Elizabeth Livington, ante los ojos de cualquiera es una chica común, una chica normal. La realidad, sin embargo, es completamente diferente.
Serie Ice Queen.
#01: Wait For It: ✔
Los hechos comienzan en el tiempo entre The Avengers y The Winter Soldi...
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Febrero 20 del 2013, Uppsala, Suecia.
Elizabeth no ha dejado de llorar.
No ha hablado con Steve a pesar de que la acompañó de regreso hasta su hotel.
Ahora ella se encuentra sentada cerca de la ventana, siente sus ojos comenzar a hincharse, pero no puede dejar de llorar, aunque quiera. Las palmas de sus manos están vendadas porque se lastimó con la tierra que había en el lugar.
Steve salió del hotel después de limpiar sus heridas, no le dijo a dónde iba o al menos eso piensa, aunque le hubiese dicho, ella no lo hubiera escuchado.
Y es que las palabras de Ragnilde siguen en su cabeza, repitiéndose una y otra vez, es lo único que escucha y el ver las hojas en su regazo no ayuda mucho. Pero sigue esperando a despertar y que todo eso haya sido una pesadilla.
No le importa mucho que su madre no sea humana, lo que le ha dolido bastante, es el hecho de que el hombre que la cuido y abrazó en las noches de pesadillas, el hombre que le enseñó muchas de las cosas que sabe hoy, aquel que la cuido cuando estaba enferma, que la llevaba a la escuela cada mañana. Le duele que ese hombre no sea su padre.
Howard Stark.
¿Por eso siempre había sentido una conexión con él? ¿Por eso siempre se había sentido tan cercana a él?
¿Por qué Howard Stark había aceptado a estar con su madre cuando tenía esposa? De no ser por eso, nada de esto habría pasado, ella no estaría sufriendo de esa manera. Ella no estaría ahí.
—He regresado —escucha a Steve decir haciendo que voltee hacia la puerta. Lleva uno de sus brazos detrás mientras cierra la habitación.
Elizabeth sonríe ligeramente y asiente para regresar su mirada a la ventana.
Escucha los pasos de Steve acercarse a ella y segundos después, el soldado se pone de cuclillas, al ver las hojas en el regazo de Elizabeth, las toma y las hace a un lado.
—Tengo los ojos hinchados —dice Elizabeth limpiando sus mejillas—. Debo verme terrible...
—Para mí siempre estás preciosa —le responde el rubio con una sonrisa—. Tal vez no sea el mejor momento, pero...
Steve lleva su brazo hacía en frente y el ruido del plástico, hace que Elizabeth baje la mirada hacia él.
Un ramo de flores rojas y blancas yace en sus piernas y las ganas de llorar regresan, pero ahora son por otro motivo.
—Hoy hace tres meses aceptaste salir conmigo —dice Steve encogiéndose de hombros ligeramente—. Lamento si no es un buen momento para...
Pero Elizabeth se acerca a él y lo abraza con cuidado de no lastimar las flores que han quedado entre ellos.
—Son hermosas, gracias —murmulla Elizabeth separándose un poco de él—. Lamento haberlo olvidado...
—No importa —responde él sinceramente con una pequeña sonrisa—. Ya no llores, por favor. No me gusta verte así.
