CAPÍTULO XXVI: Selene

9 2 0
                                    


Selene

-Espero que la comida sea de su agrado –dice la chica llamada Silvia. Menos mal que ha llegado en el momento oportuno, porque sino... no sabría lo que habría hecho en ese ascensor. O mejor dicho... lo que me habría dejado hacer...- Si necesitan cualquiero cosa, no duden en avisarme.


Sonríe mirando a Jace y vuelve deshaciendo el camino por el que nos ha guiado hasta la mesa.


Está bien. No se me pasa para nada desapercibido la manera que tiene de volverse a su puesto y echar a caminar en dirección a la puerta de cristal. Y sí, es exactamente la misma con la que se ha movido al traernos hasta aquí, intentando llamar la atención de testosterona proveniente de Jace.


A ver, que perfectamnete entiendo por qué no puede resistirse a intentar reclamar algo de atención de este chico que tengo sentado enfrente de mi asiento. Que sí, que a mí me pasa lo mismo. Pero Uno, yo lo vi primero; Dos, la mujer no se dá cuenta de que es mi acompañante y que no va solo, que no soy un fantasma al que se puede ignorar; y Tres, yo tengo más dignidad al no intentar mendigar algo de caso de Jace. Y exacto, ni si quiera sé cómo se hace eso de llamar la atención de un hombre; y mucho menos de Jace, sino... puede que ya lo hubiera intentado tiempo antes, pero con más elegancia...


-¿Qué es en lo que estás pensando Selene? –entre su tono de voz, divertido a la vez que galante, me saca de mis pensamientos en un santiamén.


-¿Cómo?


Pero Jace en vez de responder a mi tonta pregunta, se ríe. Y sí, es algo que me gusta. Bastante, pero eso a él no se lo voy a decir.


-Pues que estás arrugando la frente de una manera muy mona, como siempre haces cuando algo te ronda por la cabeza... -rebobina. ¿Ha dicho... "mona"?- a la vez que mirabas en dirección a Silvia mientras se marchaba, y he de decir que me he fijado en cómo analizabas perfectamente todos su movimientos... -abro la boca para rebatir lo que acaba de decir, pero levanta una mano y continúa con su discurso analizante. Riéndose. Capullo- Sí, todos sus movimientos Selene... Y para finalizar, has puesto los ojos en blanco dos veces seguidas, signo que indica que te ha molestado algo más de lo que puede molestarte algo normalmente –prosigue con su estúpido reconocimiento de mis gestos faciales, y encima sin abandonar ni por un segundo esa sonrisa de chulito que pone cuando se cree un dios... o sea... siempre- Así que en conclusión, Selene ... –dice apoyando los codos sobre la mesa blanca, a la vez que hace lo propio con su barbilla sobre sus manos entrelazadas. Mierda, su sonrisa socarrona aumenta de nivel mientras sus ojos sobrepasan el brillo natural que consigue cuando está muy contento- ... ¿Estás celosa, preciosa?


Vale... Estoy emepezando a notar cómo la temperatura del establecimiento comienza a subir rápidamente. Será pretencioso. No pienso darle la razón, aunque la tenga el muy idiota.


"Habla Selene..."


-Te pones realmente adorable cuando te sonrojas, compañera –dice sonriendo más aún.


Carraspeo en busca de palabras inspiradoras para rebatir el extenso y verdadero discurso que me ha echado encima.

Let me be yoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora