Abrió sus ojos con pesadez. Su campo de visión era bastante borroso y podía jurar que sentía el olor de alcohol hasta el último rincón de sus pulmones y que su cabeza le iba a explotar en cualquier momento.
—¿Gerard? —Pudo escuchar la voz de Ray.
El azabache parpadeó varias veces para tratar de mejorar su visión y lo logró después de varios intentos.
Alejó rápidamente la mano de Ray que sostenía un pedazo de algodón con alcohol enfrente de su nariz para dejar de tener el olor del alcohol tan presente y se incorporó para sentarse sobre lo que parecía ser una cama.
Observó todo a su alrededor y pudo saber que en efectivo, que era una cama, más bien su cama y estaba en su habitación con Ray a su lado.
—¿Qué pasó? —Cuestionó. —Lo último que recuerdo es que estábamos en casa de Mikey...
—Te desmayaste. —Respondió su amigo. —Apenas pude sostenerte.
—¿Qué? —Preguntó incrédulo.
—Sí. —Ray se puso de pie. —Estábamos en casa de Mikey, Kristin dijo que iba a ser mamá y te desmayaste. —Explicó el latino. —Después Mikey me dijo que tal vez habías tenido una baja de azúcar o esas cosas, y me dijo que te trajera aquí, así que te traje hasta acá y cuando estaba subiendo me encontré a Frank, me ayudó a subirte, y ya, fue todo.
—¿Frank? —Cuestionó Gerard poniendo sólo atención a la presencia del ojiavellana en el relato de Ray. —¿Conociste a Frank?
—Sí, no sabía que era tan amable. —Ray tomó entre sus manos la botella de alcohol y el paquete de algodón del buró de Gerard. —Es muy agradable el chico.
—Pero... ¿Ya se fue? —Cuestionó el ojiesmeralda.
—No, está en la cocina. —Respondió Ray. —Cuando entramos a tu departamento te trajimos hasta tu cama, después yo busqué entre tus cosas alguna una botella de alcohol y algodón pero no encontré nada, así que Frank tuvo que cuidarte mientras yo tuve que ir hasta mi departamento para traerlo los míos. —Explicó. —Por cierto, deberías tener algún botiquín de primeros auxilios o algo así, son de mucha utilidad.
—¿Y qué hace en mi cocina?
—Gerard, tranquilízate, no es como que Frank sea un ladrón o alguien desconocido. —Replicó Ray.
—No es eso. —Hizo un ademán. —Sólo que... ¿qué hace ahí?
—Ah. Dijo que te prepararía algo de comer. —Ray se encogió de hombros al ver la mueca de confusión de su amigo. —Dijo que si Mikey tenía razón tenías que comer algo bastante nutritivo, así que se fue directo a la cocina a preparar algo.
—Le hubieses dicho que no es necesario. —Habló Gerard removiendo su cabellera.
—Se lo dije. —Confesó Ray. —Pero dijo que era por tu bien.
Gerard soltó un suspiro. Le estaba costando bastante trabajo procesar todo lo que había dicho Ray. No entendía su desmayo, él se consideraba una persona saludable, incluso había dejado de fumar tan excesivamente como lo hacia en sus años de adolescencia, y seguía al pie de la letra las instrucciones de su dieta que le había recetado el nutriólogo.
—Iré a dejar éstas cosas. —Habló Ray sacándolo de sus pensamientos. —Si necesitas algo Frank está aquí y puedes llamarlo, yo regresaré en un rato... este traje me asfixia.
El latino abandonó la habitación de Gerard dejándolo completamente solo.
Gerard se levantó de su cama para poder ir con Frank, porque a pesar de que había sido muy amable de su parte preocuparse por él, no era necesario que cocinara algo. Cuando estuvo a punto de caminar hacia su puerta ésta se abrió mostrando la silueta de Frank en el marco de la puerta.
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Gerascofobia || Frerard
FanfictionGerard Way es un famoso artista reconocido por sus cómics y sus galerías en la ciudad de New York. Todo en su vida es excelente menos el amor. IPP. //Inspirada en la canción Young & Beautiful de Lana del Rey//