El regalo de Navidad...

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La cara de todos estaba llena de incredulidad el siempre serio y responsable Yuuri Katsuki estaba ebrio y no era un ebrio lloroso o peleonero, era un ebrio chistoso y seductor, si Yuuri estaba cantando por todos lados, ya había retado a bailar a la mitad de los invitados, ahora se pegaba como lapa a un Víctor completamente avergonzado, no de Yuuri sino de su comportamiento, de sus besos y caricias descaradas.

-Vamosh Vitya, baila cong migho – le decía al albino – vamosh amore.

-Yuuri mejor siéntate y descansa un poco ya has bebido suficiente – decía él mientras los invitados los veían divertidos.

-Viejo llévate a ese cerdo a su cama – dijo enojado Yurio pues le había ganado en la pequeña competencia en que participo.

-Shiii vamos a la cama – susurro Yuuri – te are el amor toda la noche

Quizá fue esa la gota que colmo a los invitados, quienes agradecieron la invitación y tomaron el camino de regreso a casa. Los mayores se fueron a dormir llevándose a los niños con ellos, los tios de Víctor habían mostrado su interés en cuidar de los gemelos por esa noche, Jade fue a dormir con la madre de Yuuri o como ella decía: Su nueva abuelita, y el menor de los Altin se retiro con sus padres.

Yuuri fue arrastrado por Mari-nee a su cuarto con Víctor detrás de ellos, cargando la ropa que poco a poco se había quitado el menor de los hermanos, no sabia como sentirse pues Yuuri había mostrado una cara que nunca había visto además de ser abierta y públicamente cariñoso con él, cosa que le alegro vieran sus tíos, así sabrían que es feliz, que de verdad lo es. Pero también se había molestado por la total falta de cuidado de Yuuri al mostrar su cuerpo casi desnudo a los invitados.

-El la primera vez que lo veo beber tanto – dijo mari acostándolo en su cama – estaba muy feliz

-Lo estaba, parece que cada día somos mas felices – dijo Víctor – gracias por traerlo.

-De nada cariño, es bastante pesado aunque no lo parece.

Víctor termino de sacar su ropa y taparlo con la manta, luego fue al baños y se quito su ropa meditando, este había sido quizá el mejor cumpleaños de su vida, festejando con su familia, sus amigos, su compañero, sus hijos, suplemente había sido maravilloso, aunque era decepcionante que Yuuri se hubiese emborrachado tanto, el quería terminar ese día haciendo el amor.

-¿Qué te toma tanto tiempo? – pregunto Yuuri detrás de él – vamos quítate la pijama entremos a la ducha.

-Yuuri vamos a dormir – contradijo él – estas ebrio

-Quizá pero eso no hace que te desee menos o que no pueda darte un GRAN regalo de cumpleaños.

Se dejo hacer entonces, era débil mucho mas a las manos de Yuuri sobre su cuerpo, a sus caricias y besos, si era débil y también lo deseaba, el primer chorro de agua fría los sorprendió pero casi al instante el agua se torno tibia y paso a estar completamente caliente, la cabina de cristal del baño se lleno de vapor y era imposible verlos.

-Tú no estas ebrio – conjeturo Víctor.

-No amor solo quería que alguien nos ayudara con los gemelos.

-Podríamos haber pedido un favor.

-No, todo el mundo sabría que este era mi regalo y era un secreto.

-Te dejaste ver a propósito – dijo enojado – no me gusto, no me gusto nada, todo el mundo te estaba viendo.

-También tu – dijo besando sus labios despacio, lo acariciaba tratando de compensar la falta.

-Eso es diferente, estamos casados – trataba enserio de alejarlo sin lograrlo.

-¿Te gusto lo que viste? – pregunto él.

Un corazón. (Victuury, omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora