Francous

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— Muévete, me aplastas — la mujer trató de levantarse, pero estaba enredada en los cobertores.

Piccolo en su borrachera, y con tanto movimiento bajo su cuerpo despertó un poco, movió la cabeza y sonrió de forma extraña.

— Te ves tan hermosa — ella al escucharlo quedó confundida, estaba haciéndole una broma pensó.

En ese momento la besó, fue uno muy suave, dulce y tranquilo, le acarició la cara, y peinó los cabellos de la mujer con sus dedos.

— Se siente tan agradable — dijo el hombre, volvió a sonreír, luego cayó dormido, totalmente borracho.

Izbet trató de soltarse de sus brazos, pero cuando lo quería apartar con sus manos afirmadas en su pecho, él la apretaba más, espero un momento y por fin pudo soltarse, estuvo un rato de pie a su lado meditando una fugaz idea, luego que la desecho trato de comprender que le había pasado al hombre, decidió que, si él no le tocaba el tema, no le diría nada, que todo fue por culpa del alcohol, lo acomodó bajo los cobertores y se fue.

Diario

Anoche Iz me dio el abrazo de Año Nuevo, tomó champaña, cuando yo probé se burló porque me molestó lo amarga que es, tomé una copa, me sentí algo mareado. Luego estoy seguro que vimos fuegos artificiales, pero ya no recuerdo nada más. Hoy en la mañana me levante y tuve que ir rápidamente al baño a darme una ducha helada, escuche que eso sirve para calmarse cuando uno está excitado, por primera vez desde que soy humano tuve un sueño erótico, pero ni así pude quedar normal. Al final tuve que autosatisfacerme, soñé que una mujer me besaba y acariciaba, se sentía tan real, como si de verdad me hubiera tocado alguien, mi cuerpo reaccionó de una forma que no comprendo, como un simple sueño pudo hacer que mi organismo se pusiera así.

Por suerte Izbet estaba lejos en el bosque, que vergüenza si me hubiera sentido jadear y gruñir de esa manera, ya más tranquilo me vine a dormir un poco más, me duele mucho la cabeza y lo que hice no me ayudó para nada con esa molestia. Debo reconocer que la sensación al acabar fue exquisita, me pregunto si se sentirá igual cuando uno hace el amor con una mujer... pero que tonterías estoy pensando, ojalá pronto vuelva a ser yo, nunca más tomaré champaña, eso es lo que debe haberme alterado de esta forma.

Por más que lo he intentado no logro recordar si la mujer que vi en mis sueños tenía rostro, si recuerdo sus manos suaves tocándome el pecho, acariciándome, sus labios contra los míos... mejor no sigo con esto, sino tendré que encerrarme en el baño de nuevo, está mente y cuerpo humano tienen reacciones que todavía no logro entender ni controlar, que un simple sueño me haya puesto así me parece ilógico.

Al rato decidió vestirse e ir a ver a la dueña de casa para no seguir pensando en esas sensaciones.

— Hola, pensé que dormirías todo el día, traje una hierba, con ella te hice algo para la resaca — le apuntó un vaso con un líquido oscuro y espeso.

— Yo no tengo resaca — pero al gritar, su cabeza pareció que se le partiría, fue y se lo tomó de un trago, a los minutos se sintió mucho mejor — ¿Cuándo nos vamos a casa?

— Mañana, hoy quiero que descansemos, es tarde para volver, ya es la hora de almuerzo.

En eso sonó su celular.

— Es el tono de Jenny, que raro, sabe que pasado mañana vuelvo a la empresa, en eso quedamos ayer cuando conversamos — contestó — sí... pero no puedes retrasarlo unos meses más — suspiró fastidiada — está bien pero que sea pasado mañana, al menos dame un día para ir a casa y descansar algo, saca dos pasajes, voy con mi amigo — escuchó — sí, el que se está quedando conmigo. Nos vemos — colgó — lo siento grandote, pero debo ir a Florida, pensaba dejarlo para cuando ya fueras de nuevo namek porque no quiero dejarte solo en casa, pero no puedo retrasarlo más, así que mejor vamos los dos — se alegró — así podrás usar el traje de baño que te compre ¿Estás de acuerdo? Por fisss...

Diario

Iz tiene una vida increíble, tiene un buen nivel de pelea, es una empresaria exitosa, la veo desenvolverse como si no fuera ciega en la casa, la cabaña y sus alrededores, me siento cómodo a su lado, incluso cuando estamos en silencio. Si otros me hicieran las bromas que me juega ya los habría molido a golpes, pero con ella no sé por qué no puedo molestarme así, y estoy seguro que no es porque es mujer, ni a ellas se las aguantaría. Debe ser porque es mi mejor amiga.

Al igual que yo tiene un pasado oscuro, hace poco le pregunte como había conseguido la tarjeta de identificación, obviamente es falsa, pero está muy bien hecha, igual que la de licencia de conducir que tengo ahora. Contactos de mi juventud, me dijo, sé dónde ir para conseguir lo que necesito, luego cambio de tema, se nota que no le gusta hablar de su vida antes de conocernos.

Creo que ser humano me ha ablandado mucho, no pude decirle que no cuando me invito a ir a Florida, la vi tan emocionada que fuéramos a la playa, no sé porque si a ella no le gusta nadar. Al fin llegamos a casa, dormimos solo una noche y de nuevo a preparar maletas, su asistente nos pasó a buscar y nos llevó al aeropuerto, me miraba de forma extraña, quería entablar conversación, pero yo preferí mantenerme callado, al final entendió y me dejo en paz.

Fue tedioso estar en un avión, demoramos algunas horas en llegar a Florida, en el aeropuerto arrendamos un auto, llegamos a su casa de veraneo, está frente al mar, en una ciudad pequeña, se parece a Kame House, al llegar estaba esperándonos un tipo alto, rubio, de ojos oscuros, traje dos piezas, un "ejecutivo" en toda la regla, tiene una sonrisa de aviso de dentista, saludó a Iz con un beso en la mejilla.

Al ver la forma tan cercana de tratarse con ella me dieron ganas de borrarlo del planeta.

— Iz que bueno tenerte acá, debemos tomar muchas decisiones con las filiales y un par de problemas con unos proveedores — por fin le dirigió la mirada a Piccolo — veo que tienes un guardaespaldas, con lo que ha pasado es lo mejor, espero tenga buenas recomendaciones, yo tengo varios que son de los mejores por si quieres cambiar.

— No es un guardaespaldas, es un amigo — hacía el guerrero — te presento a mi representante en este lado del país, Francous — ahora hacia el otro — Francous, un buen y viejo amigo mío, Ma Junia.

— Mucho gusto — el guerrero le apretó la mano fuerte al humano.

— El gusto es mío — le respondió el otro, sus ojos mostraban un gran odio.

— ¿Para cuándo está la primera reunión fijada? — consultó la mujer.

— Después de almuerzo, deje hecha una reserva para dos en ese restaurante del centro que tanto te gusta, es que no sabía que vendrías acompañada — puntualizó al hablar.

Ángel Ciego 2.  Diario de Vida de PiccoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora