Noviembre 2015

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 -Buenos días, hermosa mía, feliz cumpleaños. -Me susurro al oído despertándome. 

 -Buen día, lindo -Le respondí abrazándolo.

 Luego fuimos a la cocina, y me sorprendí al ver un gran ramo de rosas en medio dela mesa, y un gran desayuno. Sentí sus manos en mi cintura y sus labios rozar mi cuellomientras susurraba en mi oído: 

 -Espero que te guste, este es el principio de muchas sorpresas que te esperan hoy.-Me besó delicadamente la mejilla. 

Con un gesto dulce me instó a comenzar el desayuno. 

El mediodía se acercaba, me encontraba ansiosa; el hecho de no saber queplaneaba Facundo me inquietaba. Paseaba de un lado al otro por el cuarto pensando enlas millones de posibilidades de sorpresas, pero mi momento de meditación se viointerrumpido por cuando llamaron a la puerta... Al abrir me encontré con la radiantesonrisa del amor de mi vida, me dio un beso en los labios y fue a sentarse en la cama,luego me dijo:

  -Amor, quiero que te pongas hermosa así vamos a ver tu segunda sorpresa.Ansiosa y sin hacer preguntas fuí directo a mi guardarropa para elegir el atuendoadecuado; pude escuchar la risa grave de Facundo ante mi forma de actuar. 

Mientras buscaba en mi guardarropa le pregunté: 

-¿Acaso no iremos a clases?

  -No, este día es tan especial que no quiero que lo pases en la universidad. 

Estábamos ya en el auto. No reconocía aquella carretera y Facundo insistía en nodecirme hacia dónde íbamos, solo se limitó a decirme que sería un viaje largo así quedecidí cerrar los ojos y dejarme llevar por los brazos de Morfeo.

 Me desperté con pequeños besos esparcidos por mi rostro, abrí los ojos y meencontré con un paisaje hermoso y un restaurante lujoso justo en medio.

 Mi puerta se abrió y la mano de Facundo estaba lista para mi salida del coche, sinemitir palabra la acepte y entrelace nuestros dedos.

 Ambos elegimos almorzar pasta a la bolognesa, y, cabe decir que también es micomida favorita. 

Hablamos de cosas triviales, y luego de pagar la cuenta y decidimos dar un largopaseo por el lugar. 

Eran casi las 20:00. El celular de Facundo sonó y  se alejo para atenderlo;cuando volvió sugirió que ya era momento de volver a casa, no me negaría ya que estabademasiado cansada luego del hermoso y largo paseo. Apenas subí al auto mis ojos secerraron.

 Cuando desperté no podía ver nada así que me asuste y comencé a entrar enpánico hasta que escuche la dulce voz de Facundo diciéndome: 

 - Belleza, me tomé el atrevimiento de ponerte una venda en los ojos así podemos irhacia tu penúltima sorpresa, así que ahora solo deja que te guíe. 

Tomó mi mano para hacerme descender del vehículo, luego besó dulcemente mismanos y puso su brazo en mi cintura proporcionándome seguridad. Caminamos unpequeño trayecto hasta que abrió una puerta y dejo caer la venda. Muchas personasgritaron: 

-¡Sorpresa! 

Pude reconocer a todos nuestros amigos y familiares, mis ojos se llenaron delágrimas era una de las mejores cosas que alguien hubiera hecho por mí. Busque aFacundo con la mirada y cuando lo encontré fui hacia él, puse mis manos en su cuello y le 12di un beso tratando de expresar toda la alegría que sentía en ese momento, se sorprendiópero enseguida sus labios respondieron mi petición.

 Eran más de las 3:00 y la fiesta era soñada, sentí los labios de Facundo en micuello y sus manos acariciando lentamente mi cintura, se acercó a mi oído y susurrosensualmente:

 -Bebé, quiero que vayamos a un lugar más privado para poder brindarte la últimasorpresa del día de tu cumpleaños. 

Mis mejillas se tiñeron de rojo, pero sin más asentí y lo deje guiarme. Pasamos porun camino lleno de rosas, hasta llegar a una habitación donde había una camamatrimonial con pétalos de rosas esparcidos en ella; una pequeña mesa con un botella dechampaña y varias velas alrededor haciendo un ambiente muy romántico.

 Dimos rienda suelta a nuestro amor... 

-Feliz cumpleaños princesa, te amo

 Luego me quedé dormida en su pecho.  

Saró SinceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora