Aprobación y Dia de visitas.

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Magnus despertó rodeado por unos fuertes brazos pálidos llenos de tatuajes. Inconscientemente comenzó a acariciarlos, remarcando cada línea sin sentido. Al recordar la noche anterior, la pesadilla, las palabras del de ojos azules, sus caricias, el de piel canela no pudo evitar sonreír, quizá si, estaba en la cárcel, un lugar donde es absurdo pensar en cariño, en relaciones amorosas, pero ese chico realmente había movido algo en su corazoncito incluso sin conocerlo mínimamente. Alexander despertó, su rostro se deformó en sorpresa por un segundo y luego una sonrisa de dientes completos.

-Bueno días Magnus.- Saludo aún medio dormido.

-Bueno días Alexander.- Su voz flaqueo al recordar que no traía sus gafas oscuras lo que significaba que el menor estaba viendo sus ojos. Entendió su sorpresa y temió.

El menor miró alrededor, sus brazos sobre el contrario y viceversa. Rápidamente, como si quemara, se alejó. -Lo siento. No debí. No quería.- Habló en susurros rápidos.

-No. No debiste pero... Gracias.

-¿Por qué?

-Por haber dormido conmigo, por tus palabras, tus caricias. Lo necesitaba.

El no sabía pero era la primera vez que Magnus se acostaba con alguien sin tener sexo. Era la primera vez que se acostaba con alguien y despertaba aún con su compañía.

-No fue nada... Hay que vestirnos, las sirenas deben estar por sonar. - Comentó viendo a la pequeña ventana abarrotada.

El comedor estaba incluso más ruidoso que de costumbre. Cuando por fin los ocho estuvieron sentados a la mesa el primero en hablar fue Raphael.

-¿Y bien, ya han pensado de qué tratará su taller?

-Creo tener una idea...- Respondió Alec tímidamente.

-Te escuchamos- sonrió Magnus.

-Primero que nada debo pedir disculpas a Magnus por meterme donde no me llaman.- El moreno lo miro confundido más no interrumpió- He visto algunos dibujos, bocetos, de Magnus y se que no se absolutamente nada de eso en específico pero me parecieron geniales, y entonces pensé... ¿Por qué no algo similar a una revista?... Nuestros padres tienen una editorial muy grande, podría funcionar bien como excusa, a Isabelle le encanta la moda, Jace podría escribir sobre deportes o ser modelo, Clary podría hacer la parte de arte y esas cosas... Doth podría ser la publicista y encargarse del marketing, Rafael, podría hacer la parte de los trámites y todo eso, ya sabes... Eras abogado. Simon puede crear un sitio web y de ahí buscar que quiere el público para expandirnos más. Yo puedo ser el editor general, o hacer cualquier cosa que tenga que ver con la literatura.

-Además es muy buen fotógrafo- Agregó Izzy.

-Bueno, yo podría jurar que funcionaría mejor como modelo. -Replicó Magnus.

-Bien ya tenemos un plan. Mañana me reuniré con la directora y le plantearé todo esto.

-Perfecto.

Los días pasaron, los chicos se fueron acostumbrando a los horarios y rutina de la cárcel. Raphael había hablado con la directora sobre el proyecto y está había aceptado, más no lo habían empezado ya que había un plazo que cumplir.

Magnus y Alec no habían hablado de lo que había pasado en la noche ni de la extraña mirada de Bane. Ambos estaban confundidos, Alec no entendía los sentimientos que tenía hacia el moreno, jamás le había gustado alguien en su vida y temía que en realidad solo fuera curiosidad, además no podía dejar de recriminarse por pensar en relaciones amorosas con una persona que había conocido hacía menos de una semana y que como si eso fuera poco, lo había conocido en la cárcel. Seguramente, si tuviera a quien decírselo en voz alta se ganaría una buena cachetada reiniciadora de cerebros. Aunque debía admitir que quizá, muy probablemente se la mereciera. Magnus por su parte no entendía cómo en tan poco tiempo y sin conocerlo bien, Alec había podido tocar su corazón incluso sin saberlo, se negaba rotundamente a calificarlo como cariño ni nada parecido sin embargo tampoco podía negar que el sentimiento estaba ahí .

Amor Tras Las Rejas #MalecAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora