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No te preocupes por quién está bajo la lluvia

Mejor mira quién está tocando la ventana


Se sentía extrañamente reconfortante saber que había alguien, aunque fuera Keim, que podía llegar a sentir algo por mi. Aunque fuese algo tan enfermizo.

No podía entender como todo él, desde lo más escalofriante a los más natural de su carácter, me era completamente atractivo.

Tenia algo extraño en su mirada. Era como si me desnudase con ella, como si por cada segundo descubriera una nueva forma de atormentarme, era escalofriante.

Me sentía asqueada por mi propio pensamiento tan irracional.

Corrí a mi habitación y me desnudé por completo. Me di una ducha y me eché jabón hasta que su olor desapareció de todas las partes me había tocado.

Me puse sólo una camisa y metí la ropa a lavar. Yo definitivamente no quería tener nada que ver con él.

O eso era lo que quería pensar...

.

Los siguientes días pasaron demasiado rápido para notarlos, en la escuela no se menciono el hecho de que una estatuilla de oro se había perdido y el profesor Affleck no intentó obtener explicación del porque Keim y yo estábamos fuera de clase ese día.

Lo más extraño que hubo en la semana fue el hecho de que Keim se pasara cada segundo con el ceño fruncido, a todo aquel que miraba lo pulverizaba.

Tampoco me buscó ni intentó nada raro, incluso faltaba a clases bastante seguido, y, cuando eso sucedía, era como si su presencia desapareciera incluso de la mente de los profesores.

No estábamos en época de lluvias, y, sin embargo, resultaba imposible conducir sin el limpiaparabrisas y sin atascarse en el barro.

Ether comentó que sus padres ya no querían darle dinero porque era una irresponsable -vaya sorpresa- así que conseguimos un trabajo con un horario flexible en el café que estaba junto a la escuela. Yo era diligente y activa, según palabras de la jefa, y a Ether le gustaba ir a fiesta, por eso no se llevó bien con el trabajo.

Yo realmente no quería un trabajo en el lugar al que la mitad de nuestros compañeros de clase asistía para reunirse y molestar a la gente, pero Ether me insistió en que no quería estar sola con la jefa, una mujer escalofriante y misteriosa que siempre nos vigilaba desde las sombras, era espantoso.

El trabajo era sencillo, y sólo era un par de horas al día ya que el lugar no era demasiado famoso los día de semana -y debíamos estudiar, también-. Sólo debíamos hacer cafés y lavar los platos, servir mesas y limpiar un poco antes de salir, algo que Ether no hacia, porque estaba todo el tiempo hablando por celular con un chico que no quiso que conociera hasta nuevo aviso.

Debido a que estábamos llegando a vacaciones los exámenes eran más frecuentes, y como mi tutor faltaba demasiado me tocaba a mí hacerlos sola.

También me di cuenta de que lo miraba demasiado, no podía quitarle el ojo de encima cada vez que lo veía.

Transcurrido un mes, podía decir que estaba acostumbrada a su presencia.

La citas con el doctor Marsh se hicieron más cómodas. Él me escuchaba atentamente, llegué a contarle cosas que pensé que serian un secreto incluso para Ether.

Cada vez que iba a la feria con Ether me encontraba a Keim, y él siempre estaba jugando Pac-man en las máquinas o paseando con alguna chica o un grupo de bichos raros como él.

No volví a tener pesadillas, y no volvieron a molestarme los horribles recuerdos de la chica con la motosierra. Incluso funcionó cambiar el escondite de la llave, porque Keim no volvió a entrar a mi casa.

Durante un sábado por la tarde Ether finalmente se decidió a presentarme a su novio, así que me llamó por teléfono para invitarme al Palace Breim.

Tomé los ahorros que había conseguido aquel último mes y los oculté junto al resto del dinero que había ahorrado durante casi tres vacaciones bajo las sábanas de mi armario. Ether y yo habíamos estado ahorrando para la universidad, pero ella gastaba el doble de lo que ahorraba, siempre con la escusa de que "Falta un año para la universidad, Elle, tengo mucho tiempo para ahorrar".

Mamá despertaba muy tarde por la noche, así que preparé la cena para cuando despertara y le dejé una nota en el microondas junto a la comida.

Cuando se hicieron las cinco cerré con llave la puerta y fui hacia el coche.

En cuanto salí al jardín la lluvia amenazó con caerme encima, así que me metí rápido al auto, estaba cálido allí dentro, y nada, ni siquiera el estúpido novio de Ether, me sacaría.

El cristal se nubló por la lluvia y puse el limpiaparabrisas. Apenas había luz, ya que los faros de la carretera estaban apagandose por la tormenta.

Entonces el coche se detuvo abruptamente, quedando atrapado en el pantano y haciendo un ruido realmente horrendo al ser tragado por éste. Apagué el motor, y el coche dejó de moverse.

Me cubrí con un abrigo, preparandome mentalmente para la tormenta que me aplastaría al salir del coche.

En cuanto puse mis pies fuera, la lluvia me atacó con heladas gotas que cayeron sobre mi, mi cabello se convirtió en una cortina roja que me impedía ver por delante. Caminé tiritando hacia la parte delantera y miré el problema.

Era increíble, las dos ruedas delanteras estaban clavadas en el pantano, y eso era todo lo que podía ver con la iluminación que me prestaban las farolas del coche.

Con suerte un auto pasaría y podría pedir ayuda, pero esa era una esperanza demasiado vaga.

Cuando miré al frente, parpadeando por la lluvia, las farolas del coche iluminaban pobremente hacia la distante carretera completamente sola. Me metí al coche y busqué mi celular para llamar a Ether.

Estaba marcando su número cuando un ruido sordo me hizo alzar la cabeza. Miré hacia los lados en el bosque, pero sólo podía ver los arbustos y pinos completamente empapados por la lluvia.

Entonces miré al frente, y mi espalda chocó con el respaldo cuando chillé.

Había alguien bajo la tormenta, muy por delante e mi, bajo la luz opaca de un faro que terminó por apagarse, borrando del todo su presencia.

Cubrí mi boca, intentando controlar mi respiración. Tragué en seco y apagué las luces y el limpiaparabrisas, pasándome a la parte trasera y vigilando.

Marqué a Ether y esperé a que contestara. Maldije cuando saltó al buzón de mensajes y volví a marcar.

Algo golpeó contra el cristal izquierdo, sorprendiéndome y haciéndome tirar el celular bajo los asientos. Me pegué al otro lado del coche y me volví para mirar que había sido. Mi corazón se saltó un latido cuando vi a quien estaba asomado a la ventana.

𝐴́𝑛𝑔𝑒𝑙𝑒𝑠 𝑦 𝐷𝑒𝑚𝑜𝑛𝑖𝑜𝑠  [#1/COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora