Conquistando el Mundo (ADVANCESHIPPING)

Capítulo 8: "Por aquellos que perdimos"

(N.A. Si, si. No estoy muerto. Pido disculpas por pasar tanto tiempo sin actualizar. Las razones creo que ya las conocen. Hago lo que puedo pero con cinco proyectos de escritura al mismo tiempo hay cosas que se me pasan de largo. De todas formas, aún si nadie ve este fanfic, yo lo seguirésubiendo hasta el final.)

Era bastante tarde, hacía rato que habían pasado la una de la mañana. Sin embargo, había algunas personas que se negaban a irse a dormir aún. May era una de ellas. Estaba apoyada en el balcón de la cabaña que habían rentado para descansar hasta el día siguiente. Habían llegado a ese lugar turístico hace unas horas y como no había ningún Centro Pokemon tuvieron que conformarse con esa cabaña. Tampoco estaba tan mal. Era pequeña, acogedora y lo suficientemente grande como para que cuatro personas pudieran estar allí con bastante comodidad. Además, estaban muy cerca de una cascada por lo que podían escuchar sin demasiados problemas el sonido del agua cayendo y estrellándose contra las rocas antes volver a formar un río. No era que May no quisiera dormir, simplemente tenía demasiadas cosas en la cabeza. Ash, mientras tanto, se había despertado en medio de la noche con ganas de ir al baño y se sorprendió cuando su novia no se encontraba a su lado en la cama doble que compartían en la cabaña. Fue a buscarla y la descubrió en el balcón de ese mismo piso, ya que la casa tenía dos.

Ash: Hey.

May se gira para ver a Ash y sonríe.

May: Hey.

Ash: ¿No puedes dormir?

May: No. Y parece que tu tampoco.

Ash: Lo único que me saca el sueño es despertarme y no tenerte a mi lado.

May: (sonríe) Perdón. Simplemente quise venir a por un poco de aire fresco.

Ash: ¿Te molesta si te acompaño?

May: No, para nada. De hecho, lo agradecería.

Ash sonrió y abrazó a su novia por la espalda. Los dos se quedaron unos minutos en silencio, contemplando la noche estrellada.

Ash: Hay otra razón que no te deja dormir, May. Puedo sentirlo. Dime en que piensas.

May: Son.... solo recuerdos y... algo de temor.

Ash: ¿Temor? ¿Qué podría hacer temer a la Diosa del Sol?

May: Justamente eso.

Ash: ¿Quieres explicarmelo?

May: Ash, somos inmortales, no moriremos jamás. No me quejo por ello, más bien al contrario. No hay nada que desee más que pasar toda la eternidad a tu lado. Pero...

Ash: (interrumpe) Pero no puedes soportar el hecho de que tengas que ver morir a las personas que quieres. Es eso, ¿verdad?

May asintió con tristeza. Ash cerró los ojos. Era evidente que May vivía con un gran conflicto dentro de ella y solo él, su novio, podría ayudarla a superarlo o, al menos, que no doliera tanto.

Ash: ¿Te gustaría que fuéramos a dar un paseo? Es una noche muy bonita.

May: (sonríe) Eso me gustaría. Pero pongámonos algún abrigo que está algo fresco.

Los dos volvieron al interior y se pusieron ropa más abrigada para salir de la cabaña. La suya solo era una más de alrededor de 30 cabañas pero que estaban distribuidas sin seguir ningún patrón aparente. Muy pocas luces estaban prendidas, salvo los faroles que estaban enclavados en el suelo. No había caminos, era todo pasto. La pareja se dirigió a la orilla del río y empezó a caminar en dirección opuesta a la cascada. Ash vió que May intentaba mantenerse alegre pero a veces ponía una cara triste. Tenía que ir trabajando poco a poco, yendo paso a paso, para poder desenterrar del todo lo que May estaba aprisionado dentro de ella.