❝ fools; yoongguk [ABANDONADA]

f o u r t e e n;

Es un día hermoso, la brisa otoñal hace que las hojas marrones se muevan al compas de la melodía del viento, algunos niños salen a jugar mientras que las nubes se despejan para dejar paso a un sol cálido, los pájaros cantan mientras que las familias dentro de sus hogares ríen y bailan; maravilloso. Mientras tanto, dentro de la casa de los Jeon se encuentra el padre del niño ayudando a su mujer a limpiar la cocina diciéndole que recibirá como recompensa uno de sus pasteles favoritos, YangMin, la madre del pequeño está preparando en las ollas un delicioso estofado caliente, un delicioso ramen casero y en el horno se está cociendo un delicioso pastel. Todo preparado especialmente para cuando llegué YoonGi, apenas son las 10 de la mañana y ya todos están agitados por el grandioso día que se les avecina.

Por otro lado, en el segundo piso se encuentra el pequeño Jungkook que está secándose el cabello con una toalla, una linda remera de Iron Man cubre su pequeño pecho a la vez que unos shorts color rojo le llegan arriba de la rodilla y por último unas zapatillas Converse negras. Se mira frente al espejo con el ceño fruncido creyendo que la ropa que escogió su madre para él es muy infantil, no quiere que lo vea así su hyung pero cuando quiere tratar de quitarse la camiseta se arrepiente, no, no le puede hacer eso a su playera favorita. Suelta una risita avergonzada, toma el cepillo que ésta a su diestra para comenzar a pasarlo por su cabello aún húmedo, vuelve a divisarse en el espejo y hace un adorable puchero. Sacude su cabello, despeinándose, se mira de nuevo y ahora sonríe satisfecho. Le gusta como se ve con el cabello alborotado. Vuelve a sonreír por milésima vez en el día, no puede evitar sentirse emocionado, quizás es una tontería infantil pero la felicidad le recorre el cuerpo, hoy podrá verse de nuevo con YoonGi, aunque ahora es muy diferente ya que sus padres se encuentran presentes pero eso no le importa en este momento, lo único que quiere es pasarse un lindo sábado en compañía de su ángel, de verdad quiere poder abrazarlo por mucho tiempo, ver películas en el sofá, correr por el jardín, jugar a las escondidas, llenarse de golosinas hasta que sus estómagos no den más y lo que más desea es poder volver a besarse. Sus mejillas arden ante el recuerdo de los labios ajenos sobre los suyos, cierra los ojos para calmarse y se da pequeños golpecitos en sus mejillas para que la vergüenza disminuya. Inhala fuertemente cuando cree que ya está listo y baja las escaleras para ayudarle a sus padres en lo que necesiten. Se recuerda mentalmente que YoonGi llega alrededor de las dos de la tarde y espera que el reloj no vaya tan lento.

─Kookie, por favor, ve a abrir la puerta, de seguro que es YoonGi. - Le dice su madre cuando escucha el timbre de la puerta sonar, el pequeño que estaba tranquilamente arreglando los últimos manteles de la mesa, traga duro por el nerviosismo, pero como buen hijo tiene que atender a las visitas y más porque se trata de su hyung. A pasitos lentos se acerca la puerta blanca de madera, toma el polmo dando una larga calada para que el oxígeno no le falte en sus pulmones y gira el pestillo para dar paso a las personas detrás. Sonríe por pura educación, aunque se ha quedado con la boca abierta al reconocer a YoonGi, el rubio trae una camisa simple con una chaqueta negra encima, junto con unos jeans rotos por todas partes y sus zapatillas Jordan, el de dientes de conejo se sonroja cuando el pálido le regala una de sus bonitas sonrisas, le invita a pasar aún avergonzado y con el corazón a mil por hora.

─¡Oh! Mi querido YoonGi, que guapo que estas hoy, mmh, ¿tus padres no vinieron?─El rubio sonríe por inercia cuando la madre del azabache le da un cálido abrazo, por otra parte, el padre del pequeño lo recibe con un choque de puños que le hace reír y no puede evitar sentirse amado.

─Mamá no pudo quedarse, tenía que atender unas cosas de su trabajo y mi padre esta de viaje.─Se explica brevemente para no dar más información, es cierto que su madre únicamente lo dejo en frente de la casa de los Jeon y se despidió de él con un beso en la frente, es la misma rutina, sus padres siempre son personas ocupadas.