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Frank quería conocer a Mikey sin hacerlo a escondidas de Gerard, por lo que a la mañana siguiente lo convenció para que lo dejara llevarlo a su casa.

También lo convenció para que fuera a almorzar con él, lo que resultó en una conversación que lo hizo sentir compasión.

"¿Por qué querrías salir en público conmigo?" Gerard había preguntado, sus ojos avergonzados sin mirar a Frank, su cohibición a todo lo que da ahora que estaba sobrio.

Frank simplemente contestó con el hecho de que le gustaba, y que por eso no le importaba lo que los demás pensaran.

Gerard había sonreído tímido para sí después de eso, accediendo finalmente y siguiéndolo hacia su auto.

Sin embargo, no tenía nada de ropa, llevaba la que Frank le dio la noche anterior, así que tenían que detenerse en su casa para buscar algo que ponerse que le quedara bien.

"Ignora a mi hermano, ¿de acuerdo?" Gerard murmuró cuando se estacionaron frente a la casa. "Es algo idiota."

"No te preocupes por eso." Frank le sonrió, esperando borrar el ceño gruñón de su rostro. "He lidiado con peores, créeme."

Era un traficante después de todo, había lidiado con lo más bajo de lo bajo.

Gerard no le respondió, solo bajó del auto, temiendo el encuentro entre Frank y Mikey.

Mikey probablemente intentaría convencer a Frank para que lo hiciera dejar las drogas, lo cual era algo que no quería; le gustaba Frank, si Frank intentaba cambiarlo tendría que sacarlo de su vida, se negaba a estar con personas que no lo aceptaban.

Es por eso que no tenía amigos, todos querían cambiarlo, odiaba eso; ¿acaso no era suficiente como era? ¿Acaso no les agradaba por ser él?

A Frank sí, él sabía que se drogaba y aun así quería pasar tiempo con él, y eso significaba el mundo para Gerard.

"¡Gerard!" Mikey jadeó cuando entraron por la puerta, corriendo hacia él y empujándolo en un abrazo, al cual Gerard intentó resistirse. "Estaba tan preocupado-"

"Mikey detente." Gerard lo alejó, tomando la mano de Frank y arrastrándolo escaleras arriba, lejos de Mikey quien se quedó en la sala con un suspiro derrotado.

Mikey solo quería a su hermano mayor de vuelta, eso es todo.

"Disculpa el desorden." Se disculpó mientras abría la puerta, y Frank tuvo que contener la respiración por la peste que vino con ello. "No he tenido tiempo para limpiar..."

La pila de vómito y semen cubierta por la toalla seguía ahí, aunque Frank no sabía qué había debajo de esta; junto con las pilas de ropa sucia, botellas de cerveza vacías y comida vieja.

"Está bien." Frank intentó sonreír, conteniendo las ganas de abrir la ventana de la pared, en un intento por aliviar el horrible olor.

Toda la ropa de Gerard estaba en el suelo, y buscó desesperado entre esta hasta que encontró un par que no apestara tanto.

Ahora que Frank estaba cerca podría intentar lavar la ropa, generalmente no le importaba si olía a mierda o a humo de cigarro, pero no quería apestar si Frank iba a estar cerca.

"Hey, uh, si quieres bañarte, sería bueno, estoy bien esperando aquí." Frank le dijo cuando empezó a cambiarse, intentando poner una excusa para ir con Mikey sin molestarlo. "Es solo que sudamos demasiado anoche, ¿sabes?"

Frank se había bañado en la mañana antes de que Gerard despertara, sí olían bastante mal después de todo.

"Oh, um, de acuerdo." Gerard asintió con timidez, no quería bañarse realmente, pero estaba dispuesto a hacerlo si es lo que Frank quería. "Entonces volveré como en diez minutos."

Una Nueva DrogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora