcanzo.
La mañana siguiente a la noche de bodas Víctor, deserto solo y adolorido, su flamante esposo se había marchado durante la madrugada sin decir nada, se quedo en cama adolorido hasta que llego su hermano.
-Vitya, traje piroskis despierta... - susurro Gio.
-Basta déjame dormir.
-¿Katsuki es un bruto entonces? ¿Qué incluso no quieres levantarte? – enrojeció y el comenzó a reírse.
-No es eso, casi no pude dormir, odio dormir en el piso...
-Lo se cariño, debes acostumbrarse, hoy tengo que regresar a Rusia.
-Lo se, lo se, diles a todos que los voy a extrañar.
-Nosotros a ti hermano. Prometo que te visitaremos.
-Por favor Gio.
Después de comer piroskis con su hermano, Gio se preparo para irse y se despido deseándole la mejor de las suertes, las necesitaría, poco después de comer recibió la visita de una joven beta, que según entendió seria su dama de compañía y le ayudaría a prepararse todos los días.
-Mis mas sinceras felicitaciones Víctor-san, por su boda, soy Aya le ayudaré a arreglarse todas las mañanas.
-No es necesario – comento él y la chica entristecío.
-Es una orden de la señora Katsuki, lo siento si es incómodo pero no seré molesta.
-Yo soy la señora Katsuki,- dijo con confianza y la chica se sorprendió – pero no hay que llevarle la contraria a la madre de Yuuri bienvenida, ¿a que hora llega Yuuri?
-Debe estar por llegar, le ayudare prepararse para recibirlo.
-Grandioso.
Aunque se apresuro para arreglarse y salió corriendo a su encuentro lo que vio al llegar era como su lugar era usurpado por la joven que lo había ayudado a alistarse el día anterior y como Yuuri la saludaba con una sonrisa. Su cara cambio totalmente cuando volteo a verlo.
-Víctor, debes estar aquí cuando yo llegue, que no vuelva a pasar – lo regaño.
-Bueno no tengo un horario de tus actividades diarias Yuuri deberás notificarme de cada una. – reclamo y las dos sirvientas contuvieron el aliento.
-Hana, dale a mi... a Vic... a
-Esposo Yuuri, eso es lo que soy – aclaro – o puedes decirme Víctor.
-... compañero lo que pide.
El moreno lo observo con enojo, después de todo él tenia razón. La cena fue silenciosa y Yuuri se levanto y fue a sus aposentos, después que Víctor regresara de su baño Yuuri ya estaba ahí esperándole, le sorprendía que a pesar de ser frio y muy serio estaba ahí esperándolo para pasar la noche con él, al terminar sin embargo, también se levanto para irse pero esta vez lo detuvo.
-Espera, ¿de verdad no dormiremos juntos? – lo detuvo él – no vas a marcarme.
-Lo haremos cuando estés en celo, hasta entonces el contacto mas allá de esto no es indispensable.
Sentencio Yuuri dejando a un Víctor muy sorprendido y enojado, él no era una yegua de carga y se lo hizo saber.
-Sabes no soy una yegua de carga, al menos podrías ser mas amable. – grito antes de que se volviera a regañarlo.
-No se como te educaron pero no me vuelvas a levantar la voz.
Víctor se quedo en shock nunca nadie le había gritado, su familia era severa pero , siempre fue protegido, querido y respetado pese a su condición, pero aquí era solo un mueble mas de la casa.
-Y yo pensé que los Japoneses eran educados, que engaño – Yuuri ni siquiera se giro.
Era espantoso su esposo, la casa, el país, las costumbres todo. Lo odiaba, preferiría haber sido encerrado en casa, prefería no tener una familia propia y dejarse morir, pero ya no había marcha atrás.
.....
Aquí, quería que Yuuri de verdad pareciera una mala persona....
