Capítulo 4: "La más fuerte de la Humanidad"

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Mientras Ash y May se distraían un poco de sus obligaciones, la situación en Sinnoh se complicaba. El NeoRocket, ya asentado en la región, libraba una batalla contra el Equipo Galaxia, una banda de criminales cuyas motivaciones no estaban del todo claras. Sin embargo, nada de eso le importaba a Felicia en ese momento. Estaba caminando sin rumbo aparente por un bosque con la mirada perdida y los brazos caídos.

Felicia: Ve a reconocer el terreno, decían. Será divertido, decían. (suspira) Nunca pensé que me perdería.

Felicia se detiene para sacar su comunicador e intentar delimitar dónde estaba. Era la quinta vez que hacía eso y el resultado no cambiaba. No tenía señal en ese lugar. Felicia suelta un nuevo suspiro y guarda su comunicador. Mira hacia arriba, apenas pudiendo ver el cielo entre las copas de los árboles.

Felicia: Podría usar mi Modo Diablo y volar para ver mejor o pedirle a Altaria que lo haga por mi pero sería demasiado arriesgado. Desconozco si estoy en territorio amigo o enemigo. Mejor no jugársela. En todo caso, se está haciendo tarde. Intentaré encontrar un lugar donde dormir.

Reanuda la marcha. Tras unos cuantos minutos finalmente encuentra algo. Pero la vista no le gusta nada.

Felicia: ¿Qué es ese lugar?

Tenía enfrente una gran mansión con la apariencia de haber sido abandonada hace ya mucho tiempo. La pintura había desaparecido casi del todo, tenía varios vidrios rotos y tejas que amenazaban con caerse de un momento al otro.

Felicia: No es lo ideal pero es mejor que nada.

Felicia avanza hasta la vieja mansión. Llega hasta la puerta e intenta abrirla. Como ya se lo esperaba, no lo logra.

Felicia: Puerta, no estoy de humor así que te lo diré bien claro. O te abres o te abro. Tú eliges.

No tiene respuesta y Felicia tampoco esperaba conseguirla.

Felicia: Muy bien, si es tu deseo, lo haremos por las malas.

Solo le bastó a Felicia dar una patada para que la puerta cayera al suelo y provocara un ruido que sonó en todos lados. Felicia pasó al interior. Estaba igual o peor que el exterior. Se encontraba en una sala con dos puertas a sus costados y una escalera que llevaba a un piso superior. Todo estaba destrozado y con la apariencia de ser una casa embrujada. Pero Felicia era inmune al miedo.

Felicia: ¿Una mansión abandonada cerca de un bosque que parece que va a derrumbarse en cualquier momento? Me recuerda a casa. Hogar, dulce hogar.

Felicia empezó a caminar por la sala en la que se encontraba y decidió ir por la puerta de la derecha. Justo cuando había pasado por ahí, nota algo extraño cerca de la base de la puerta, por el lado al que ella había abierto.

Felicia: (pensando) Sensores de movimiento. Es probable que también tengan cámaras y dispositivos de audio. Hay alguien aquí. Y, sea lo que sea que esta haciendo, no quiere ser descubierto.

Felicia decide continuar e investigar. Llega hasta el comedor, una larga mesa al que le faltaban algunas patas con un mantel desgarrado y cubiertos destrozados. Además de esto, había un balcón con vistas a todo el comedor al que se accedía por una escalera lateral que estaba destruida.

Felicia: De la nada me ha agarrado hambre. Pero dudo que haya algo comestible aquí.

Entonces, escucha un ruido proveniente de la parte de arriba. Felicia dirige su mirada hacia allí. Puede distinguir una masa formada por nubes oscuras que parecía estar observándola. Esta masa se lanza sobre ella y Felicia pega un salto para terminar encima de la mesa.

Felicia: ¿Qué se supone que eres?

La masa no contestó y se abalanzó sobre ella. Felicia se posicionó y le dio una patada cuando estaban por entrar en contacto. La nube se desintegra al instante. Felicia sospechaba que la masa había salido de alguna parte en el piso de arriba del comedor por lo que decide ir a investigar. Usando un guantelete que tenía en el brazo, dispara una cuerda con gancho que se clava en el techo. Un fuerte mecanismo en el interior del brazalete se activa, tirando de Felicia y llevándola hasta arriba. Una vez allí, Felicia ve una extraña máquina plateada en el suelo. No le cuesta reconocerla.

Conquistando el Mundo (ADVANCESHIPPING)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora