Hunter: Ojos dorados; El heredero

La verdadera historia

El sudor frío se apodera de mi, siento una sacudida.
-Ahhghh- me despierto alterado y me levanto de la cama.
-Recuerdos, malditos recuerdos- susurro para no despertar a mi acompañante -juro que lo voy a matar- me levanto de la cama, levanto a mi acompañante salimos del cuarto y vamos a la recepción a pagar y nos salimos de la posada.
Mi mente esta divagando mucho, pienso.
-Tengo que salir de aquí, desde que entre en está ciudad no me dio buena pinta, espero no tarden esos dos- estos recuerdos me están matando, hacia mucho no los tenia, tengo que terminar con esto.
Mi mente aun divaga pero recapacito y me digo en mi interior.
-Tengo que concentrarme, estos dos que me siguen me están cazando, por alguna razón- mientras sigo caminando decido meterme a una cantina imperial.

Ya estando dentro.
-¡Señor Haunt!- me dice el encargado de la cantina a lo que yo contesto
-una mesa y dos cervezas- mi mente no muy bien que digamos, mis sombríos recuerdos me persiguen.
-con gusto señor Haunt, por favor tome asiento- nos dice una mujer hermosa de cabellos castaños y ojos cafés que traía consigo un vestido color café con detalles blancos y con un escote algo prolongado, que estaba a un lado del encargado.
-Síganme por favor señores- nos dice tranquilamente con un tono de sensualidad mientras nos lleva a una mesa.
La seguridad aquí es muy fuerte quizá aquí no pase nada, nos sentamos en la mesa que nos indica la bella chica.
Mi acompañante toma asiento en frente de mi, y su voz se escucha lo que hace que vuelva en mi mismo.
-Maestre, ¿como fue que se convirtió? Es decir ¿como se dio cuenta?- me pregunta quien me acompaña desde hace ya casi un año mientras estoy inspeccionando todo el lugar.
-¿Cómo me di cuenta dices?- volteó a verlo con una mirada muy seria y de seguro atemorizante.
-Perdón Maestre no quise ofenderlo- me lo dice un poco inquieto en su tono de voz.
-No te preocupes, Jyannel- agachó la mirada hacia la mesa.
En ese momento se suscita un gran e incómodo silencio.

Volteó a ver hacia enfrente y ya viene la joven mujer que nos trajo aquí, con dos cervezas.
-aquí están sus cervezas señor Haunt- me lo dice mientras sonríe un poco conmigo, después de eso se retira hacia la barra donde se alcanzan a ver muchos hombres tomando cerveza.
Después de tomar mi tarro tallado a mano con unas figuras de Leones de vidrio lleno de cerveza por el asa decido contarle a mi compañero y discípulo, lo que pasó años atrás.
-Jyannel- le digo un poco intranquilo pues no estoy muy seguro de decirle.
-¿S-señor? ¿Pasa algo?- me lo dice temerosamente mientras rápidamente agarra su espada y voltea a varios lados en busca de peligro.
-Jyannel, no pasa nada sólo calma y escucha lo que te voy a contar, después de esto no quiero que te veas involucrado-
Al decir eso su cara de intriga por saber que era lo que sucedía era demasiada notoria o mejor dicho lo conozco tan bien que se lo que pasa por su mente.
-está es tu última semana a mi lado, después de eso te uniras a una brigada - su cara de insatisfacción fue aún más notoria, él ha sido mi primer discípulo y me he dado cuenta de que tiene mucho potencial, me mira con mucho aprecio y me dice.
-Lo sé señor, se que ya no estaré a su lado pero me ha dado mucho gusto que usted en persona haya sido quien me entrenará-
-Tu tienes un don muy fuerte, pronto podrías ser mi sucesor, además agradece eso a tu padre y al Rey-
El me sonríe. Como si no creyera lo que he dicho, pero mientras más tardó en contarle lo que pasó años atrás más se me van las ganas de recordar todo ese pasado oscuro, pero decido contarle a mi estudiante sobre como fue que me di cuenta de lo que era.
-Jyannel- el me miraba con ojos de sorpresa, pues había empezado a narrar.
-todo comenzó cuando...

-no lo encuentro, estoy seguro que lo escuché en está dirección- mi desesperación no me dejaba pensar bien y no podía encontrarlo, para mi era difícil por la angustia que además sentía de saber ¿como estaba mi padre? pero después de unos minutos de búsqueda por fin veo una silueta, mi mente no me dejaba ver claramente.
Afirme que era mi padre, un hombre estaba tirado en el suelo apoyando su espalda en un árbol grande y viejo cuando llegue corriendo al lugar donde estaba no había rastro de ningún animal muerto, enfoque mis ojos a todas partes pero mi angustia no me dejaba ver claramente, voltee a ver a mi padre estaba contento de verlo bien, no...