Para una vida mejor - Eddsworld

Prologo

El atardecer estaba llegando, el sol estaba alumbrando con sus últimos rayos de luz en la ciudad creando una vista anaranjada y tranquila, sin embargo, no todo estaba tan tranquilo en la carretera puesto que había un automóvil manejando a acceso de velocidad del cual es indicado en ese lugar.

— ¡Te dije que lo vigilaras! —grito desesperado — ¡En estos momentos ya sabes que no puede pensar con claridad! — dijo mientras veía a su pareja que encontraba como copiloto.

Un hombre de 34 años se encontraba conduciendo aguatando las ganas de llorar, tenía unas cejas algo grandes y su mirada seria podía notarse incluso a distancia, gruño desesperado mientras aceleraba y fumaba para calmarse un poco los nervios, la angustia que sentía en esos momentos se lo estaban comiendo vivo.

— ¡N-no, no sé lo que paso! ¡En un momento estaba tomando un café y, y de repente me quede dormido! —tartamudeo.

El hombre que respondió no aparenta una edad de más de 32 años, lo que resalta de este es su peinado bien arreglado al igual que su increíble brillo que este emanaba por lo limpio que estaba.

— ... —suspiro — Obviamente te drogaron Patryck — dice Paul con un tono de decepción —, Espero que lleguemos a tiempo —

— ¡Tenemos que! — grito a punto de llorar — ¡Sabia que algo estaba mal con el! —comenzó a llorar —, P-Paul. —

El mencionado voltea su cabeza para verlo directamente a los ojos.

—¿Q-que pasa s-si él lo hace? —hablo nervioso y triste.

Paul no sabía que decir, ¿Que van hacer?, esa pregunta no dejaba de girar en su cabeza.

—Supongo que el ejército rojo se ira al barranco al no tener un líder como Tord. —

Y tenía razón, Tord ha sido líder mejor capacitado en todos los años de la existencia del ejército rojo, superando incluso al fundador inicial al igual de ser el más joven en tomar el cargo a la edad de 19 años.

Paul se unió al ejército rojo para que su padre estuviera orgulloso de él, en cambio Patryck se unió para tener más rudeza y demostrar que él puede hacer algo útil sin ayuda de alguien.

Sin embargo no eran felices, cuando se conocieron dejaron atrás todos esos pensamientos y fundamentos, sabían que ese no era lugar para ellos, ¿Pero entonces, porque no se fueron?, Tord es la respuesta.

No es que el noruego se los exigiera, se conocieron los tres por mera casualidad y aunque Paul ya tenía dos años antes de que se uniera Patryck y Tord, al momento de conocerlos algo hiso clic dentro de él, algo nuevo e indescriptible.

Los dos mayores siempre estuvieron juntos al lado de Tord para protegerlo, parecían como si fueran sus guarde espaldas personales (Lo cual prácticamente eran), en la base y en sus misiones siempre estaban juntos los tres y era muy difícil separarlos más de un día.

Cuando Paul y Patryck confesaron sus sentimientos el uno al otro ambos compartían la idea de dejar el ejército rojo pero... ¿Qué hay de Tord?, él era feliz en el ejército rojo, usar todos los días armas era un sueño como para no querer despertar nunca.

La pareja de adultos lo querían más como un simple amigo, lo querían como un hijo y lo protegerían de cualquier cosa, incluso de él mismo.

— Espero que este bien... —murmuro el polaco—, No puedo creer todo el estrés que tenía como para llegar a este punto. —

— Bueno... Tord es el líder del ejército rojo, era de esperarse que se desesperara con ese puesto tan grande. —

«Solo espero que no sea demasiado tarde» pensaron los dos al girar en una curva.