Capitulo 12

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Capitulo 12

Sábado. Cuanto agradecí que llegara el sábado. Mientras al despertar recordaba lo que había tenido que vivir gracias a Matthew. 

_ ¿Tienes una cara de pocos amigos esta mañana?_ me dijo Emily al entrar en mi habitación, después de desayunar en el comedor juntas_. ¿He dicho algo que te disgustara?

_ ¿Acabas de recordarme al responsable?

_ ¿A Matthew? Pensé que estaban llevándose bien…

_ Realmente… Hasta que se le ocurrió la gran idea de enseñarme a bailar…Allí cavó su propia tumba.

_ Lo siento mucho… Yo…

_ No eres culpable de nada. ¿Somos todos adultos, no?

_ Pero es que yo hable con él…

_ Siéndote sincera… Esta mañana no lo quiero ver ni en pintura. Al menos en lo que perdure el día… Excúsame, pero no quiero hacer nada donde él esté. No me apetece hacerlo. Y más cuando lo que quiero hacer es ahorcarlo en este momento.

_ ¿Qué te parece si vamos, entonces, a Kylemore Abbey? Esta en esta misma provincia. Es un castillo victoriano de estilo neogótico. Y luego pasamos por Cong, para que veas el castillo Asfhord, que antiguamente era la residencia de la familia Guinness. Ahora es un hotel…

_ Esta bien…

_ Déjame buscar mis cosas y nos vamos.

La vi salir de mi habitación, por lo que me dispuse a arreglar mi bolso y a buscar mi chaqueta. Aquel recorrido me parecía increíble. Además de que no tenía que verle la cara a Matthew. Emily se encerró en su habitación un momento, cuando recibió la llamada de Matthew. Él sabía que había metido la pata hasta al fondo y que se había arriesgado mucho al sacarme a bailar. Cuando la realidad era lo menos que yo quería.

_ Entonces, sigue molesta.

_ ¿Qué crees?... Te lo advertí… Pero no me quisiste escuchar. Ahora no quiere verte ni en pintura. Por lo que solo saldremos nosotras dos sin ti…Ya te dije que la dejes tranquila. Ibas a hacer de guía… No su sombra.

_ Emily… 

_ ¿Has perdido la razón?… No sé si molestarme contigo también. Te dije que era mi amiga…

_ No puedo… No esta en mí. Por lo que no me pidas que la deje tranquila. No puedo…

_ Te aprecio demasiado, Matthew… Pero recupera la cordura. Ella ni le importas tú. ¿Qué pretendes? ¿Hacerte daño por alguien quien ni te mira? Va a ser dura la caída. Estas volando muy alto…

_ Es muy amable que te preocupes por mí, pero será mi caída…

_ Matthew, ella pronto regresara a Venezuela. Ni siquiera la conoces lo suficiente para saber si ella con el tiempo te mire…O si te quiera abrir su corazón.

_ Eso tampoco lo sabes tú…

_ Que conste que te lo advertí… No seguiré insistiendo, me tengo que ir, Adrianne me espera.

_ Ok… Hasta luego.

Emily estaba molesta con Matthew por lo cabeza dura. Se reunió conmigo en la sala y juntas nos subimos a su automóvil, sin hacerme saber sobre aquella conversación. Si Matthew quería darse un buen golpe, él sería el único responsable, ya ella no le diría nada más, él estaba muy grandecito para la gracia. 

Aquel día disfrute aquella salida entre amigas. Y se había convertido en una de mis favoritas.

Pero cuando llegue de nuevo junto a Emily a Galway, me encontré con algo que no esperaba encontrar en mi habitación.

_ Te lo trajo Matthew… Me pidió que lo dejara en tu habitación._ me había expresado la madre de Emily. Antes de dejarnos sola a Emily y a mí.

_ ¿Matthew?_ dije mirando a mi amiga sin poderme creer eso.

_ Si quieres se lo devuelvo…_ dijo Emily apenada.

_ Esta bien… Yo misma se lo llevare mañana. Gracias…_ dije y me despedí de ella, excusándome de que estaba agotada, mientras cerraba la puerta_. ¿Qué te traes, Matthew, que no entiendes un no?... Sinceramente esto no me puede estar pasando a mí._ abrí aquel obsequio, encontrándome con un libro de cuentos de Oscar Wilde.

<< Es un pequeño detalle, para pedirte disculpa… Son cuentos de Oscar Wilde, un escritor irlandés. Espero que te guste. Sé que te gusta la lectura… Siento haberme comportado como un tonto. Matthew… >>

_ ¿Un tonto?... Si que te quedaste corto. Mañana te tendré que entregar tu regalito. Aunque sea un lindo detalle… 

Ahora que me detengo a pensar en ese ayer, y siento a mi corazón latir tan triste, comprendo muchas de las cosas que no quise ver antes, mientras me pregunto: ¿Por qué cuando quería huirle al amor, Matthew se encontraba allí entrando en mi vida?

Sencillamente porque aunque llevábamos dos vidas diferentes, al igual que dos líneas que nunca se cruzan, la vida se estaba encargando de que nuestros caminos se cruzaran. Aunque no estuviese en mi mente, ni en mis planes enamorarme.

Sigo Pensando en Ti... Miss You (1er libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora