Venganza
"L-Lo siento-" Gerard balbuceó parado en la cocina de Frank, acababa de tirar un tazón de vidrio, quebrándose contra el suelo.
La abstinencia lo tenía extremadamente tembloroso, y debido a eso, cuando Frank le ofreció un tazón de cereal, sus manos temblorosas lo tiraron.
Gerard había tenido un enorme progreso, ya no se esforzaba tanto por conseguir drogas, por lo que Frank lo dejó ir a su casa al día siguiente.
A pesar de eso, su cuerpo seguía pasando por la abstinencia, lo que significaba tener efectos secundarios desagradables como temblores, cambios de humor y vómito ocasional.
"Está bien, nene." Frank lo tranquilizó, acariciando sus costados. "¿Qué tal si vas a sentarte y yo prepararé unas tostadas o algo así?"
"D-De acuerdo." Gerard asintió con nerviosismo, obligando a sus piernas a moverse hacia la mesa de la cocina. "Gracias, Frankie-"
Frank solo le sonrió con dulzura, antes de voltearse y empezar las tostadas.
Sí terminaron enviándole esa foto a su exnovia; una foto de Gerard sobre sus manos y rodillas, su espalda arañada en exposición, Frank entrando en él, sus dedos enredados en su cabello y jalando su cabeza con fuerza.
Era una foto que se vería en una revista porno, solo que se sabía que era Frank por los tatuajes de sus manos.
Ella nunca contestó, no hasta esa mañana por lo menos, y todo lo que respondió fue un 'ten un buen día, Frankie. xox.'
No pensó más en ello, mejor se concentró en prepararle el desayuno a su novio, e intentar ayudarle a superar su abstinencia lo más fácil posible.
"Gracias." Gerard sonrió débilmente cuando le pasó la tostada.
"No hay problema, nene." Frank se sentó a su lado. "¿Cómo te sientes esta mañana?"
"Mi cabeza duele demasiado." Gerard se quejó quedamente, dando un pequeño mordisco a la tostada. "Demasiado cansado."
"Lo siento." Frank frunció el ceño, inclinándose para besarle la frente. "Solo puede mejorar desde aquí, recuerda eso."
Gerard asintió lentamente y siguió mordisqueando su desayuno, asegurándose de no comer tan rápido para evitar vomitar.
Se quedaron en silencio, simplemente disfrutando la presencia del otro mientras desayunaban, cuando alguien tocó la puerta.
"Ya vuelvo." Frank sonrió, besándole la cabeza antes de salir de la cocina.
Nada pudo haberlo preparado para lo que estaba a punto de ocurrir al abrir la puerta, y desafortunadamente ni siquiera miró primero por la mirilla, en lugar de eso prácticamente le dio un ataque cardiaco al abrirle la puerta a dos oficiales.
"¿Frank Iero?"
Frank se quedó congelado en su lugar, pero rápido se compuso, si actuaba como si su habitación no estuviera llena de drogas, tal vez le creerían.
"Ese soy yo." Frank contestó casualmente, intentando parecer un poco preocupado. "¿Puedo ayudarles en algo?"
"Recibimos una queja anónima de que tiene posesión de sustancias ilegales con la intención de venderlas, nos gustaría revisar el lugar."
Frank casi vomita ahí mismo, pero por suerte conocía sus derechos e iba a usarlos.
"¿Tienen una orden de registro?"
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Una Nueva Droga
Short StoryGerard Way es un alcohólico adicto a las drogas sin control sobre su vida. Frank Iero es el repartidor que lo suministra. Un día el hermano de Gerard gasta su dinero para drogas en la renta, considerando que no le ha pagado su parte en más de tres m...