Capítulo 24. ¡Ay, Alexandra no juegues con eso!

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—No, no saldré por esa puerta—declaro jalando los cordones del gorro de mi sudadera para que solo se vean las grandes gafas de sol que llevo—. ¿Sabes qué hay allá afuera?

—¿Tu mamá? —pregunta Shawn con diversión, mientras que Mia se hace pipi de la risa.

—¡Muerte! —le corrijo haciendo que se le una a la rubia—. Eleine Rodríguez olvidará que soy su hija en cuanto crucé la puerta. ¡Ni siquiera se apiadará con mi ojo morado!

—Estás exagerando, Lex. Eleine está preocupada desde que se enteró que terminaste en el hospital.

—Eso te expreso a ti, pero a mí me regaño por no decirle que mis ataques de pánico habían vuelto.

—Bueno, pues bien merecido te lo tenías por necia—responde Mia y yo le saco la lengua antes de que salga por las puertas a la sala de espera del aeropuerto para encontrarse con su familia. No hace falta despedirnos, porque sé que en cualquier momento yo iré a su casa o ella irá a la mía, además de que el verano acaba de iniciar y seguirá con nosotros en el tour por Latinoamérica.

En cuanto a Sara, Raquel y Ana, todas ya habían salido de la sala de espera para irse a sus casas donde las esperaban sus familias, en el caso de Ana; Josh y Cassie. La pareja tenía una casa aquí en Pittsburgh, mientras que tenían un departamento en Los Angeles para cuando tuvieran que hacer trabajo allá. Algo así como yo, que tenía un departamento allá, pero en realidad mi casa estaba acá.

—De seguro no es tan malo—Shawn lleva mi mano a su boca y le da un pequeño beso. Sonrío y luego asiento.

—Si muero, recuérdame sin la herida en mi cara.

Niega con diversión y sale primero que yo hacía la sala de espera. Tomo una gran respiración mientras me quito el gorro de la cabeza, pero sigo manteniendo los lentes que cubren gran parte de mi cara. Tomé valor y me acerque a la puerta eléctrica que se abre en cuanto lo hago, y sin más, salgo viendo como Shawn no había mentido y se encuentra abrazando a su papá. Algo parecido a Mia, solo que esta se encuentra abrazando a sus dos padres.

No tardo en visualizar a mi papá junto a los últimos mencionados y viendo que no hay muros en la costa, mejor conocidos como mi mamá, corro hacia él para abrazarlo con emoción y lo corresponde con una risa divertida. ¿Será que mamá estaba tan enojada como para no venir a recogerme?

—¡Alexandra Eleine Flores!

Oh, allí esta ella.

—Lo siento, niña, estás sola.

—¡Papá! —reclamo mientras me deja de abrazar y me pone delante de él. Como si fuera su escudo, háganme el favor. Miro a mamá con una pequeña sonrisa inocente—. Hola, mami. ¿Te cortaste el cabello? Te ves radiante.

Rueda los ojos y su siguiente acción me sorprende. Me abraza con fuerza, como si me soltará haría que me fuera y yo me rio con un poco de alivio mientras la abrazó de la misma forma.

—¿Qué? —suelta mi mejor amiga con desilusión—. ¡Tenías que darle con la chancla, Eleine, no abrazarla! Auch, es cierto, mamá; no sé porque me regañas.

Estoy por comenzar a reírme para burlarme de mi mejor amiga, cuando mamá separa nuestro abrazo y me da un golpe en el brazo. Madre mía, ¿había estado haciendo pesas o qué? No hago más que sobarme la zona repetidamente con la risa de maníaca de la rubia de fondo. Solo puedo agradecer al cielo porque se ha contenido de darme un zape en la cabeza por mi golpe.

—¡De eso estaba hablando!

—¡Mia, no la alientes!

—Quedamos en que no mentirías más sobre tu salud y es lo primero que haces. Espero que sepas que volverás a ir con Jane.

Evolution| Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora