¡Soy humano!

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Ya han pasado dos años y medio de la boda de Gohan y Videl, hace casi un año que nació Pan, la hija de ambos, que se convirtió en la alegría de toda su familia y amigos, sobre todo de Piccolo, que adoraba a la pequeña.

Una tarde de sábado estaba el guerrero namek, sin turbante ni capa, con Izbet, con sus alas desplegadas, entrenando, también estaba la niña acompañada de su padre, y de Bulma, ésta última les pidió que juntarán las esferas del dragón para pedir varios materiales difíciles de conseguir en la Tierra, ya reunidas aprovecharían que la bebé conociera a Shen Long.

— Pequeña Pan, repite después de mí... Sal de hay Shen Long — le dijo la científica a la niña.

— Al ay en lon — repitió en su media lengua.

— Y cumple nuestros deseos.

— Cumpe netos eseo — contestó riendo al ver que de pronto el cielo se oscureció.

La pequeña estaba emocionada al ver las luces, y el ser que apareció frente a ellos, por eso siguió gritando palabras sin sentido, cuando Bulma fue a pedir su primer deseo Pan se le adelantó.

— Año.... Jdañ... haem... Piccolo... wowm... humano — gritó lo más fuerte que pudo.

— Deseo concedido — dijo el dragón, y se retiró, se despejó inmediatamente el cielo, y las esferas se esparcieron por el planeta convertidas en piedra, como fue un deseo muy poderoso el pedido, ya no podían conceder más.

— Qué diablos me pasó — se escuchó en todo el lugar.

Todos voltearon a ver al namek, pero ya no era él, su voz sonaba igual pero el ser que veían ahora no era verde, ni con orejas puntiagudas, menos colmillos... era un ser humano, de algo más de 2 metros, pelo negro corto, piel morena, ojos café oscuros, que estaba de rodillas, muy desesperado.

— ¿Qué pasó? ¿Dónde está Piccolo? Su ki desapareció de un momento a otro y ahora siento uno muy raro, aunque recién escuche su voz — Izbet bajó al lado de la científica.

— Pan pidió un deseo a las esferas del Dragón — respondió angustiada.

— Algo escuché, pero no entendí bien... todavía no hace frases claras — replicó la ciega.

— Hizo una... pidió... que Piccolo fuera humano por un año.

— ¿Qué tontera dices? ¿Estás loca?

— No puedes verlo, pero ahora es como cualquiera de nosotros.

Gohan se acercó corriendo al caído, no podía creer que ese ser que tenía al frente fuera ese poderoso guerrero de antes, su ki era muy débil, esto debe ser una pesadilla pensó el joven semi sayayin.

— Sr. Piccolo ¿Está bien? — le preguntó a su maestro.

— Como quieres que este bien, soy un humano, mi poder ahora es ínfimo. Y tendré que estar un año así... — se levantó para tratar de volar, pero ni eso podía hacer ahora, se dejó caer sentado al suelo, abatido.

— No sé cómo disculparme, Pan no lo hizo consiente, es muy pequeña todavía — explicó nervioso el padre.

— Tengo tan poco Ki, que hasta Yamcha podría derrotarme — dijo con furia contenida el nuevo humano.

— No sé qué más decirle, de verdad lo siento.

— Grandote, es solo un año, pasará rápido, no es tan terrible, no será toda tu vida — la ciega pensó rápido como animarlo, reconoció su voz y su presencia, pero el ki era totalmente distinto — me enseñaste que, a pesar de lo difícil de la situación, siempre hay algo positivo que rescatar.

— Y que tiene de positivo ser tan débil — le rebatió conteniendo las ganas de gritar de rabia.

— Ahora podrás entenderlos mejor — dijo lo más tranquila que pudo.

— ¿Qué quieres decir? — preguntó algo más calmado.

— Siempre me dices que no los entiendes, ahora podrás VIVIR como uno de ellos, y comprenderlos mejor.

— No me interesa "comprenderlos", no quiero que nadie me vea así, soy... era un guerrero con poderes extraordinarios, ahora soy menos que nada — replicó ya sin fuerzas.

— Sr. Piccolo, si quiere podemos mantener esto en secreto... diremos... que está entrenando fuera del planeta, y no volverá en un año, así nadie lo buscará, y podrá estar tranquilo escondido en mi casa — le sugirió Gohan.

— No iré a tu casa, tampoco puedo quedarme acá, si alguno de los otros me viera... no me ocultare con Goku (estaba seguro que Milk aprovecharía y lo convertiría en el sirviente de la casa), menos a la de Bulma, allí está Vegeta, no quiero que se burle de mí, me quedaré en la cascada — respondió abatido.

— Mejor ven conmigo, vivo sola — le ofreció Izbet en un susurro, lo tomó del hombro para tranquilizarlo.

— Acepte, es la mejor solución para que tenga donde estar cómodo — suplicó Gohan.

— Ya dije que me iré a la cascada, allí estaré bien.

— Vamos grandote, no te hagas de rogar, en casa tendrás todo lo que necesitarás de ahora en adelante.

— ¿Cómo qué? — preguntó molesto, en ese momento empezó a sonarle el estómago.

— No sea tan orgulloso, vaya con Izbet, por favor... — el semi sayayin se arrodilló frente a él, y le rogó con la mirada, con ojos de perrito a medio morir.

El ex namek pensó por un momento fríamente su situación, necesitaría donde quedarse le gustará o no, ya había ido antes al hogar de la mujer ciega y sabía que era un lugar tranquilo donde no había nadie que pudiera importunarlo.

— Esta bien, iré — dijo a regañadientes.

— Gracias, a propósito... — Gohan buscó entre sus ropas — tenga — le entregó un libro pequeño en blanco y un lapicero.

— ¿Qué es esto? — los recibió extrañado.

— Úselo como un diario de campo, para... para que escriba sus impresiones al ser un humano, servirán... por ejemplo... para Dende ¿Intentará hacerlo? — así pensó que al menos podría distraerlo de su situación.

— Esta bien, lo intentaré — dijo más calmado, sabía que fue un accidente, que la pequeñita no lo hizo adrede, y ahora solo quedaba esperar que pasará el tiempo.

— Gracias, Sr. Piccolo — al verlo más tranquilo, él también se relajó.

— Asunto arreglado, vayámonos, debo llevarte y no quiero que lleguemos muy tarde a casa.

— Por favor, que nadie más sepa esto — pidió el ex namek, todos los presentes asintieron con la cabeza.

— Iz, por favor cuida muy bien de él — pidió preocupado su alumno.

— Tranquilo, lo cuidare como si fuera mi hijo — bromeo para relajar un poco la situación.

Pero ahora vino otro gran problema, como se iría con la mujer.

— Prefiero tirarme al vacío que ir en tus brazos, no soportaré esa humillación.

— Entonces yo lo llevare, Bulma, puedes ir a dejar a Pan a casa, dile a Videl que ya vuelvo... que tuve un problema... que luego le contaré...

— No Gohan, si llegas tarde mi ahijada empezará a hacerte preguntas, y se dará cuenta que algo le ocultas, sabes que no eres bueno para mentir. Ya Piccolo, deja de ser tan remilgoso, prometo que será rápido.

— NO.

— Está bien, ganaste, tengo una idea, no es muy práctica porque soy baja comparada contigo, pero creo que te parecerá mejor.

Levitó y lo tomó de la cintura, él tuvo que agacharse y afirmarse del cuello de la mujer, así bajaron sin muchos problemas, ya cuando había pasado una hora de camino, el sonido de su estómago se hizo más fuerte.

Ángel Ciego 2.  Diario de Vida de PiccoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora