Fotografías

1K 127 19
                                    

┎─────«•✿•»─────┒

Fotografías

┖─────«•✿•»─────┚

Kei se tiró encima de Sora, haciendo que este cayera con él, seguido segundos después por todos los demás.

Una bala traspasó el cristal de la ventana e impactó contra el suelo, donde minutos antes estaba Sora.

-¿Un ataque? ¿En esta época? -preguntó confuso Akira.

-¿Qué está ocurriendo? -preguntó Akemi, despertada por el disparo.

-¿Nos atacan? -cuestionó Ame, despierto al igual que su hermana.

-Es improbable, se supone que vosotros no deberíais existir en esta época -dijo Dino, intentando asomarse para ver quién había disparado.

Solo detectó una figura borrosa entre los árboles que había a las afueras de la mansión.

-¿Podría ser...? -Tsuna miró a su hijo, quien estaba pensativo.

-¿Tanto se habrá molestado? -Sora hizo una mueca.

-¿Qué ocurre? -preguntó Kei.

-Bueno... es que antes, mamá me encontró con la ayuda de tío malvavisco y tío piña junto a Miu cuando le buscaba... y resulta que me encontró discutiendo con un idiota.

-Ese imbécil quería llevarse a Sora a algún lugar -se enfadó el castaño mayor.

-¿Eso es cierto, Sora? -frunció el ceño Kei.

-Ya ves, ¿idiota, eh? -se rió-. ¡Quería sobornarme con caramelos! ¡A mí, por Dios!

El niño de ojos violáceos sonrió. A Sora sobornarle con dulces era buena táctica, pero era lo suficientemente listo para saber que no se acepta eso de desconocidos, además que contaba con su intuición Vongola.

-Debe ser muy tonto -rió.

-Le dí su lección. Pero parece que iba en serio cuando dijo que eso no quedaría así.

-Debí haberlo congelado -se lamentó Tsuna-. O como mínimo, dejárselo a Reborn.

-Moo~, pero no me hubieras dejado participar en la tortura, mamá...

-Claro que no. Eso no es para un niño -se negó Tsuna-. Y menos si tenemos en cuenta de que eres mi hijo.

-Y el abuelo Reborn tiene los mismos derechos -infló las mejillas-. Incluso papá me deja disciplinar herbívoros.

-¿Aún no te has dado cuenta de quién manda, Sora? -sonrió su madre con sadismo.

Ah, era cierto. Su papá y su abuelo nada tenían que hacer ante el enfado de su madre. Nadie cuestionaba sus decisiones, menos si era respecto a su pequeño e único hijo.

Algo recorrió a Sora en ese pensamiento. Una sensación que no sabría describir si de mala o buena.

-Parece que se ha rendido -dijo Dino, mirando de nuevo por la ventana.

Con cautela, se levantó y rápidamente bajó la persiana, haciendo que el campo de visión desde fuera sea nulo.

-Voy a encender la luz -dijo Kei, levantándose del suelo al que había caído junto a Sora al protegerlo.

Sin embargo, tropezó con algo y volvió a caer. Se detuvo con los codos para no caer de golpe al suelo, y alguien se dedicó a encender la luz para que no estuviera oscuro.

IntertemporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora