Capítulo 6

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CAPÍTULO 6

Me subí a su automóvil, Audi, bastante cómodo, con asientos de piel. Me ayudó a subir, tendiéndome una mano. Rodeó el coche y se subió por la puerta del conductor.

-¿Es tuyo? -le pregunté.

-No, mi abuelo me lo ha prestado.

-Con que no ganaban suficiente, ¿ah?

-Lo compramos usado, en rebaja y con el dinero que habíamos ahorrado durante cuatro años -me miró y sonrió.

-Ned, estoy espantosa, por favor...

-Espantosamente hermosa.

Me quedé callada. De alguna manera, siempre encontraba la forma de hacerme sonreír. Me sentía pésimo todavía, pero la simple compañía que me daba Ned, me daba seguridad y felicidad.

-No vamos a ir al parque, ¿verdad?

-¿Acaso no quieres ver la cara de los niños asustados cuando te vean?

Me reí. Observé la calle. El día seguía siendo un poco nublado. Finalmente llegamos al parque. Nos bajamos del auto. En efecto, los niños y la gente me veían con cara de locos. Me daba risa. Las reglas sociales son demasiado superficiales. La gente hace un criterio según lo que ven, pero no se dan el tiempo de conocer. Los perros no ladran si conocen a la persona.

Al menos iba peinada. Si no, habría traumado a mucha gente.

-¿Notas como se fijan en ti? -me susurró Ned.

-No... ¿Estás seguro? -contesté en el mismo tono, sarcásticamente.

Sonrió. Miró hacia el frente. Vio una heladería justo al otro lado de la calle del parque. Caminamos hacia ella. Entramos en el local. El heladero me miró con disgusto.

-Buenas tardes, muchachos -dijo, aun mirándome.

-¿Por qué mira así a la chica más hermosa del mundo? -le cuestionó Ned, refiriéndose a mi.

-¿Más hermosa...?

-Del mundo -terminó Ned.

El heladero lo miró, probablemente preguntándose si Ned era ciego. La situación causaba gracia.

-¿Qué van a querer?

-No ha contestado mi pregunta, señor heladero.

El heladero empezaba a molestarse.

-La veo así porque no creo que sea la chica más hermosa del mundo.

-Menudo heladero superficial -dijo Ned, retador.

-¿Cómo me has...?

-Menudo heladero superficial -repitió Ned con calma.

-¡Solo he dicho que no es hermosa!

-Cosa que es mentira -explicó Ned. Se bajó la manga de su suéter azul, que antes tenía arremangado. Sujetó la manga con su mano y la acercó a mi rostro-. Es solo maquillaje, heladero. Con agua o simplemente con un papel o la manga de un amigo se puede quitar -empezó a limpiarme la cara. Mienras tano, continuó diciendo-: ¿Pero sabe qué es una lástima?

El heladero contempló como me desmaquillaba.

-¿Qué es una lástima? -preguntó el heladero.

-Que a ella se le puede quitar el maquillaje corrido, y por lo tanto, se le puede quitar lo "fea". Pero a usted, lo superficial y estúpido nadie se lo quita. Tenga una buena tarde.

Le dirigió una sonrisa enorme,mientras terminaba de limpiarme, y el heladero se quedó boquiabierto. Me reí. Ned me tomó de la mano y estábamos en la entrada cuando dijo en voz alta.

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