Capítulo 35. ¿Era necesario decir todos mis nombres?

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—Horan, tenemos problemas.

—¿Quién eres y que haces con el teléfono de Alexa?

—¡Soy yo, Niall! —inmediatamente me arrepiento de gritar, o al menos de intentarlo.

Mi garganta duele en cuanto trago saliva y solo me limito a fruncir el ceño por la incomodidad. Solo era otro cuadro de alergia, y sí, mi voz sonaba cual niño que está entrando a la pubertad, pero no es como para que no sea reconocible.

La risa que escucho del otro lado de la línea me hace sonreír levemente. Siendo honestos, yo también me burlaría de él en esta situación.

—¿Qué demonios te pasó, chica?

—Los Ángeles me odia, eso pasa—respondo antes de comenzar a chupar una pastilla que se supone que tiene que calmar el dolor de garganta—. O al menos su clima. Niall, obviamente no puedo cantar así.

—Hey, no empieces de pesimista, podemos solucionar esto—no lo puedo ver, pero sé que está sonriendo. Siempre lo está, por eso es bueno tener un Niall Horan en tu vida—. Estoy en el Lobby, en menos de lo que puedas decir "Larry es real" estaré tocando tu habitación... No le digas a Harry y a Louis que dije eso.

Me rio como puedo y luego cuelgo tapando mi cara con una almohada. Mi plan para sorprender a Shawn se estaba desmoronando cada segundo que transcurría del día, y mi superstición no hacía más que decirme que era otra señal del universo diciéndome que no debíamos estar juntos. Pero luego Sara y Raquel vinieron a mi cuarto, quienes no tardaron en decirme que era una estupidez y de paso llamaron a mi mejor amiga, donde Mia se encargó de explicarme que me arrancaría una oreja si no tomaba el valor y comenzaba a tener mi cuento de hadas. Al menos así fue como ella lo llamó.

Y la realidad es que tenían razón. Estaba harta de dejar todo a manos del universo, si no nos quería juntos pues que se joda, porque hoy sería el día en que luego de mucho tiempo me permitiría ser plenamente feliz, incluso si tenía que cambiar todo mi plan.

Unos toques en la puerta causan que salga de mis pensamientos, así que tomo la cobija de la cama y envuelta en ella es que abro la puerta.

—Te ves horrible—el castaño me mira con disgusto y yo le sonrío con sarcasmo mientras me hago a un lado, invitándolo a pasar.

—Lo que toda chica quiere oír. No me sorprende que no tengas novia.

Como respuesta simplemente pasa a mi lado sonriéndome de la misma forma que yo hice tras su comentario.

—¿En serio no me reconociste por teléfono? —vuelvo a recostarme en la cama.

—No me culpes a mí, culpa a Hulk que se te ha metido adentro—ruedo los ojos y le saco la lengua. Niall parece estar por sentarse a mi lado, pero se detiene y me señala—. ¿Es contagioso?

—Irlandés, solo es alergia, la alergia no se contagia—no tarda más para sentarse al otro lado de la cama—. ¿Tan mal me escucho?

—No, para nada, solo me duele oírte hablar—responde con sarcasmo y me rio un poco—. Vale, y ¿Qué procede? Digo, algo tiene que haber para que no tengas que cancelar tu presentación.

—Ana fue a la farmacia por mis pastillas, pero, aunque las tome ahora, mi voz no estará lista para el show. Así que, hasta aquí llego nuestro plan y el plan que tienes con Shawn, el cual no me has dicho aún.

—Y no te lo diré, soy su cupido y aunque quieras sorprenderlo, lo que él ha planeado para ti también es muy lindo, así que dejaré que ambos se sorprendan el uno al otro—declara con una sonrisa y luego suspira—. Por esa razón no puedo dejar que te hundas en tu miseria. ¿Ya fuiste al doctor?

Evolution| Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora