Marzo 2016

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Llevábamos meses conviviendo y era lo más parecido a un pre escolar. Nos

jugábamos bromas todo el tiempo y esa mañana debía devolverle a Facundo la del agua

helada.

-Barbi, me voy a duchar... No se te ocurra hacerme nada. ¿Ok? –Se previno

entrando al baño mientras yo tomaba un café y leía las noticias matutinas.

-Descuida, no te haré nada, ¿Acaso me crees muy rencorosa? -Le respondí

riendo.

-Tú eres de cuidado, por eso lo digo...

En cuanto escuché correr el agua lo encerré bajo llave y escondí su ropa para

luego salir sin el más mínimo sentimiento de culpa por un café a casa de Trini.

Cuando regresé a eso de las 20:00 Facundo estaba de muy mal humor sentado en

el sofá:

-¿Qué sucede? -Pregunté tratando de contener la risa.

-¿Cómo qué sucede? Me dejaste encerrado. -Respondió levantándose del sillón y

sonriendo diabólico.

"Mierda, mejor corro a la habitación porque la venganza será terrible..." Tiré el

bolso sobre la mesa del comedor y corrí, Facundo se tomó el tiempo suficiente para

preparar su venganza. El sabía que cual sería el rumbo que tomaría para esconderme y

también sabía que los tacones no tienen resistencia en un suelo resbaloso... tiró vaselina

en el pasillo que daba a nuestra habitación y como era de esperar rompí mi zapato.

-¡Facundo! ¡Mis tacones! -Grité mientras me esforzaba por levantarme del suelo

sin éxito debido a la vaselina.

-Jaja. Cuenta saldada, amor. -Dijo entrando despacio a la habitación.

Me corté la mano con el dije del brazalete y estaba sangrando:

-¿Estás bien? -Preguntó preocupado y tomándome en brazos.

-Sí, estoy bien es solo un corte. –Lo tranquilicé.- Lo desinfectaré. Pero a ti te toca

limpiar ese desastre. –Concluí señalando el pasillo.

-No es justo. Sabes que la limpieza no es lo mío.

-Jaja. Debes pagar la consecuencia por tu broma.

Desinfecté mi herida y me senté frente a la tv en lo que Facundo intentaba

inútilmente limpiar el desastre que había provocado.

Se acercaba nuestro mes aniversario y buscaba el regalo adecuado para nuestra

fecha especial. Por esos días un sentimiento extraño me oprimía el pecho y me asustaba

pensar en que algo muy especial estaba pasando con nosotros...

Saró SinceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora