16. Recordatorios

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Disclaimer: ¡Nada me pertenece! Los personajes pertenecen a Marvel y la historia a MaverikFlame (esta es una traducción).

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16. Recordatorios

Fue Pepper quien se lo recordó. «Gracias a Dios por Pepper» era una frase que Tony había pronunciado en más de una ocasión, y debido a situaciones como esta.

—Tu aniversario es dentro de una semana, ¿sabes?

Tony apagó el soplete y levantó la careta protectora para mirarla, ojos oscuros desorbitados como los de los conocidos ciervos encandilados.

—Sobre eso —dijo, levantando un dedo enguantado cubierto de hollín—... ¿Qué?

Pepper suspiró y agachó la cabeza para ocultar su sonrisa.

—Tu aniversario —dijo—. Misma noche que la noche benéfica en el museo, ¿no?

Tony agachó la cabeza y se aclaró la garganta.

—Bueno —dijo, moviéndose incómodamente con el soplete en la mano—, no empezamos a salir esa noche exactamente, pero— está bien, está bien, sí —se interrumpió ante la mirada asqueada que empezaba a cruzar el rostro de Pepper—. Supongo que... ese es un día tan bueno como cualquier otro.

Asintió y miró de reojo nuevamente su trabajo, una mano en su careta, lista para bajarla otra vez sobre su rostro.

Pepper seguía parada ahí, tablet sobre sus palmas, observando a Tony con expectación.

—¿Algo más? —preguntó, mano aún levantada, distraído.

Pepper sonrió con indulgencia.

—¿Quieres que planeé algo...? —preguntó, gesticulando significativamente mientras su voz se iba apagando.

—Oh —dijo Tony, y ahí estaba otra vez aquella mirada de ciervo encandilado—. Cierto, eh. —Mordió su labio inferior y miró alrededor de la habitación como si su desastrosa área de trabajo pudiera darle respuestas—. ¿Cómo se supone que haga esto? —preguntó, encogiéndose de hombros—. No soy exactamente un experto en relaciones a largo plazo, y— diablos, no es como si pudiera regalarle flores o algo así, ¿cierto? —Arrugó la nariz—. ¡Oh, Dios, espero que no me dé flores! —Nunca podría vivir con eso.

Pepper suspiró y parecía peligrosamente cerca de poner los ojos en blanco.

—Llévalo a cenar o algo así —dijo ella—. Un toque romántico no sería malo, pero ninguno de ustedes me parece del tipo sentimental.

—Un toque romántico —repitió Tony, moviendo sus pestañas burlonamente—. ¿Cómo qué? ¿Escribirle un poema o algo así?

El ceño de Pepper se arrugó de preocupación, diversión o por ambos.

—Pensar en ti escribiendo poesía es algo aterrador —expresó.

Tony se aclaró la garganta y dijo:

—Las rosas son rojas, las violetas azules, me gusta el sexo, ¡y a ti también!

Pepper cerró los ojos y se frotó el puente de la nariz, aunque Tony juró que había visto el rastro de una sonrisa en su rostro.

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—El jueves es nuestro aniversario —dijo Tony.

Esperaba algo parecido a una leve reacción de parte de Loki en lugar del vagamente distraído:

—¿Eh?

Loki estaba sentado en el escritorio de Tony, un escritorio que el dios había reclamado como suyo desde que había comenzado a vivir en la Torre (espera, ¿cuándo había sucedido eso, por cierto?), y estaba absorto en la computadora frente a él, largos dedos tipeando las teclas de vez en cuando. Generalmente, estaba más absorto en la estantería detrás del escritorio que en la computadora, y Tony tuvo miedo de caminar hacia el otro lado del escritorio y ver qué, exactamente, estaba haciendo en esa cosa.

El diablo que ya conoces (IronFrost - Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora