Aún recuerdo cuando estaba a un día de entrar a la secundaria, estaba sumamente nervioso, pues no pude ni dormir de los nervios de pensar qué me depararían estos 3 años.
Era la segunda vez que mi primo mayor iba a la misma escuela que yo y a pesar de todo, el siempre tuvo mucho coraje, puede que no era el mejor para pelear ni el más astuto, pero al menos lo era más que yo.Al día siguiente llegamos a la escuela y como me lo esperaba, todos se conocían, muchos hicieron sus grupitos mientras mi primo se quedó conmigo, después de un rato mis maestros nos dividieron en grupos y por supuesto, yo fui el que no habló con nadie.
Me costó mucho adaptarme a mis compañeros, al principio fueron callados, pero después de unas horas comenzaron a gritar mucho, a correr y a aventar cosas.
Yo estaba muy sorprendido de todo lo que sucedía, no había escuchado tantas groserías en el mismo lugar y al mismo tiempo antes, pero aún así traté de estar al margen, pues ya sabía que mis compañeros serían algo groseros por el barrio en el que la escuela está ubicada.
Pasaron algunas semanas y lejos de adaptarme parecía que ellos se adaptaban a molestarme e insultarme.
Si bien mi primo tenía a sus amigos de segundo año, ellos eran de hecho también amigos, parte de sus pandillas, así que no había mucho que pudiera hacer.
Claro que en todo ese tiempo me hice de unos cuantos amigos, uno de ellos se llamaba Luis, él era un niño todavía, bastante tímido, inocente y carismático, me llevé bien con él porque no parecía ser igual al resto, así que fuimos amigos, sin embargo, él si era de por esos rumbos, así que siempre estaba con otras personas hablando o jugando futbol.Cuando llegó el momento de elegir talleres él no parecía quedar en ninguno de los disponibles, el único que quedaba por confirmar era Corte y confección, así que por unos días lo único que me decía era -"No puedo creer que quedé en corte y confeshionist"-.
Cuando fue la primera clase de mi taller de Diseño de circuitos eléctricos pude hacer otro par de amigos, uno de ellos era un chavo buena onda, algo raro pero buen amigo, se llama Valois, su padre trabaja en la cooperativa y era muy bueno eso porque el señor era muy buena persona también, luego les fiaba a mis compañeros y nos llegó a invitar algunas cosas unas cuantas veces algunas tortas. Pero así como había gente buena y gente mala, existía otro bando de personas que eran neutrales pero también se imponían, los maestros.
Uno de mis maestros, Raúl, era joven, pero a pesar de que parecía que mis compañeros lo iban a ignorar y faltar al respeto se impuso desde el primer día.
Cuando fue su primera sesión los compañeros estaban gritando e ignorando al maestro; junto al profesor estaba un grupo de alumnas de segundo, estaban visitando al profesor y cuando ellas dijeron: "Pobres tontos", supe que algo iba mal.
Aún recuerdo que el grito más fuerte que he escuchado en la vida fue "¡A ver primero A, guarden silencio ya!".
Lo gritó tan fuerte que me espanté y todos se callaron tanto que no volvieron a hacer ruido de nuevo.Él no fue el único que tuvo algunos problemas con el grupo, nuestro tutor nos dijo varias veces que somos el peor grupo y doy razón, entre mis compañeros se echaban la culpa, otros me la echaban a mí y yo nunca hice nada que me metiera en problemas, el único problema fue cundo todo, absolutamente todo el grupo me culpaba de cosas malas que yo no hice y el maestro no me creería solamente a mi.
También recuerdo a un compañero que tenía muchos problemas, su nombre era Angel, que según las palabras de mi tutor, de angelito no tenía nada. Era una reverenda lacra, era grosero, violento, maleducado y siempre quería imponerse ante todos, lo más curioso es que ni siquiera duró el año completo, pues terminó saliendo de la escuela, pues escuché que su papá le pegaba a su mamá y a él, una gran lástima por un joven que apenas comenzaba su pubertad.Mis maestros tenían mucha experiencia sobre cómo tratar a los estudiantes, sobre todo porque a esa edad todos tenemos una gran mezcla de sensaciones, nos estamos descubriendo a nosotros mismos, las niñas comienzan a tener su periodo y los muchachos a tener el deseo del contacto femenino. Pero lo que nunca me agradó fue el gusto de infundir miedo a todos los estudiantes.
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Y Todos Se Van
Genç KurguPara un niño es muy fácil jugar y ser feliz, para un adolescente es muy fácil hacer lo que quiera, para un adulto es muy difícil imaginar qué hubiera pasado si hubiéramos sido más maduros, para un anciano es muy fácil recordar a aquellos que se han...