D I E C I S É I S

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Enero 18 del 2013, Washington D

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Enero 18 del 2013, Washington D.C, Estados Unidos de América.

Steve no puede quitar su mirada de Elizabeth.

Ella tiene los ojos cerrados y está conectada a una maquina en la que se puede escuchar su ritmo cardíaco, observa como su pecho sube y baja con cada una de sus respiraciones.

Han pasado algunas horas del accidente, Fury le dijo que se quedara con ella mientras él estaba al pendiente de su abuelo. Hasta ahora no sabe cuál es la relación de ella con S.H.I.E.L.D, no entiende a la perfección lo que pasó en esa casa y cómo fue que salieron de ahí con vida.

Pero ahora mismo no le importa nada de eso, lo que le importa ahora, es que ella despierte y se recupere, lo único que quiere saber, es qué fue lo que le pasó, pero hasta ahora los doctores no han dicho nada al respecto.

Se levanta de la silla y se acerca a la camilla, le es imposible no llevar su mano a la mejilla de Elizabeth y acariciarla por unos segundos. Recuerda lo que le dijo y la lagrima que salió de sus ojos y se siente tan mal que por un momento piensa que lo mejor que puede hacer, es salir de la habitación y esperar afuera. No lo hace, porque si ella despierta, no quiere que se encuentre sola.

Él hizo llorar a Elizabeth, la hizo llorar cuando había prometido que no lo haría. Cierra los ojos deseando poder regresar el tiempo y no haber dicho lo que dijo, desea no haber sido el causante de sus lágrimas.

Se acerca más a ella y besa su frente, dejando sus labios un poco más de lo que requieren, ni siquiera abre los ojos y siente como ya hay lágrimas acumulándose en estos.

La puerta se abre y cuando voltea, ve a la madre de Elizabeth quien parece no haber dormido en la última semana.

—¿Qué fue lo que paso, Steve? —Es lo primero que pregunta cuando se acerca a la camilla para ver a su hija.

Así que Steve le cuenta lo que pasó, o al menos, lo que él sabe y comprende.

—¿Qué han dicho los médicos? —Pregunta Rosalie con la mirada en su hija mientras toma su mano.

—No han dicho nada aún —Steve responde negando con la cabeza y alejándose un poco de la camilla pensando en darles un poco de espacio.

Segundos después, los parpados de Elizabeth comienzan a moverse seguidos de su cabeza. Sus ojos se abren alegrando a las dos personas presentes. Steve nota que lo voltea a ver a él, pero no dice nada, su mirada se va hacia su madre.

—¿Cómo está mi abuelo? —Es lo primero que sale de la boca de Elizabeth, su madre acaricia su mejilla y sonríe ligeramente.

—Tu padre está averiguándolo —responde Rosalie—. ¿Cómo te sientes?

—Me duele todo —dice haciendo una mueca e intentando mover sus piernas.

De nuevo, la puerta se abre y el padre de Elizabeth entra.

Wait For It | Steve Rogers |#IQ01| ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora