Rastro de mis sombras me persiguen, algo que en ocasiones no puedo controlar. Ya no hay lugar donde guardar la culpa que ocupa todo lo habitual.
Imagínate un minuto sin luz de la que siempre está, estoy matando cada esperanza que surge en mí. Como cuadro sin color o flor sin pétalos.
La inocencia que tenía la apague para en tus garras jamás volver a caer, de nada me sirvió porque sonreiste y el mundo en el que vivo se detuvo otra vez.
Ya no parecías tan niño incluso parecias arrepentido. Como me creí de nuevo tu plan, de que vale ser tan bueno si el conmigo vuelve a jugar.
El vacío que guarda mi pecho es tu ausencia y lo se, me hacen falta tantas cosas de ti. Pero debo pensar en mí. Tu dices no amarme pero a otros brazos no me dejas volar.
Siento ganas de llorar. Pero levantó mi cabeza, sonrió y como siempre finjo que nada acaba de pasar.
Voy hablándole a personas sordas y diciendo a ciegos que viesen como todo va. No hay más remedio que tratar de no mirar atrás.