PDVSA ________.
—¿Decidiste que tipo de vestido vas a usar? Tu prueba de vestidos es en menos una hora
—No creo que ella deba preocuparse por eso, será la más hermosa aún con una sábana envuelta—aduló Levi a lo que yo respondí con una desencajada sonrisa.
—Pues creo que debería darle más importancia, su boda es en tan solo tres semanas.
—Ya contrate a alguien para que se encargue de todo
Los ojos del profundo azul de Levi se centraron el conversación con Martha, que yo deje de escuchar.
Está se extendió al punto en el que yo no pusiera mi atención en ella, estaba bien.
Pero ¿siempre sería del mismo modo?
—Es mejor que nos vayamos, ________. Si empezamos antes, terminamos antes—sonrió Martha.
Asentí, y tome mi bolso antes de que alguien que no fuera yo de arrepintiera de esa decisión.
—Te veo en la noche, Kels—se levantó de su silla y dedico sus fríos ojos a mi. —Te amo—susurró en mi oído antes de darme un beso en los labios. Trague saliva.
—Espero con ansias está noche—sonreí. Solté el aire de había contenido en el interior de mi pecho.
—¿Estas bien?—susurró al subir a la camioneta.
—Si, lo estoy.
Porque sí, si estaba bien pero no, no era feliz.
—Los vestidos de la izquierda tienen incrustada pedrería fina, que en mi opinión serán los que van mejor contigo—no entendí ni un carajo de las palabras de la señora modista. Pero solo fingí estaba de acuerdo, cómo todos estos últimos días.
—Ten—dijo y me entrego uno de ellos, que si, era completamente hermoso. Este poseía una larga cola que media como mínimo dos metros, y que iba reduciendo su tamaño hasta llegar a la cintura. Su tela era tan suave, y tersa que podía quedarme dentro de este como mi pijama permanente, su espalda era una total transparencia que iba adornada con esas piedras que brillaban bajo la luz de las lámparas pegadas al techo de tabla roca.
Entré al maldito probador, y la medida melancólica de mi corazón subía un poco más conforme el vestido recorría los rincones de mi piel.
¿Qué pasaría si fuera Tyler quién se casaba conmigo? ¿Amaría el vestido?
Tal vez amaría planear cada una de las estúpidas flores en temporada si la boda fuera con él, si fuera él quien me esperara en el altar.
Salí del probador, con mis ojos manteniendo una vista casi ilegible.
—Está, completamente hermoso, cielo—dijo Martha, y me dio la vuelta, observando cada parte de este. Asentí, y limpie la lágrima que salió fugaz por mi mejilla.
Yo no quería preguntarme toda la eternidad cómo sería una vida con Tyler, no quería esforzarme por tener una felicidad que poco a poco iba a completarse, si con él, ya no tenía inseguridades, ni miedos o riesgos de perder lo que realmente quería.
Si yo lo amaba con desesperación y no quería dejar pasar la vida sin él.
Me mire en el espejo, me di cuenta de que la única vez que me sentí amada, fue cuando Tyler me pidió que bailará con él, cuando me miro a los ojos. Incluso cuando su mensaje llego rompiéndome el corazón, ame cada una de las horas que pase con él. Porque yo sabía que si él me decepcionaba 99 veces, yo iba a perdonarlo 100.
—No, no lo esta. No es hermoso—pronuncie y baje con agilidad el cierre del vestido.
Martha me miro, con la cara llena de confusión. Pero ya no iba a detenerme. No termine de ponerme mi ropa cuando salí de probador nuevamente, Martha aún me mira con desconcierto.
—Lo siento... Realmente lo lamento, sabes que te amo, que tu has sido el apoyo, mi único apoyo. No tienes idea de la inmensa adoración que tengo por ti, pero perdóname —ofrecí esas palabras antes de correr y pedirle al chofer ir a casa, por atajos, o brechas, lo que sea que me llevara más rápido.
Tome toda la ropa que había en el armario, sin dejar alguna huella de que alguna vez esa habitación estuvo usada.
Me baje con la maleta, sin hacer ruido, y tome las llaves que le había quitado al chofer antes de mandarlo a casa.
Encendí el motor, y mi corazón comenzó a sobresaltarse cuando Martha golpeó con rigidez el cristal de mi puerta.
—¿A dónde demonios vas?—escuche sus gritos.
—Lo siento—moví los labios sin desgastar mi voz.
—¡Regresa!
Pise el acelerador lo suficientemente lejos de ella para no lastimarla.
Y las vibración de mi pecho no pararon aún cuando puse la canción más hermosa que hubiera escuchado, ni aunque respirará con quietud durante cinco minutos.
Ahora podía ver con más luz a la carretera, podía acelerar más sin tener miedo a tener que enfrentarme a más mentiras.
Pero cuando paré el auto frente a su casa, ese sentimiento reapareció. Tome el aire suficiente de la valentía.
Y en contra de todo, llame a su puerta. En ese segundo de espera, por ese tiempo mi corazón no palpitó, ninguna vena transporto sangre. Todo mi sistema paró su curso. Entonces pude entender que tal vez una persona no puede parar al mundo, pero si puede parar el mundo de alguien.
El cerrojo de la puerta se abrió, y no había notado el momento en que mi vista se cristalizo.
Su cara apreció frente a mi, la cual me miraba con los ojos bien abiertos.
—Bunny lo pensó mucho tiempo, no me importa ser egoísta—sonreí de lado.
Una lágrima cayó de sus ojos. Y me tomo por las mejillas con fuerza, me miro un segundo antes de unir sus labios a los míos. Un beso, un largo y doloroso beso que había esperado por mucho, mucho tiempo.
Tyler bajo sus manos hasta mi trasero y me levantó, yo enrolle mis piernas en su alrededor y escuche la puerta cerrarse tras nosotros.
—Perdóname—susurré entre jadeos. Negó. —No, no bunny, no.
Sentí las finas sábanas blancas acariciar mi piel, y Tyler le hizo séquito. Comenzó a desabotonar mi blusa y yo arranque su camiseta blanca.
El bajo sus besos hasta mis pechos desnudos y mi abdomen. Cerré los ojos y disfrute el segundo duradero en que su piel se pegó a la mía.
—Te amo Bunny. Siempre he sido un idiota—susurró en el segundo que me miro a los ojos.
Me levanté un poco hasta él, hasta tocar sus labios de nuevo. —Solo bésame—pedí.
Y así lo hizo. Jamás se separó de mi, mi piel jamás se separó de la suya.
Luego de unos intensos y placenteros minutos, Tyler cayó a mi lado y me abrazo fuertemente hasta él.
—Sé que has sido un idiota, yo también fui una por lastimarte así. Perdóname—susurró y las lágrimas de alegría caen.
—Te amo—digo. —Yo también te amo.
Sus manos me estrecharon con más firmeza a su cuerpo desnudo. Mire sus ojos fijarse en el techo, y cristalizarse poco a poco.
—No sé que hubiera sido de mi si te hubieras casado, bunny—habla —Perdóname por lastimarte tantas veces, por tanto tiempo. Perdóname por no saber cuidarte, por no haberte tomado en cuenta, por ser tan egoísta. Perdóname por haberte dejado ir, por no haberte detenido.
Sus palabras me congelan el pecho.
—No me dejes nunca más, no te atrevas Tyler. Te mato si lo haces ¿me escuchaste? Te mato y luego golpeó hasta morir yo también—respondo en medio del sollozo de esta alegría.
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Olvidando El Amor Tyler Posey y Tu
FanfictionNarra Tyler. Respiré. El ardor del dolor caía como agua salada por mis ojos. La oscuridad de la noche me abrazaba y se rehusaba a dejarme salir. -¡Vamos levántate!-rogué, ella no me respondía. -¡Te amo! Por favor, despierta-dije con el último alie...