Una Nueva Droga

10 (El Fin)

Cuando Gerard llegó a los dos meses sobrio, Frank decidió hacer algo especial.

Amaba a Gerard, por supuesto, pero sabía que su relación no empezó de la mejor manera, y quería reiniciarla un poco, si eso tenía sentido.

Básicamente quería llevarlo a una cita real, tratarlo como rey, y luego regresar a casa y darle una 'primera vez' más adecuada.

Obviamente no era su primera vez, ni se acercaba, pero quería fingirlo, solo por esa noche.

Claro que Gerard no sabía nada de esto, Frank quería que todo fuera una sorpresa.

Gerard ni siquiera sabía que ya llevaba dos meses sobrio, después del primer mes ya no quiso llevar la cuenta por miedo a que si sabía cuánto tiempo había pasado, pensaría que se merecía un descanso.

También había algo más que Frank había planeado... no estaba loco, sabía que no llevaban juntos tanto tiempo, pero le había hecho una promesa cuando recién empezaron, y quería demostrarle que esa promesa seguía y por siempre seguiría.

Le compró un anillo de promesa.

La idea de esto era darle algo a Gerard para que supiera que nunca estaría solo, y que cada vez que sintiera que recaería, Frank estaría a su lado sin importar qué.

De hecho, Frank había empezado a planear lo del anillo en su aniversario de un mes.

Gerard lo estaba haciendo tan bien, y Frank quería que lo supiera.

Solo esperó hasta los dos meses porque, bueno, quería que el anillo fuera perfecto, y eso tomó muchos días y semanas en ajustar.

Pero finalmente estaba listo, y tenía las reservaciones del restaurante listas, y todo iba a ser perfecto.

-

"No quiero comprar café aquí." Gerard se quejó, mirando obstinadamente a su antiguo trabajo.

"No entraremos, nene, pero su café es tan jodidamente bueno, así que nos detendremos en la ventanilla."

Gerard no respondió, solo suspiró y miró por la ventana del auto, ignorando todo mientras Frank ordenaba su café.

Sin embargo, cuando llegaron a la ventanilla, fue obligado a volver a la realidad.

"¿Gerard?" Una voz vagamente familiar llamó su atención, y con nerviosismo miró hacia la ventana.

Era esa chica que cubrió a su jefe el otro día, la agradable.

"Hola." Gerard murmuró.

"¡He estado intentando contactarte! Debemos tener tu número equivocado, ¿tienes un minuto para pasar?"

"¿Está el idiota ahí adentro?"

"No." Ella rio entonces. "Por favor, prometo que valdrá la pena."

Gerard miró nervioso a Frank, pero este tenía mucha curiosidad por saber qué tenía que decirle, y aceptó por él.

Gerard no discutió, también tenía algo de curiosidad, y en el fondo agradecía que Frank haya tomado la decisión por él.

Cuando entraron a la tienda, la chica estaba ocupada con los clientes de la ventana, pero después de que el otro empleado llegara unos minutos después, ella pudo ir a sentarse con ellos.

"Tu cabello se ve bien." Le sonrió a Gerard, quien se sonrojó un poco por el halago. "El señor Idiota fue despedido."

"¿Qué?" Gerard alzó una ceja. "¿Por qué?"