Capítulo 10.- Misión: Recuperar La Joya Perdida.

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Capítulo 10.- Misión; Recuperar la Joya.

La noche es mi amiga, la luna mi amante, en su más alto resplandor me sonreirá para darme lo que un ladrón como yo anhelo, una joya que con su brillo puede hacer más magia que ninguno. Muy pronto nos volveremos a ver, para que aquella leyenda de Mary pueda romperse una vez por todas.

-Kaito Kid.

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-Ya está -Dijo en voz alta para que lo escuchara las personas que estaban a su alrededor el pequeño mago que se encontraba escribiendo una carta -Así podremos provocar aquel hombre que tiene la joya y por fin recuperarla.

-Señor Kudo -Habló el anciano ayudante del mago que se encontraba al lado de la pequeña Haibara -¿Esta seguro que esto es lo mejor?

-Hay que tener un poco de fe Jii... es lo único que podemos hacer ahora, esperar, que aquel hombre de signos de vida.

-Es una pena que nuestra última esperanza dependa de la provocación de un hombre que no conocemos, ahora si me disculpan... -El detective se paró del asiento donde unos minutos se encontraba descansando, tomo su chaqueta y se iba a dirigir a la salida -Tengo una pequeña reunión con Aoko.

-¿¡Que, con Aoko!? -Grito el mago.

-¿Pasa algo? Tengo que responder como Kuroba Kaito, a su mejor amiga de la infancia. -El sonrojo de parte del mago se hizo presente, pero este no era un sonrojo de vergüenza, si no, era un sonrojo de celos, unos celos incontrolables comenzaron invadir al pequeño mago para luego dirigirse a tomar su abrigo y estar al lado del detective

-Bueno, si es así, te acompañare. -Le respondió el niño

-Oh... ¿No confías en mí? Tranquilo, yo no le hare nada a tu "amiga"

-Si, pues...quiero asegurarme.

El detective solo levanto los hombros para luego dar una sonrisa -Está bien, puedes acompañarnos.

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-Oye BaKaito, ¿Cuánto más te tardaras? A estas alturas el parque ya habrá cerrado -Se quejó al otro lado de la línea Aoko.

-Tranquila, ya estoy a unos pasos de tan solo llegar a la entrada -Respondió el falso Kaito para caminar con un ritmo rápida. -Oye, apúrate, acelera un poco el paso, me estas atrasando -Se quejó al niño.

-¿Con quién estás hablando Kaito?

-Ya lo verás. Mira ya llegué ¿Dónde estás? -Pregunto el castaño mientras miraba a todas partes.

-Buahhh... -Gritó Aoko apareciendo de un momento a otro detrás de la espalda del mago haciendo que diera un saltó del susto.

-H-Hola Aoko -dijo el castaño mientras que se trataba de tranquilizar por aquel susto de unos segundos atrás. Mientras que el niño miraba aburrido esa escena, conocía a Aoko como la palma de su mano, era muy conocido que iba hacer aquello, más, parecía que aquel individuo que ocupaba su cuerpo todavía no conocía a su, muy predecible, amiga de la infancia.

-¡Bakaito te demoraste demasiado, a estas alturas vamos a estar una hora con suerte, no nos va alcanzar a subirnos a todos los juegos! -Se quejó la chica.

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