Celia, resoplando, salió de la sala de juntas seguida por Martha. No titubeó en poner rumbo a su despacho, pues iba a recoger su bolso con la idea de abandonar el edificio hasta el día siguiente. Estaba cansada, con dolor de cabeza, agobiada, enfadada, tensa y un sinfín de cosas complementarias a éstas. Quería descansar, y lo haría, ¡vaya si lo haría!
Martha, junto a ella, iba enumerando lo que tendrían que hacer al día siguiente. Tenían programadas nueve entrevistas con candidatos, empezando a las ocho de la mañana. Cada entrevista iría acompañada de una prueba laboral, por lo que se alargarían. Para comer, Martha le había organizado una cita con un editor amigo suyo que quería trabajar por libre pero podía aportarle a Celia mucha información sobre cómo funcionaba el mundo editorial allí, en Canadá. Celia, que no esperaba aquello, se sorprendió, pero lo aceptó gustosamente porque consideró que era mejor conocer el terreno antes de empezar a trabajarlo.
Además de las entrevistas con futuros empleados, si es que pasaban el filtro de Celia, y la reunión para la comida, tenía también que atender una videollamada con los jefes y dueños de la empresa. Al fin y al cabo, era una mandada más, aunque con un cargo alto en esos momentos. El día estaría completo, así que quería descansar después del viaje y el día que había pasado y que se había saldado con más despidos durante la reunión. Se despidió de Martha y se marchó. Ya disponía de todas las acreditaciones necesarias, de un nuevo teléfono de empresa y dinero, pero le faltaba encontrar una nueva residencia ya que no tenía previsto quedarse en el hotel los meses que durase su estancia en Canadá. El coche de empresa lo tendría al día siguiente, por lo que le tocaba pedir, nuevamente, un taxi.
Jer, al llegar al cuarto que ocupaba en el hotel, siguió lo poco que se había marcado. Prendió el ordenador, se tumbó en la cama con él a un costado y comenzó a navegar por el escritorio, después con más dudas por las carpetas de documentos e imágenes básicas en cualquier Windows. Sus ojos vagaban sin rumbo por la pantalla, hasta que una fotografía captó su atención.
La misma mujer que recordaba, pero extremadamente sonriente, derrochaba energía y felicidad en aquella instantánea. El cabello ondulaba levemente en el aire y los ojos de la fémina brillaban sobremanera, otorgándole un aire casi mágico. Su sonrisa, era lo mejor, a Jer no le quedaban dudas. Se quedó embobado viendo la imagen, sin pensar ni moverse; solamente dejando que sus ojos dibujasen en su mente cada detalle de aquella captura. Apreció las coloridas flores al fondo, tras ella, una fuente asomando por el lado derecho, una señora que se hallaba sentada en un banco alimentando palomas, a lo lejos... Advirtió todo, sin siquiera mirarlo. El punto principal era ella, aquella conocida desconocida, aquella mujer otrora antipática. Se veía agradable y amigable en la fotografía, él casi no podía concebirlo. «Buen trabajo el del fotógrafo», pensó, y es que para él aquello era una foto casi perfecta, porque había captado la esencia escondida en la mujer, la esencia que, quizá, ella trataba de no dejar ver a los demás.
Pasó un rato ensimismado en sus cavilaciones y sin cambiar de fotografía, solamente dejando que el tiempo corriera. Había algo que lo cautivaba, tanto como para no querer dejar de hacer absolutamente nada.
De pronto, la computadora emitió un sonido que no supo de dónde salía. Observó la pantalla, el lado derecho donde solían salir los globos de notificaciones y la barra de herramientas buscando un motivo para aquella especie de alerta. En la barra, un botón parpadeaba entre azul y naranja llamando su atención. Abrió y se encontró con una ventana de chat que lo sorprendió pues veía su foto de perfil identificando a quien había abierto la conversación.
—¿Quién eres y por qué tienes mi ordenador? —Le preguntaba quien, según él pudo suponer, tenía su computadora.
—Puedo preguntarte lo mismo. ¿Por qué tienes tú el mío? —Rebatió.
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Amor 2.0
RomanceCelia es una mujer joven, dedicada a su trabajo, divertida, cariñosa y apodada por sus familiares "La eterna soltera" ya que se niega a tener pareja. Quiere libertad, anhela disponer para siempre de su propio espacio y, a escondidas, disfruta extrem...