Capítulo 4
Aquel fin de semana había llegado, para mi desgracia, encontrándome con aquel plan que Emily intentaba convencerme de que aceptara. Me encontraba fuera de lugar, con una rutina tan distinta a la que me encontraba en Venezuela, después de haber abandonado Estados Unidos. Era cierto que tenía que considerar que había pagado un pasaje nada barato para reflexionar primeramente que actitud tenía que tomar en Irlanda. Y los motivos que me habían llevado... ¿Acaso a eso no se le podría llamar también turismo planificado?
Entenderán, entonces, cual fue mi decisión final al visualizarlo de esa manera.
— Tomen asiento...— dijo Matthew al recibirnos alegremente.
Algo que había creído imposible por cuatro días, se había hecho real. Me encontraba allí, en su hogar, en aquel almuerzo que él había planeado, con intenciones de conocerme aún más y ver si lograba traspasar aquella barrera que se encontraba en mí, como una armadura protectora.
— Es bellísima tu casa...— dije admirándola. Sin realmente esperarlo de mí misma. Pero el asombro de ver que su granja era tan opuesta a cómo me la había imaginado, me había hecho expresarme de esa manera.
—Gracias...Bueno, como no sabía qué les gustaría almorzar, me tomé el atrevimiento de preparar dos platos. Hice dos platos que amaba cuando mi madre los preparaba, uno se podía considerar algo vegetariano... Y otro lo opuesto a él.
— Si que te esmeraste...— dijo sorprendida Emily, quien conocía aquella arte culinaria, que había aprendido Matthew de su madre.
—¿Quieren algo para beber? ¿Un refresco? ¿Agua? ¿Qué se les antoja?
— Agua está bien... Gracias...— dije mientras tomaba asiento.
— Yo igual...— expresó Emily—. ¿Quieres que te ayude a preparar la mesa?
— ¿Cómo crees? No... Son mis invitadas, ¿ok?... No tardare mucho.
Después de preparar la mesa y servir la comida, sacó una botella de vino tinto de uno de los estantes de bebidas que allí se encontraba. ¿Qué le podía decir? ¿No gracias, no bebo? ¿Estoy tomando medicamentos, y por lo tanto no puedo beber?... Era lo único que se me ocurría en ese instante, sin dar más explicaciones.
— Espero que les guste... Adrianne, no sé si te guste el vino tinto.
— Me encanta... Gracias...— expresé algo comprometida al sentir su mirada sobre mí, y al recordarme que él era amigo de Emily—. Pero no puedo beber en este momento.
— Ah... Ok, no lo sabía. Perdóname...
— Tranquilo... Tampoco es para tanto... Beban ustedes por mí.
Emily sintió la desilusión de Matthew de querer sorprenderme. Por lo que intervino en ese momento. Veía que su amigo estaba empezando a cruzar una línea que ella le había advertido que no cruzara.
— Los irlandeses solemos ser muy amables con nuestros invitados. Es por eso Adrianne... Pero tranquila, Matthew y yo nos beberemos toda esta botella como si también tú estuvieses bebiendo.
— Gracias a ambos... Así me hacen sentir menos culpable...— dije y medio sonreí.
— Éste que les voy a mostrar primero, se llama Colcannon. Está elaborada con puré de patatas, col, mantequilla, sal, y pimienta. Espero que les guste...
— Se ve bien...— sonrió Emily, mientras yo no veía más allá de lo que ella veía en ese instante—. Se ve delicioso...
— Eso espero...— me miró, pero de parte mía no encontró ninguna respuesta—. Éste es Irish Stew. Es una especie de estofado elaborado con carne de cordero, patatas, cebollas y perejil. Aunque aquí le decimos, en irlandés stobhach gaelach.
— Hmmm... ¿En verdad cocinaste tú?— pregunté sorprendida, mientras el tomaba asiento.
Había logrado un comentario. Al menos algo para iniciar una conversación amena y no distante esa tarde.
— Sí... ¿Es difícil creer que un hombre como yo cocine?
—Sí, un poco... Aunque me acabas de hacer recordar a mi abuela. Aprendí a cocinar los platos típicos de mi país gracias a ella.
— Sería interesante probarlos algún día...
¿Qué pretendía? ¿Lograr una confianza que no estaba en mí dar? ¿Borrar por completo aquella barrera que le impedía realmente conocerme? ¿Y por qué no se dignaba a hacerle caso a Emily? ¿Por qué seguía insistiendo en caminar aquel camino espinoso? ¿Acaso no le quedaba claro que si estaba allí era porque Emily me había insistido tanto, hasta lograr un << Sí>> lleno de resignación de parte mía?
Mientras tomábamos nuestro almuerzo, comenzamos a hablar de cosas triviales. Sin embargo, algo que Emily podía ver era que yo siempre me encontraba distante. Como si me protegiese a mi misma. Y aunque éramos amigas, las razones de mi nueva actitud, era algo de lo que no le quería hablar. Preguntándose, al mismo tiempo, si Matthew no veía aquello como señal. Él nunca lograría borrar esa distancia ni esa barrera en mí.
— Eres un buen cocinero...— dije con una sonrisa, sin dejar de ser distante. Simplemente había sido un cumplido por cortesía.
— Gracias...— dijo, mientras recogía los platos de la mesa y los llevaba a fregadero.
Emily y yo nos levantamos en ese instante y nos colocamos detrás de él.
— Déjanos hacerlo a nosotras, no nos hagas sentir incómoda...— expresó Emily.
— Es que no es...
— Por favor...— le dije en un tono de suplica. La verdad había sido suficiente su amabilidad para nosotras no cumplir con algo de cortesía
— Perdónenme, no quería hacerlas sentir incómoda.
Era un almuerzo de amigos. Que más daba que aceptara nuestro ofrecimiento.
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Sigo Pensando en Ti... Miss You (1er libro)
RomanceDurante su tan anhelada primera visita a Irlanda, Adrianne Villanueva, una joven venezolana, se enfrentará a vivir y a sentir todo aquello que se había negado cuando la vida le haga cruzarse con Matthew McLnerny, un joven irlandés amante de su tierr...