Desquiciado

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— Entraron a la empresa una noche cuando estaba sola — respondió fastidiada — me sorprendieron, me inyectaron algo para dormirme, según me dijeron después en el hospital, era un sedante para dormir a un oso, mi organismo es parecido, pero no igual al de los humanos, solo me adormecí por un momento, durante el cual me amarraron y amordazaron. Apenas volví a la normalidad rompí las amarras que eran de cable reforzado, cuando me vieron libre los tipos huyeron, llamé a la policía pero no encontraron ninguna pista de quienes eran, seguro secuestradores de segunda, nada importante.

— ¿Por qué no me... por qué no nos contaste que estaba ocurriendo? — estaba molesto, siempre todo lo quería resolver sola pensó.

— No lo creí necesario, no es como que nos invadan extraterrestres, ni que quieran acabar con la Tierra, esto me incumbe solo a mí, es MI negocio, yo soy quien debo ver cómo resolver los problemas que se me presentan, sabes que soy independiente. Es verdad que nunca me había pasado algo así antes en las empresas, pero no me amedrentarán, no soy una cobarde. Hasta el momento no ha muerto nadie, y yo estoy bien, además ahora estas tú para ayudarme, hombre fuerte — le sonrió sinceramente.

— Ya no tanto, apenas podría con media docena de humanos — se lamentó.

— Tú siempre serás el ser más fuerte del mundo para mí, me siento segura a tu lado — se acomodó en la silla de playa, relajada.

Sonaba música suave en la radio, ambos estaban en silencio, lentamente Piccolo acercó su mano a la de ella, pero antes que se la tomará, empezó a sonar el celular de Izbet, insistentemente.

— Es el tono de Francous, ya vuelvo — fue a hablar algo alejada de él — si lo sé, pero es muy tarde — escuchó un rato — bueno voy — se dirigió al guerrero — debo ir a ver una situación que debe estar lista antes de mañana, no demoraré, me vienen a busca, nos vemos, que fastidio, quería acostarme temprano — y se fue tal como estaba vestida, con una camiseta ajustada y unas calzas deportiva azules.

Diario

Hace un rato atrás estábamos en la playa con Iz, tuve que obligarla a que me confirmará que la habían tratado de secuestrar dos veces, me molesta mucho que no hubiera tenido la confianza suficiente en mí para decirme que le pasaba, porque no entiende que ya no está sola, ahora me tiene a mí para cuidarla y ayudarla en todo.

Luego me dijo que cree que yo soy el más fuerte del mundo, y que se siente segura a mi lado, hablaba en serio, no había ironía en su voz, tuve ganas de tomar su mano, se veía tan... no sé cómo describirlo... tenía su rostro hacia el cielo, no sé qué me pasó, de nuevo sentí ese calor extraño en mi cuerpo, quería tocarla, pero justo llamó ese tipo de la sonrisa perfecta, y mi protegida se fue a la empresa.

Mañana le diré todo lo que me ha pasado con él, que no confié tanto en ese tipo, voy a vigilarlo de cerca, tengo la sensación que oculta algo más que un lindo peinado.

Piccolo siguió esperando y esperando hasta que se quedó dormido en la playa, la luz del amanecer lo despertó, corrió a la casa, pero Izbet no había llegado, le llamó muchas veces al teléfono, pero no le contesto, la buscó por el ki pero tampoco la sintió, ya cerca de las 8 am. iba a tomar el auto para salir a buscarla a la oficina, cuando recibió una llamada del celular de la mujer.

— ¿Qué diablos te pasó? Te he llamado varias veces ¿Dónde estás?

— Es que por ahora no puede responderte — contestó una voz conocida de hombre.

— ¿Dónde está Iz? — gritó furioso.

— Sigue el camino de la playa hacia el norte, encontrarás un gran edificio abandonado, apúrate si quieres verla todavía con vida, a ver si de verdad te importa, maldito.

Antes de salir, el guerrero llamó a su alumno para pedirle ayuda.

— Nuestro cliente tiene su teléfono móvil apagado, o se encuentra fuera del área de cobertura. Grabe su mensaje después de la señal...bip — le respondió el celular.

— Gohan, secuestraron a Iz, por ahora dicen que está con vida, pero estoy seguro que la quieren matar, estamos en la playa que te comente, búscame lo más rápido que puedas apenas escuches este mensaje.

El ex namek llegó volando al lugar lo más rápido que pudo, era de seis pisos, bajo en el techo con cuidado, camino pegándose a las paredes para ver qué pasaba, cuando llegó al primer piso, en una de las habitaciones vio a la mujer, sus manos estab...

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El ex namek llegó volando al lugar lo más rápido que pudo, era de seis pisos, bajo en el techo con cuidado, camino pegándose a las paredes para ver qué pasaba, cuando llegó al primer piso, en una de las habitaciones vio a la mujer, sus manos estaban atada con cadenas a lo más alto de un pilar, estaba desmayada y con todo su peso tirando de sus muñecas, en su cuerpo se veían marcas sangrantes y moretones de golpes. A su lado estaba Francous, vestido con una polera y pantalón negro, tenía el labio con sangre, y parte de la mejilla mordida, estaba terminando de instalar algo en un detonador. En el suelo había un látigo lleno de sangre, el guerrero hirvió de furia, ese mal nacido la torturó pensó. Empezó a deslizarse pegado al muro, tratando de no hacer ningún ruido, pero como todo estaba muy oscuro, tropezó, como el secuestrador estaba pendiente, enseguida lo vio.

— Tendrás que esperar un poco para el espectáculo, así que tranquilo, o ella lo pagará — amenazó con cortarle la garganta a Izbet si el otro se acercaba.

— No te escondas tras una mujer, desgraciado.

— Tú eres el desgraciado, arruinaste nuestra vida, iba a casarme con ella, en esta visita le iba a proponer matrimonio, estoy seguro que me hubiera aceptado inmediatamente, pero te metiste en medio, vi cómo te trato ayer, nunca nadie la había acompañado, ni menos vivido con ella, dirás que estoy loco, pero sé que es mucho más fuerte de lo normal, incluso la he visto volar, y como rompió un cable reforzado con que la ataron.

— ¿Cómo sabes todo eso? — le costó menos de un segundo unir todo lo ocurrido — tú eres quien la quiso secuestrar las otras veces.

— Quería tenerla para mí nada más y evitar que caza fortunas como tú la engatusaran — lo miró con rabia — busque tus antecedentes y no hay nada en los registros, tengo recursos que ni la policía usa, estabas bien cubierto, pero no para mí. Todo lo que traes te lo dio ella, eres un mantenido, ustedes solo buscan su dinero, yo en cambio la amo, no hay momento del día en que ella no esté en mi pensamiento. El ataque a las empresas solo fue una distracción — su cara se descompuso de celos — tengo cámaras en su casa de la playa, LOS VI... ella sería mi esposa, quería protegerla ¡¡¡POR QUÉ TUVO QUE CONOCERTE!!! — ahora habló suavemente — le di algo para dormir elefantes, las otras dos veces no funcionó y aun así costo mucho para que perdiera la conciencia totalmente.

— Maldito desgraciado, cómo pudiste hacerle algo así — quería retorcerle el cuello y borrarle la sonrisa de loco que tenía, pero si se movía la mujer morirá, su ki estaba muy bajo.

Ángel Ciego 2.  Diario de Vida de PiccoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora