CAPÍTULO 12
El paseo fue hermoso. Largo, callado, pero hermoso. No creo poder describir como me sentí en esos momentos. Era... ¿Mágico? Recalcamos todas las calles de aquella pequeña ciudad. Compramos dulces, nos recostamos en el pasto de un parque... Fue un gran día. Al menos el principio. Fuimos, incluso, a un museo, en donde se exhibía una exposición de el Holocausto. Creo que era eso. A decir verdad, el estar con Ned me impedía poder enfocarme a cualquier cosa.
Sin embargo, algo en él faltaba...
Platicamos muchísimo. Nos pusimos al corriente de nuestras vidas. Me contó todo su viaje. Fue primero a Suiza, donde vivía su tía, a visitarla, para pasar un par de semanas con ella. Su tía era una mujer con una gran cantidad de dinero y le dio un poco, para que pudiera mantener la tienda. Luego fue a Estados Unidos un día, para conseguirle medicamentos a su abuelo...
-Oye, ¿y qué hay de tu abuelo? -le pregunté cuando mencionó eso-. Dijiste que era probable que no se hubiera tomado los medicamentos...
Dudó un poco antes de contestar, miró hacia otro lado y tardó un poco en contestar.
-Si se las tomó -dijo al fin-. ¿Quiéres ir a visitarlo?
Ya era muy oscuro. El enorme telón de Luna cayó, cerrando la bella obra que inició el Sol. Miré el cielo un momento y luego volí a mirarlo a él.
-Claro -dije, contenta. Caminamos un rato hasta llegar a su casa. Abrió con sus llaves, no hubo necesidad de tocar la campanilla.
-Abuelo, estamos en casa -gritó Ned, justo cuando entramos.
-¿Estamos? -refunfuñó desde arriba-. ¿Tú y yo?
-No, abuelo, Liza.
-¿Llegó la pizza? ¡Yo no ordené ninguna pizza! -reí un poco cuando dijo eso.
-Tus chistes no tienen gracia.
-Tu enorme cara de amargura tampoco -tosió.
-Ven, vamos al jardín -dijo Ned, dirigiéndose a mi. Me tomó de la mano y salimos. Nos sentamos en las bancas de metal blancas que estaban en las orillas.
-Es algo tarde. Creo que...
-No, no te irás -dijo, sonriendo-. Espera aquí, que no logro ver nada.
-Está bien.
Se metió y casi inmediatamente, empezó a caer agua de la fuente del centro. Y a su vez, cuatro focos que estaban en la parte baja de la misma, se encendieron, iluminando de un color amarillento el jardín entero. El lugar era hermoso. La luz de las estrellas en combinación con el pasto recortado, la fuente y su bello vaivén melódico.
-Espero... Espero que te guste -dijo Ned, saliendo de nuevo al jardín.
-Es... Hermoso -dije yo, contemplando la escena, fascinada.
-Por supuesto que lo es. Digo, si estuve pensando en ti mientras lo hacía... Debía quedar hermoso.
-¿En serio hiciste eso? -me ruboricé-. ¿Lo hiciste tú?
-Lo que ganamos en la tienda no tiene otro fondo mas que las medicinas del abuelo, mi colegiatura, mantener la misma tienda llena y el coche. Y bueno, ahora que hemos comprado el coche, ese dinero extra se está ahorrando. He usado una parte para comprar el circuito eléctrico y los focos. Instalarlos... Ese fue el problema. Me pregunto qué hacía la gente para resolver sus conflictos antes de que existiera Papá Internet.
Sonreí de oreja a oreja. Luego, cuando mencionó a "Papá Internet" recordé el vídeo del Chico Moco.
-Oye, quiero contarte algo.
-¿Pasa algo malo? -se apresuró a sentarse junto a mí. Me miró a los ojos, preocupado.
-En efecto, es malo. Y creía haberlo solucionado, pero una enorme angustia me atormenta y creo que contándotelo me sentiré mejor.
-Sabes que puedes guardar tus secretos, Liza. No me sentiré ofendido si hay algo que no me quieras mostrar.
-No, no, al contrario. Quiero decírtelo todo.
-Soy todo oídos.
"Eres todo perfección" pensé yo. ¡Vaya chico! Seamos sinceros. Es atractivo, musculoso, con unos ojos increíblemente perfectos... Pero su perfección no era solamente física. No era hueco. Me daba mi espacio. Me respetaba. Era increíblemente cariñoso conmigo... Me considero una persona afortunada por el simple hecho de haber tenido un hermano con hambre en un día nublado en una carretera inhóspita. Por haberlo conocido, en otras palabras. (He de parecer una idiota enamorada de esas que lo único que presumen es su novio y sin él, no es nadie). Volví a la realidad, como cuando estás dormido y te echan un balde de agua helada encima.
-Bien... Pues en tu ausencia... Hubo un chico. Bueno, no en tu ausencia. El chico siempre ha existido. Pero en tu ausencia noté su presencia. De mala manera -me detuve, por si quería comentar algo, pero él no se inmutó y siguió mirándome con los ojos abiertos. Así que continué-. Este chico... Pues... Tenía... ¿una obsesión? conmigo y... pues hizo cosas desagradables -noté que apretaba los puños, rechinaba los dientes y comenzó a hacer su respiración un poco más agitada-. No pienses mal... Osea sí, pero no sin antes haberme oído. Este chico... Bueno, su apariencia es un asco. O era. Era, antes de esta semana. Se vestía horrible, apestaba y... tenía mocos. De ahí, decidí apodarlo "Chico Moco". -Se relajó un poco, pero seguía mirándome seriamente. A decir verdad, esa mirada furtiva penetraba incluso en aquella mente con semblante más poderoso e inquebrantable. Era una mirada severa. Hermosa-. Este muchacho... Pues. Todo empezó el Viernes de la semana pasada. Ya era hora de irnos. El chico me empezó a buscar, me dijo al principio que era hermosa y yo me empecé a incomodar. Me alejé y fui a la puerta y él y todos sus bastardo-amigos me rodearon. Luego me dijo que él siempre conseguía lo que quería y lo que quería era yo. Y... Y me besó... -empecé a atropellar las palabras, el odio y repulsión que sentía por el muchacho empezó a dejarme un mal sabor de boca. Respiré hondo y continué-: También decidió que fajarme iba a ser su logro. Y me tenía acorralada, no me podía mover. Entonces fue cuando apareció Will. ¿Recuerdas que no había llegado a casa desde antes de que te fueras? Pues apareció ahí... Me ayudó a liberarme de su abrazo mortal y golpeamos a sus amigos -los ojos de Ned volvieron a abrirse un poco más, pero, de nuevo, evitó hacer comentario alguno-. A uno le safamos el dedo... Pero bueno. Esto fue porque el imbécil del Chico Moco me había dicho furcia y todo. Estúpido. Bueno. Al día siguiente, el rector nos mandó llamar. Me dejó en detención dos semanas. ¡Pero el padre de Chico Moco estaba sobornando al rector! En fin, al niñito ese no le iban a dar ningún castigo y él se ofreció a tomar detención conmigo. El primer día de detención iba un poco más arreglado, decente. Justo antes de que entrara al aula, me dijo "te ves muy bien" o algo así. ¿Entiendes? ¡Es un maldito hipócrita! ¡Doble cara! ¡Primero me dice Furcia y luego me dice que soy bonita...! Bueno. Se sentó junto a mi. Me empezó a preguntar cosas. Y yo me estaba hartando. Le contestaba seca, pero nada más. Entonces, me pidió perdón. Así, sin más. Me dijo "Perdón por lo del Viernes" o una cosa parecida -Ned enarcó una ceja-. Y exploté. Le dije que no podía hacerlo así. No podía arreglar las cosas con un simple perdón. Y algo me dijo de los segundos, algo que me molestó tanto que decidí borrarlo de mi memoria -Ned suspiró, igual molesto. Sabía que si mencionaba el hecho de que Camilo había dicho algo despreciando a los segundos, él se iba a enojar también. Y así fue, creo-. Me alejé de él, me senté en otro lado. Cuando acabó detención también me fue a buscar. Y le dije que no quería ni tenerlo cerca. Y me fui. Luego, planeando la venganza con Alice... -Ned abrió los ojos mucho. Abrió la boca, como para decir algo, pero inmediatamente la cerró-. Ah sí. Olvidé comentarte que Alice me dijo que debíamos vengarnos. Entonces, mientras planeábamos la venganza, me dijo que debía juntarme con él para que no sospechara nada. Entonces tuve que pedirle una disculpa. Él me dijo que todo lo había hecho porque estaba enamorado y no se qué otras babosadas. Tuve que aguantar su repugnante compañía hasta el hoy. Aice recolectó la pipí de su perro en una cubeta. La cubeta la pusimos sobre la puerta del aula de detención y cuando Chico Moco la abrió, le cayó toda encima. Y lo grabamos. Y él es famoso en Twitter, así que lo tuiteamos con una cuenta falsa. Mira -saqué mi teléfono de la mochila, ya que ni siquiera había pasado a mi casa a dejarla, por lo tanto había cargado con ella todo el recorrido. Lo encendí, me metí a Twitter y busqué a Camilo. Había un video, el que habíamos subido. Me sorprendí, tenía 12,531 favoritos y 20,709 retuits. Eran muchos. Muchísimos, en mi opinión. Le tendí a Ned el teléfono y él vio el video. Su rostro se mantuvo inexpresivo. Cuando terminó de ver el video, me devolvió el teléfono, aún serio-. Y bien... Eso era todo.
-Al principio me asusté -suspiró-. Pensé que... Ya te habrías dado cuenta de que mereces a alguien mejor que yo...-iba a decir algo, pero el cortó mi pensamiento-. ¿Puedo manifestar mi opinión? -dijo, con una media sonrisa aparecida en su rostro.
-Claro -le dije yo.
-Desapruebo totalmente esta acción, Liza. Yo creo que...
-¿¡Qué!?- le grité. Me molesté-. ¿!Cómo puedes decir eso!? ¡Me ha llamado furcia y me...!
-Yo creo -continuó, con su tono normal de voz-. Que debiste simplemente ignorarlo.
-¿¡Ignorarlo!?
-Mira, Liza. No soy el único que quiere vivir en tu corazón. Seguramente tampoco soy el primero ni seré el último. Digo, eres inteligente, eres original, auténtica. Eres una persona definida y firme. Eso es lo que muchos chicos buscan. Eres... Una melodía. Eres la melodía más hermosa que el viento me ha susurrado a los oídos. ¡Diablos! Eres tantas cosas, tan irreal, tan increíble, tan profunda... Que las palabras no bastan y no bastarán nunca para poder describirte. Eres sobria, eres creativa. Eres única. Y creo que ese chico se ha clavado en ti. Y mira, una persona no justifica sus acciones negativas con la palabra amor. No se puede. Lo entiendo perfectamente, Liza. Es sólo algo imprudente. Pero, Liza, él está en un nivel muy bajo, un nivel de raciocinio menor al de un mandril. No deberías de ponerte a su nivel. Creo... Que deberías borrar ese video. Te puedes meter en muchos problemas. Pero... Solamente es mi opinión. Tu eres libre de actuar como desees, siempre y cuando, afrontes las consecuencias. No cometas el crimen si no estás dispuesta a pagar la sentencia. Liza... Yo...
Estaba hecha un lío. No sabía qué pensar. Al prinicipio creí que la venganza estaría bien. También creí que contarle todo a Ned me ayudaría. La gente cree cosas que no son ciertas y al final, terminan en caminos truncados y estrechos de los cuales no pueden salir. Estaba molesta, definitivamente. Pero ¿con quién? Ned manifestó su opinión. Alice solo quería ayudarme. El Chico Moco... Bueno, estaba molesta con él antes, pero ¿ahora? Creo que estaba molesta conmigo. Por haberme dejado llevar por la situación y haber querido vengarme...
-Liza, es tarde -dijo Ned, sacándome de mis pensamientos-. No es que te corra, pero tu mamá ha de estar preocupada. ¿Te acompaño a tu casa?
-Sé como llegar, gracias -cuando dije la última palabra, me di cuenta de que había cometido un error. Un gran error. Un Santo Error. Abrí los ojos... También la boca, para decir algo más. Pero suelo arruinarlo cada vez que hablo de más, decidí levantarme rápidamente e irme. Ned se quedó ahí, plantado en la banca, inmóvil.
Al salir de su casa, mi teléfono empezó a vibrar. Era Will. Contesté.
-¿Cabeza de ano? -dijo una voz masculina al otro lado del teléfono.
-¿Qué quieres? -dije cortante. Will se detuvo un momento (o eso creo yo. Uno no puede descifrar las acciones de la otra persona mientras se habla por teléfono).
-Ven ya, Liza, mamá está preocupada.
-Dile a ese monstruo que llegaré cuando se me plazca.
-Liza, ¿estás bien? ¿Quieres que te acompañe? ¿Dónde estás?
-En la casa de mi... De Ned.
-Voy para allá.
-No... -se me quebró la voz-. Will, soy... Soy una estúpida.
-Lo sé. Pero así te adoro, Liza -contestó suavemente.
-Ya estoy en camino a casa. No te preocupes. Dile a mamá que fui a terminar un trabajo escolar.
-Bien. Te quiero.
-Yo a ti, Will.
-Adiós.
Colgó.
Era ya bien entrada la noche. Miré el reloj de mi celular. 12:20 A.M. Vaya. Había estado mucho tiempo con Ned. A pesar de que estaba molesta con él, al analizar toda la situación de nuevo, me di cuenta de que él tenía total razón. Entonces ¿porqué estaba enojada?
Llegué a mi casa después de caminar bajo la luz de las estrellas un rato. Toqué el timbre al darme cuenta de que no traía las llaves. Mi madre abrió.
-¿¡Dónde estabas, chic...!?
-Haciendo un trabajo, ¿sí? No me siento bien, déjame pasar -como ella no se movió, inconscientemente la empujé con mi brazo a un lado, para yo poder pasar. Ella se quedó boquiabierta.
-Oye, ¡ven aquí!
La ignoré y subí las escaleras. Cerré la puerta al llegar a mi cuarto. A los pocos minutos, alguien tocó.
-En serio, madre, no estoy de humor.
-Está bien, hija -contestó una voz masculina fingiendo ser femenina.
-Venga, Will. Pasa.
Abrió y ahí se encontraba mi rockero hermano. Vestía de una playera de Black Sabath negra y unos jeans rotos azul oscuro.
-¿Cómo te ha ido? -preguntó mientras se sentaba en la silla de mi escritorio.
-Horrible, satánico hermano, horrible -contesté yo, minerras me acomodaba en mi cama.
-¿Y porqué horrible?
Me acordé del video. Como verás, me costaba mucho trabajo recordar las cosas. Solía divagar mucho, entonces nada se quedaba en mi mente por mucho tiempo.
-¿Recuerdas que te dije que el Chico Moco estaba atacando de nuevo?
-No me lo dijiste así, pero...
-Bueno. Alice y yo planeamos una venganza...
-Dime que le lanzaron globos llenos de mierda.
-Will.
-O que al menos lo obligaron a meter la cabeza en un mingitorio y ahí...
-¡WILL! ¡Ni siquiera sé qué es un mingitorio! Lo que hicimos fue poner una cubeta con orina de perro encima de una puerta por la que él pasaría. El punto es que no sé si hicimos lo correcto al vengarnos.
Suspiró y se levantó de la silla para voltearla y sentarse recargando sus brazos en el respaldo.
-¿Eso es lo que te tiene taaan preocupada?
-Lo grabamos.
-Mal, mal, mal, Liza. Nunca debes documentar nada. Si no hay registros, es mejor. ¿Aún tienes el video?
-Sí -tomé mi teléfono y se lo mostré.
Puso una cara tremenda de asombro al principio. Después se rió un poco. Y luego otra vez la cara de asombro.
-¿Por qué tiene tantos favoritos y retuits?
-Camilo es famoso.
-Oh... Ya veo. Liza, borra eso antes de que te metas en serios problemas.
-¿Qué?
-Liza, esto es bullying y ya sabes cómo está la cosa ahora. Le levantas un pelo a cualquier chico nerd y...
-¡Él es quién me ha estado acosando!
-La única evidencia aquí demuestra otra cosa...
-Vaya...
Tomé mi teléfono, cerré mi cuenta actual, entré con la falsa y borré el video.
-¿Y ya? ¿Eso es todo? ¿Sólo eso te preocupaba?
-¡No! Es que... Se lo he contado a Ned. Y él ha tratado de aconsejarme, pero yo...
-Te has portado como una ojete y ahora te sientes mal.
-Exacto. ¡Se ofreció a acompañarme hasta acá y le dije que sabía como llegar sola! ¡Fui una estúpida! Incluso sentí como si me siguieran todo el camino...
-Ay, Liza. Creo que debes controlar tus hormonas femeninas antes de actuar.
-Will... Yo... No sé qué hacer. ¿Y si me termina? Digo, me lo he buscado... -las lágrimas empezaron a inundar mis ojos y resbalar por mis mejillas. Me acomodé de nuevo de tal manera que no me viera la cara.
-No te va a terminar por semejante estupidez.
-Pero...
-Bueno, Liza -interrumpió-. Creo que es hora de que te platique cómo somos los hombres por una mujer...
Y empezó su gran sermón. A decir verdad, me animó bastante. Se sentía todo un experto. Y cuando Will empieza con un sermón en un tema en el que se sients experto, no hay fuerza en la Tierra (dudo incluso que la haya también en el universo) que lo detuviera. Habló de su manera tan perfecta de conquistar chicas. Habló de todos los errores que había cometido a lo largo de su vida con las chicas. Habló de cuando crees y estás convencida (o convencido) de que es el amor verdadero y te quedarás con él toda la vida y de repente ¡BAM! Te lo encuentras borracho y descubres un lado de él (o ella) que no conocías. No olvidó decir que un hombre realmente enamorado lo daría todo, todo, sin lugar a dudas, por su mujer. Y que eso a la mujer no siempre le importaba. También dijo que las mujeres somos lo más extraño, incomprensible, cambiante de este mundo. Pero sin nosotras, los hombres no serían nada. Habló de muchísimas cosas. Incluso de situsciones en las que ni siquiera me encontraba, como cuando tú y tu novio pelean por celos, cuando te engañan con alguien más feo, cuando te gusta tu mejor amigo -bueno. Tal vez si me encontraba en alguna situación de esas...- Me dijo el porqué un hombre no se enojaría por como lo traté, sin embargo, no me dejó tranquila. No me convenció. Yo me seguía sintiendo mal por como le hablé a Ned, pero el siguió con su plática motivacional. Mencionó muchos otros aspectos en los que un hombre debería preocuparse por tenerle a una mujer, como el respeto, confianza, amor, la prevención de pleitos, la diversión, etc., y algo que estaba casi ya extinto -según él-, la caballerosidad. Hizo mucho énfasis en este concepto. Dijo que prácticamente si un hombre era un caballero, cumpliría con los otros aspectos. Y si un hombre cumplía con varios de estos aspectos, era un hombre que valía la pena.Y Ned tenía todas esas cosas.
Y yo lo había arruinado todo con Ned.
¿Había perdido mi hombre que valía la pena?
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Segundos del Minuto
Romance"Hermosa" es un adjetivo extremista, mientras que "guapa" es un adjetivo cualquiera, uno común, que cualquier persona puede usar para describir a otra. Pero "hermosa" es un título que pocas pueden alcanzar. Liza es una chica común, con una vida comú...