CAPÍTULO XXIII: Selene

11 2 0
                                    


Selene


-¿Entonces tendremos que meternos en un hotel no? –pregunta finalmente Luna.

-Sí –determina Jace- Y cuanto antes lo hagamos mejor. Así podremos ponernos manos a la obra con el trabajo.

Todos asentimos y ponemos rumbo a la zona de taxis en frente de la salida del aeropuerto.

Mientras mis compañeros ríen hablando sobre distintos temas, como por ejemplo lo bonita y sexy que le pareció a Amán una de las azafatas rubias de ojos azules que le atendió, tema sobre el que solamente pudieron intercambiar palabras los chicos entre ellos; mientras que Luna y Asha discute sobre algo que no llego a terminar de entender porque mi cabeza está muy lejos de California.

No puedo dejar de pensar en mi sueño, es que... no sé, parecía tan real, como si en verdad hubiera pasado pero mi cabeza no fuera capaz de asimilarlo. Demasiada cabezonería tengo encima; para dar y repartir.

Suspiro.

Todo esto que me está pasando últimamente: los sueños, las llamadas, la voz de Adele, las sensaciones que tengo sobre lo que puede suceder al cabo de un corto tiempo... Todo debe tener una explicación lógica. Pero lo que no llego a comprender es por qué alguien viene detrás de mí, ¿qué se supone que es lo que quiere de mí? ¿Dinero? Imposible, el tipo al que investigamos y que, casualidades de la vida, es quien me persigue, tiene el peso de América en oro para él solito. Enonces... ¿por qué tanto interés en querer acabar conmigo? Por mi familia no puede ser, desde hace tiempo que no tengo ninguna, desde que Adele no está. Desde entonces he vivido sola y, como mucho, he conseguido llevarme un trozo de pan a la boca. Así que, exacto, no consigo averiguar qué cojones es lo que quiere toda esta gente de mí. Y, ¿sinceramente?, estoy muy cansada de buscar respuestas.

Sin embargo, no puedo espantar la sensación de que el sueño que he tenido en el avión alberga muchas respuestas a mis preguntas. Así que piensa Selene.... ¿Qué es lo que te ha llamado más la atención? Que estuviera Adele ah es ninguna sorpresa, siempre estaba, así que piensa.

Está bien si nos ponemos a descartar la presencia de Adele, podemos resaltar el hecho de que estuviera en una playa. ¿Yo en una playa? Eso sí que no es posible. Nunca me quisieron llevar a ver la playa. Vale. No nos pongamos nerviosas Selene. Respira. Si nunca estuviste en la playa , entonces, ¿cómo es posible que cuando te llevaron a ese centro comercial en Dubai, reconocieras el olor del mar sin siquiera haberlo visto? Eso no tiene sentido.

Dios mío. Es imposible. Mierda. ¿Cómo es que no conseguí darme cuenta antes de eso?

-¿Darte cuenta de qué exactamente Selene? –me preguntan.

¿Lo he dicho en alto?

Cuando miro a mi lado, veo que los ojos de Asha y Luna me están observando fijamente con la pregunta en ellos.

-Oh. Sí... -me rasco la nuca. ¿No hace calor aquí? Carraspeo intentando buscar qué decir- Yo... Solo estaba pensando en cómo es posible que no nos hayamos dado cuenta antes de lo que estaba pasando delante de nuestras narices. Era demasiado evidente, ¿no creéis? –pregunto sonriendo tan verdaderamente como puedo.

Asha asiente y prosigue con el tema, contando los distintos puntos que hemos tenido delante y no habíamos notado, pero con Luna no hay tanta suerte. Su mirada, que aún continúa crítica sobre mí, no se desvía, y me deja entre ver sus intenciones. "¿Por qué estás mintiendo? No me creo eso"

Pues genial. Ahora seguro que cuando me pille por banda me hará preguntas. Luna es así, y en el poco tiempo que llevo aquí, he aprendido a saber cuáles son sus puntos débiles. Y... ¿qué cuál es el suyo? Pues el de preguntar todo lo que pasa por su cabeza hasta no tener ninguna duda sobre nada. Y ahora mismo, veo que por su cabeza están pasando multitudes de razones por las que puedo haberle mentido. En fin, luego tendré una sesión de entrevista al toque Saed.

Let me be yoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora