Sasha |YOI| [Victuri] ||En Pausa||

VIII. Salvador

Luego de la competencia de Chugoku, Shikoku y Kyushu era tiempo de viajar a China para el acto de apertura del Grand Prix Final. Oficialmente era la primera vez que viajaban fuera de Japón como entrenador-alumno para iniciar las competencias, sería la primera vez en que ambos estarían realmente solos, sin familia, sin amigos, sin nada ni nadie que les hiciese compañía.

-Victor, vamos a perder el vuelo-decía el japonés mientras el ruso se despedía de su Maccachin -; bien me voy a Pekin- dijo despidiéndose de todos.

Habían decidido tomar un taxi para llegar más rápido al aeropuerto de Hasetsu; era extraño viajar con Victor pero Yuri ya no se sentía tan incómodo con su presencia pues llevaban bastante tiempo juntos y su relación se hacía cada vez más cercana.

Yuri debía participar en el tercer evento del GPF que se llevaría a cabo en China, el vuelo había sido un poco incómodo para Victor pues este llevaba tiempo sin viajar en la clase económica, y aunque él tenía el dinero suficiente para pagar algo mejor dejó que el japonés costeara los gastos como era costumbre, pues ahora el ruso era su entrenador y como tal debía cubrir sus gastos. Llegaron a Pekín y tomaron un taxi que los llevara al hotel donde debían hospedarse, Victor esperaba tener una habitación para él, como era de esperarse pero en cambio Yuri reservó una habitación doble; con ese acto era un poco más cómodo sentir que Yuri ya no se sentía tan renuente a estar cerca de él.

Yuri se encontraba dando una entrevista y aunque él estaba emocionado por estar allí, preparado para el día siguiente en que sería la competencia, estaba un poco incómodo y quería salir de allí pronto para ir a comer. Estaba fuera de Japón, con Yuri, persiguiendo ese impulso que tuvo desde aquél día en que Katia le dijo que viera a sus amigos competir, desde que vio al japonés envolverlo con su patinaje, desde que se alejó de todos los que lo ayudaron a salir de aquella terrible situación sin siquiera decir nada, estaba fuera de Japón luego de tanto tiempo, no había vuelto a Rusia y aunque le aterraba estar entre la multitud o volver a sumirse en su depresión, no quería decepcionar al nipón que había puesto su confianza en él.

Entre la entrevista de Yuri y su desesperación logró ver que Yakov, su viejo amigo y entrenador, pasaba tras ellos junto con Georgi, un compañero de equipo al que también le tocaba participar en ese evento.

- ¡Oh, Yakov!- dijo acercándose a ellos, pero ninguno se inmutó y siguieron caminando - Yakov, ¿comes con nosotros?- siguió diciendo sin importarle que el ruso mayor lo ignoraba. - ¿Por qué me ignoras?- dijo al fin, viendo que ninguno le hacía caso, a pesar de haberlos perseguido un poco.

- ¡Victor!- dijo el otro entrenador ruso-, me pongo enfermo cuando te veo jugar a ser entrenador; prefiero que me hables sólo cuando me vengas a rogar volver al patinaje, ¿entendiste? -siguió diciendo, sin importarle quién escuchara y apenas volteando a verlo.

¿Pero qué le había pasado? Sabía que Yakov era difícil de tratar pues era un hombre serio y en ocasiones muy enojón, pero no comprendía por qué su reacción ante una inocente invitación a comer. Esperaba que el viejo ruso estuviera contento de verlo darle un giro a su carrera y de ver sus logros, eso esperaba, al menos luego de recordar todas las veces en que le había insistido salir de su departamento, de ir a entrenar o de, al menos, sacar a pasear a su caniche.