¿Qué siento?

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— Yo no quería hacerlo, Izbet me obligó, solo quería que me besará, sentir esos labios tan suaves en los míos, pero me mordió la cara, tuve que castigarla, le di varias cachetadas para que aprendiera a respetarme, le di otra oportunidad — se tocó la boca — casi me arranca un pedazo de labio. No puedo dejar que me trate así. Si no es mía debe morir, y yo sin ella no puedo vivir, lo mejor es que todos muramos, sobre todo tú, que eres el culpable de todo esto.

— Si de verdad la amas, déjala que viva, yo me quedaré contigo.

— No, ella se lo merece porque no me corresponde... yo que daría mi vida porque fuera feliz conmigo, al menos en la muerte estaremos juntos — terminó de instalar los cables y fue a activar el explosivo.

Piccolo se movió rápido para tratar de quitárselo de las manos antes que los hiciera estallar, pero increíblemente el otro tipo tenía una fuerza descomunal para su contextura, en el forcejeo el detonador se activó, tenían 30 segundos antes que las explosiones derrumbarán el edificio, el ex namek golpeó al enajenado que reía pensando que al menos podrá morir junto a la mujer que deseaba. Lo único que se le ocurrió al guerrero fue proteger con su cuerpo a la mujer. Justo en el momento que el edificio quedó en el suelo llegó Gohan, que empezó a buscar el ki de su maestro, entonces sintió una gran energía que estaba dentro de los restos del edificio, que pulverizó un buen espacio.

Lo que ocurrió fue que el guerrero sujetó los escombros y cuando pensó que ya no podrá seguir sosteniéndolos, concentró toda su energía, y destruyó los restos que los querían aplastar, su ki por un segundo fue tan poderoso como cuando era namek.

— Sr. Piccolo ¿Está bien? — preguntó ansioso su alumno al verlo salir del lugar con la mujer en los brazos.

— Yo sí, pero Iz está muy mal. Llévala donde Dende, iré con ustedes apenas pueda — se la pasó con mucho cuidado — que esperas, anda ahora, ya — gritó preocupado ya que a cada rato la energía vital de la del mechón blanco bajaba más y más.

 Llévala donde Dende, iré con ustedes apenas pueda — se la pasó con mucho cuidado — que esperas, anda ahora, ya — gritó preocupado ya que a cada rato la energía vital de la del mechón blanco bajaba más y más

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El medio sayayin salió lo más rápido que pudo con la medio demonio en sus brazos, intentando no tocar las llagas sangrantes de su cuerpo. Ya en el Templo Sagrado, con ayuda de Dende la llevaron a una habitación, allí Kami Sama la curó, ambos no podían creer todo lo que le hicieron, tenía el cuerpo lleno de golpes y latigazos. La dejaron descansar, mientras esperaban a Piccolo, cuando éste llegó también le ayudaron con sus heridas. A las horas la mujer seguía durmiendo, así que el joven dios se quedó con ella, cuando Izbet despertó trató de atacarlo, por suerte para él estaba tan mareada que apenas y pudo tomarlo del cuello.

— Soy yo, Dende, tranquila, ya estás a salvo.

— ¿Piccolo cómo está? — preguntó mientras se dejaba caer al suelo, ya sin fuerzas para mantenerse en pie.

— Bien, no tenía heridas graves, ya lo ayude, está en la cocina con Mr. Popo y Gohan — le aclaró mientras la ayudaba a acostarse de nuevo.

— Nunca pensé que Francous estuviera loco, siempre se mostró muy correcto conmigo, puso cámaras de vigilancia en mi casa de la playa, me quiso secuestrar varias veces. De verdad estaba desquiciado, te juró que yo nunca hice nada para que pensara que yo quería algo más con él - dijo mientras trataba de serenarse.

— Tranquila, lo sé, estaba mal de la cabeza. Cuando llegaste estabas media muerta.

— Ese desgraciado trato de abusar de mí — por un momento lloró en los brazos de Dende, cuando se calmó continuo — por eso todas las veces que trato de secuestrarme me daba algo para dormirme, pero no me entregue, luche contra él pero lo que me inyectó me quitó inmediatamente la fuerza, cuando quiso besarme lo mordí varias veces, se acostó sobre mí, en vez de desesperarme me reí en su cara, le dije que lo tenía tan pequeñito que ni lo sentiría, que no era como mi amigo Junia — se quedó callada un rato pensando — supongo que por eso lo llamó, pensó que era mi amante — siguió hablando — me puso un cuchillo en la garganta, lo rete que me matará, que prefería eso a ser suya. Eso lo desquicio totalmente, dijo que yo le rogaría que me tomará, me amarró con las cadenas al pilar, empezó a darme latigazos, al ver que no lograba que yo dijera lo que quería comenzó con los golpes, tampoco le di en el gusto, ya en ese momento no pude aguantar más y me desmayé. Mi plan era hacer tiempo para que el sedante que me había dado diluyera su efecto, como me pasó con los otros, y así usar todo mi poder contra él — lloró un poco más — me sentí tan inútil, tan desvalida al no poder defenderme, odio cuando me pasa eso.

— Ahora descansa, y trata de no golpear a quien éste al lado tuyo cuando despiertes — bromeó Dende para distraerla.

— Lo siento amigo, todavía estoy muy mareada.

— Duerme tranquila, estaré a tu lado hasta que vuelvas a despertar.

Diario

Francous estaba loco, se obsesiono con poseer a Iz, la torturó a latigazos y golpes porque ella no quiso entregarse a él. Traté de detenerlo pero al final no pude evitar que el edificio se desplomará. No sé cómo, pero cuando pensé que ella moriría, concentre todo mi ki, y destruí los escombros, por un segundo sentí mi poder completo, luego quede sin fuerzas, tuve que pedirle a Gohan que la llevará al templo y Dende pudiera curarla, durmió por varias horas, cuando despertó estaba muy desorientada por eso no sintió que yo estaba cerca de una de las ventanas, escuche todo lo que dijo, le hizo creer a Francous que éramos amantes, por eso ese hijo de perra me quiso matar a mí también. Estoy sintiendo muchas cosas extrañas, que no sé definirlas, me siento muy confundido, pero prefiero no preguntarle a nadie, no quiero que se sepa que tengo este tipo de inquietudes ¿Qué puede ser? ¿Por qué me gusta tanto estar al lado de Iz?

Esa noche la pasaron en el templo, al otro día se fueron a la casa de la playa temprano, por suerte llegaron justo a tiempo, no llevaban ni 10 minutos allí cuando golpearon la puerta.

— Buscó a la Srta. Supay — preguntó un agente a Piccolo cuando éste abrió la puerta.

— Soy yo — dijo la mujer saliendo de atrás del guerrero con jeans y camiseta oscura.

— El detective Howkins quiere hablar con usted, por favor puede acompañarnos.

— ¿Son policías?

— Disculpé, no me di cuenta que... — se excusó al fijarse en sus ojos blancos — somos....

— Son oficiales de policía, iré contigo — no hubo posibilidad de réplica del agente al ver la mirada del hombre.

— ¿Voy detenida por algo? — preguntó haciéndose la inocente.

— Es por una situación que atañe al encargado de la sucursal de sus empresas de esta ciudad.

— Es por una situación que atañe al encargado de la sucursal de sus empresas de esta ciudad

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Llegando a la comisaría, ella le pidió a Piccolo entrar sola a la oficina del detective.

— Quiero ir contigo.

— Sé porque te lo digo, esperame aquí.

Entró ayudada por una oficial, que la dejó sentada y se fue.

— Srta. Supay, un gusto soy el Detective Hakwins.

Ángel Ciego 2.  Diario de Vida de PiccoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora