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N/A: habrá drogas, falta de consentimiento (?) es decir, da consentimiento pero puede que no les guste la razón.


"¿¡Dónde carajos está!?" Gerard murmuró para sí, su mano buscaba desesperadamente su dinero escondido entre el colchón. "¡Joder!"

En un ataque de rabia y desesperación, volteó el colchón hacia el suelo, sus ojos buscaban furiosamente en el espacio vacío.

No estaba ahí, su maldito dinero no estaba, el dinero que necesitaba desesperadamente.

"¡Mikey!" Prácticamente gritó, abriendo la puerta de su cuarto tan fuerte que golpeó contra la pared, pisando fuerte hacia la sala. "¿Dónde carajos está?" Gruñó, apretando los puños mientras miraba a su hermano menor en el sofá.

"No está, Gerard." Suspiró, ni siquiera se perturbó por la furia de su hermano. "No has pagado tu parte de la renta en tres meses, lo necesitaba."

"¡Tengo el dinero de la renta!" Gerard exclamó, mintiendo descaradamente. "Pero ese era para algo más, lo necesito de vuelta, ahora mismo."

"Si tienes el dinero de la renta, puedes simplemente reemplazar el dinero que tomé con eso."

Gerard podía sentir su furia burbujear en niveles peligrosos, así que con un grito de ira estrangulado, y a un paso del sofá, salió furioso de la casa.

"Jódete, Mikey." Murmuró para sí, intentando calmar su ira antes de encontrarse con Frank.

Necesitaba ese dinero, iba a perder la maldita cabeza si no ponía las manos en algo de coca, y Mikey le acababa de arruinar cualquier oportunidad que tenía.

Aunque Frank era un chico comprensivo, seguramente le ayudaría.

"Joder." Suspiró, su ira se convertía en desamparo.

Necesitaba ese jalón, y cuando se dio cuenta de que probablemente no iba a conseguirlo, su cuerpo empezó a reaccionar de forma negativa.

El dolor del deseo le dificultaba respirar, todo su cuerpo básicamente se sacudía de necesidad.

Gerard notó el auto de Frank estacionado en la calle, y mentalmente se preparó para su encuentro.

Frank era su repartidor, se conocieron en un bar hace un año y desde entonces Frank ha sido su repartidor.

Aunque parecía un chico agradable, tal vez podría arreglarse con Gerard hasta que le pagaran de nuevo.

Esa idea le dio la confianza necesaria para terminar el camino hacia el auto de Frank, y subirse al asiento del copiloto.

"¿Cuánto quieres?" Frank preguntó en el segundo en que la puerta se cerró, tomando su mochila. "¿Lo mismo que la última vez?"

"Sobre eso..." Gerard se mordió el labio con nerviosismo, evitando ahora la mirada de Frank. "¿C-Crees que puedas darme algo así como un préstamo? M-Me pagan la próxima semana, pero mi hermano se robó mi dinero-"

"No doy préstamos." Frank declaró con simpleza, alejando su mochila.

Gerard sintió el pánico aumentar, la desesperación tomaba cada parte de sus rasgos.

"L-Lo necesito, por favor, ¿puedo pagarte de otra forma? Li-Limpiaré tu casa, o tu auto, o-"

Ahora Frank estaba evitando su mirada, sus ojos centrados en el parabrisas.

"No necesito ninguna de esas cosas, y si no puedes pagar, salte."

"¡Haré lo que sea!" Gerard chilló, su mano tomó el brazo de Frank con desesperación. "Por favor, s-solo necesito un poco-"

Una Nueva DrogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora