Mayo 2016

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El Festival se acercaba cada vez más y con él los síntomas del embarazo y mis

cambió de humor.

-Todas las malditas mañanas va a ser la misma historia, Facu. ¡Déjame entrar! -

Dije golpeando la puerta del baño con todas mis ganas.

-Un momento Barbi, ahora salgo. -Respondió medio dormido.

Estaba descalza saltando de un lado al otro esperando que Facundo saliera del

baño y tratando de no hacer un desastre a causa de las náuseas matutinas. Facundo se

encargó del desayuno mientras me preparaba para el curso de la mañana

-¿Quieres café? -Me pregunto con su característica sonrisa cuando hace bromas

-Quiero, pero me provoca acidez, así que tómalo tú. -Le respondí con sarcasmo.

Me faltaban apuntes y sabía que él los tenía pero no me los daría. En el aspecto

académico éramos muy unidos pero también muy cuidadosos de nuestras herramientas

de estudio. Cautelosamente saque de su parte del escritorio lo que necesitaba y salí para

ir a la facultad y luego iría a comprar algunas cosas que faltaban para completar mi regalo

para nuestro aniversario.

Repasaba los apuntes, con mi mala costumbre de ir con la música a todo volumen.

Trini estaba detrás de mí, me quitó uno de los audífonos para que conversáramos

-Barbi, te veo algo extraña. Tienes las ojeras por el suelo y estas pálida. ¿Estás

bien?

-Hola Trini. ¿Tan mal me veo? Han sido días difíciles entre los cursos, Facu y el

festival. -Dije tratando de evitar comentar el hecho de que debía ir a conocer a mis

suegros.

-Te conozco Bárbara y sé que algo me ocultas. Traes una cara como de haber

visto un fantasma.

-No exactamente pero tengo que ver a mis suegros en un par de días y eso me

asusta mucho.

-Jajaja. ¿Te asustan tus suegros? .Preguntó tratando de contener un ataque de risa

Mensaje recibido: "Amor ¿Has visto mis apuntes del curso de hoy? Tengo que ir

primero allí y luego al teatro." (Facundo)

Mensaje enviado: "Emm... Si los tomé esta mañana, cuando nos veamos te los

doy, te amo."

Tras varios días de caos en casa por el festival, este fin de semana iríamos a ver a

los padres de Facundo, no había escapatoria y debía enfrentar mi miedo.

El sábado por la noche Santiago y Giulia nos esperaban con la cena y lo que

según Facundo sería un cálido recibimiento.

-Hijo. ¿Cómo vas con la universidad? Vimos el magnífico cierre del festival -

Preguntó Santiago desde la sala.

-Papá, no vine a hablar sobre la universidad y el festival. - Respondió mientras se

enfadaba.

Comenzando la cena sentía que yo sería el blanco de todas las preguntas y en mi

mente trataba de armar una respuesta que no dejara espacio a ninguna crítica de parte de

ellos, Giulia trataba de no meterse mucho en la conversación de su marido y su hijo así

que comenzó a preguntarme algunas cosas

-Barbará ¿Cuánto hace que conoces y estás con mi hijo?

-Hace un año. Somos compañeros de clases.

Santiago interrumpió la charla con un comentario inoportuno

-¿Así que ambos estudian lo mismo? Así traen un hijo al mundo, para que nosotros

como abuelos le demos de comer.

-Papá, ahórrate el comentario. Nosotros veremos cómo salir adelante. Además Tim

nos apoya. -Dijo Facundo tratando de que su padre no me dijera nada más.

La cena transcurrió en un clima tenso y no estaba muy segura de querer volver a

ver a mis suegros por un largo tiempo.

Al terminar salimos a caminar por el parque de la ciudad. Era la medianoche del día

de nuestro aniversario y aunque habíamos intercambiado regalos, el más importante lo

esperábamos ansiosamente.

Saró SinceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora