Capítulo 27. Llámenme estrella desde ahora.

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—¿Cómo están, pajaritos del amor?

—Definitivamente eres el mal tercio—Shawn suspira con cansancio y yo suelto una carcajada por el zape que mi mejor amiga le da.

—No le pegues, está chiquito—le regaño cuando me calmo.

—Te has vuelto muy aburrida desde que son novios—Mia me saca la lengua y yo le correspondo con inmadurez—. Además, aman que sea su mal tercio. Recordemos que, sin mí, ustedes seguirían llorando por el otro.

—Aún no somos novios.

Mia nos mira como si tuviéramos algo en la cara luego de nuestra declaración. Parece que no le ha sentado nada bien la noticia, pues frunce el ceño y alza su mano para golpear cabezas, esta vez la de ambos.

—¿Están bromeando? ¡Llevo seis meses viendo sus miraditas de enamorados como para que me den esta noticia! ¡Además, luego de lo de ayer pensé que ya estarían oficialmente juntos!

Miro mal a mi mejor amiga, que ahora se ha dado cuenta de su error y se sienta bien en su asiento para evitar que le dé un golpe. Se supone que nadie sabe que paso ayer, más que nos reconciliamos, pero yo se lo conté a Mia porque es mi mejor amiga. Para sorpresa de ambas, Shawn se limita a reír y despeina mi cabello.

—No esperaba que se lo ocultaras a Mia, como quien dice ella es parte de esta relación, así que era predecible que lo supiera—explica restándole importancia.

—Por eso me caes bien, Benito—dice mi mejor amiga con entusiasmo, volviendo a inclinarse sobre nuestro asiento—. Ahora, ¿alguien responderá mi pregunta?

—Estamos juntos y saliendo, pero nos hace falta el titulo—contesto dejándola más confundida, así que Shawn complementa mi explicación.

—Quiero ser yo quien le peda ser novios, no por algo machista; de hecho, estoy encantado de que ella diera el primer paso, pero yo fui quien lo arruinó la última vez, así que quiero preparar algo lindo.

—Son los seres más complicados que conozco.

El auto se detiene y mi mejor amiga aprovecha para salir del auto y así entrar al hotel.

El descanso había acabado, así que hoy retomábamos el tour en Brasil. Después de 15 horas de viaje estábamos cansados, pero demasiado felices de volver a cantar para todas las personas que habían comprado boletos, incluso cuando sabíamos que se venía un gran desequilibrio de sueño porque, aunque las zonas horarias no variaban tanto como en otros continentes, la rama de Latinoamérica sería la más rápida.

No muy a mi favor, la gira solo incluiría seis países de los veinte: Brasil, Argentina, Chile, Perú, Colombia y México. En fin, gracias a ser tan pocos, lo que nos quedaba de tour eran dos semanas, diez días de presentaciones y los cuatro restantes para entrevistas. Sin duda sería agotador.

Los gritos de fans se escuchaban desde la camioneta, quienes estaban a unos metros detrás de las puertas del estacionamiento de la entrada trasera, siendo detenidos por la seguridad del estadio. Shawn me permite bajar primero, y justo cuando estoy por tomar su mano y caminar hasta adentro; escucho varios gritos y un par de brazos en mi cintura. Algo de miedo me invade, pero luego caigo en cuenta de que me está abrazando.

Ya me había tranquilizado más con lo de fans acercándose, no significaba que me harían daño, así que lo llevaba mejor. Aunque cosas así de sorpresa seguían causándome un poco de ansiedad.

—Está bien, Ralf, Shawn—detengo a ambos antes de que quiten a la chica, quien aparentemente se ha escabullido. A pesar de que cumplen mi orden, ambos se mantienen cerca, observando a la chica—. Hola, ¿cómo te llamas?

Evolution| Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora