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Octubre 16 del 2012, Washington, D

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Octubre 16 del 2012, Washington, D.C, Estados Unidos de América.

Es muy temprano por la mañana, aun ni siquiera hay luz del sol en las calles, pero Elizabeth ya se encuentra corriendo cerca del monumento a Abraham Lincoln*. Desde que llegó a Washington, fue el lugar que más le gustó para hacer sus ejercicios mañaneros. Hoy es sábado, por lo cual puede extender un poco más el tiempo que usualmente le dedica a correr entre semana, pues no tiene otros deberes más que poner en orden su departamento.

Llega un momento en que Elizabeth baja la velocidad pues requiere recuperar un poco el aliento. Como siempre hace, toma su teléfono y entra a redes sociales en lo que va caminando.

Voltea rápidamente hacia su izquierda al sentir que alguien pasa muy cerca de ella. Por la poca luz que hay, solo puede ver la silueta del hombre que la ha rebasado. Guarda su teléfono junto con sus audífonos en uno de los bolsillos de su sudadera y comienza a voltear a diferentes puntos del lugar, pero no ocurre nada extraño, no hay más personas ahí a excepción de ella y el hombre al cual ya ha perdido de vista.

Pero no pasa mucho tiempo cuando escucha los pasos apresurados del hombre detrás de ella.

—A tu izquierda —lo escucha decir cuando nuevamente pasa por su lado, y es ahí cuando reconoce su voz y comienza a relajarse.

A pesar de que sabe que nunca lo va a alcanzar, Elizabeth comienza a trotar para tomar ritmo de nuevo. Voltea un segundo al otro lado de la piscina reflectante y puede ver la figura de su vecino desaparecer rápidamente de su campo de visión. No pasan más de cinco minutos cuando la rebasa por tercera vez en no más de quince minutos. Elizabeth niega divertidamente al escuchar las mismas tres palabras cuando pasa por su lado.

Una sonrisa malvada en su rostro se comienza a dibujar ante la idea que llega a su cabeza. A pesar de que está consciente de lo que puede suceder o que algo puede salir mal no solo para él, la idea no deja de rondar por su cabeza.

Unos minutos después, los pasos de su vecino se comienzan a hacer presentes, con su vista periférica puede ver que el rubio esta por rebasarla y en el momento exacto en que la va a pasar, se interpone en su camino, chocando con su cuerpo y causando que no solamente él terminase en el suelo.

Elizabeth se sienta sobre el pavimento y comienza a reír. Para este momento el sol ya comienza a iluminar un poco más el lugar. Steve se sienta y la observa en busca de algún golpe o raspón, pero no encuentra nada.

—¿Te encuentras bien? —Le pregunta el rubio haciendo que la risa de la chica comience a disminuir.

—Sí, lo siento, ¿Tú estás bien? —Responde sacudiendo la tierra en su sudadera.

—Un poco confundido, ¿Por qué lo hiciste? —dice Steve juntando sus cejas.

—No lo sé —responde encogiéndose de hombros y poniéndose de pie—. Solo se me ocurrió —agrega con una sonrisa y le ofrece su mano en forma de ayuda

Wait For It | Steve Rogers |#IQ01| ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora