Oh, querido mío, por favor, no hagas eso, tus alas ya están podridas desde el instante en el que pusiste un pie en la silla, corroída por los recuerdos, no te hagas esto, vive sin mí, vive por mí, aprende a afrontarme, no huyas así, yo no dejé en tierra a un hombre sin ilusión, sino a alguien lleno de energía.
Supongo que el deseo que te pedí antes de desfallecer no llegó a tus oídos.
«Vive lo que yo no pude, querido mío»
Esa frase llegó a tu mente en el último momento del salto, cuando empujaste la silla, ya está todo perdido, caerás al vacío con esas alas llenas de arrepentimiento y vacío, no podremos nunca más vernos, por lo menos te dedicaré una última sonrisa mostrándote todo lo que te amo, aún habiendo cometido ese error fatal, te amo, eso nunca cambiará, amor mío, viví alegre toda mi larga y próspera vida al estar a tu lado. Nada me haría más feliz que ahora, que será la última vez que nos veamos, nos dediquemos las sonrisas que en mi lecho de muerte no pudimos expresar... Oh, querido mío, hasta nunca...
Y la alucinación del anciano le relajó la mente y conciencia, haciéndole sonreír en el último momento de dejar el mundo de los vivos definitivamente.
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Escucha mi voz
PoesiaMi voz resuena en estas líneas, lee si quieres escucharla. Mil historias pasan por mi mente, mil pensamientos diferentes, mi pluma se encarga de representar lo que siento, en cada momento que pienso. Desde páginas y páginas a una...