15. Muy bien

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Disclaimer: ¡Nada me pertenece! Los personajes pertenecen a Marvel y la historia a MaverikFlame (esta es una traducción).

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15. Muy bien

—Hola, Bruce.

Bruce sonrió y asintió hacia Natasha mientras pasaba a su lado, respondió con un suave y tímido:

—Buenos días.

Lucía peor por el cansancio, lo sabía, pudo verlo reflejado en sus ojos, aunque solo por una fracción de segundo. Había sido un año difícil. El... otro tipo había estado saliendo más a jugar, y había tratado de escapar de él huyendo hasta el otro extremo del mundo (otra vez).

Pero las cosas se habían calmado —él se había calmado— y ahora pensaba en darle otra oportunidad a los Vengadores. Habían pasado tres meses y cinco días desde su último incidente, estaba orgulloso de decirlo; aunque esto no evitó el operativo de S.H.I.E.L.D. que le escoltó ni a Natasha, con una sonrisa en el rostro y una mano en la funda de su arma.

Clint lo pasó en el pasillo, comiendo un paquete de frituras.

—Hola, Bruce —dijo con una sonrisa torcida, y Bruce asintió y sonrió en respuesta, evitando decir que era de mala educación hablar con la boca llena.

Antes de pasar por su —vieja, abandonada y polvorienta— habitación, pasó por el taller. Asomó la cabeza y estuvo demasiado distraído por la cantidad de equipo nuevo, aparatos y artefactos como para que sus ojos aterrizaran en cualquier lugar.

—Hola, Bruce —le llamó Tony desde el otro extremo de la habitación, y Bruce se giró para saludarlo, otra sonrisa cortés en su rostro cuando—

—Sí, hola, Bruce.

Otro rostro mucho, mucho más cerca, con ojos verdes y una sonrisa perversa y demasiado familiar.

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Habían transcurrido dieciséis minutos desde su último incidente, y Bruce seguía pasándose las manos por su polvoriento cabello, caminando de un lado a otro. Su ropa estaba hecha jirones a sus pies, aunque Natasha, sin decir palabra, le había entregado un par de pantalones, viejos y desgastados en las rodillas y la entrepierna pero incluso de mejor calidad de los que él solía usar.

Tony le había dicho que no tocara nada, había sonreído considerablemente aunque desanimado mientras miraba fijamente a «sus bebés» y trataba de salvar lo que podía de los escombros. Loki estaba sentado en el escritorio de Tony, botas apoyadas junto al teclado. Tenía las agallas de lucir divertido por toda la situación, despreocupado por el desastre, pero cambiando su expresión en algo casi parecido a la culpa cuando Tony lo observaba.

Bruce no estaba seguro de si quería ayudarle, disculparse, gritar y enfurecerse porque cierto Dios de la Travesura estuviera aquí y—

Oh espera. Ya había hecho esa última parte, ¿cierto?

—Un poco de ayuda sería genial —gruñó Tony a Loki mientras jugueteaba con la pata rota de una mesa.

Los ojos de Loki eran amplios e inocentes mientras decía:

—Pero, Tony, cariño, dijiste que no debía tocar absolutamente nada de aquí bajo ninguna circunstancia.

Tony maldijo y empujó a un lado algunos escombros, a punto de llorar.

—¡Está bien! —espetó—. ¡Me retracto!

La sonrisa de Loki era lenta y perversa y envió un escalofrío por la columna vertebral de Bruce. El dios se inclinó hacia adelante y extendió los pies hacia el suelo en un movimiento suave.

El diablo que ya conoces (IronFrost - Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora